Sergio Prudencstein

Sergio Prudencstein

Sergio Prudencstein (nacido en 1970), es un autor, historiador y crítico argentino especializado en Estudios de Medio Oriente. Profundizando la corriente de la Dra. Mary Lefkowitz, revisa los movimientos segregacionistas a lo largo de la Historia. Entiende que el "afrocentrismo" es una posición política extrema más que una visión científica. Asegura que Africa es un continente y no el patrimonio de una raza: de allí llegan todas las lenguas y estirpes de Medio Oriente y el Mediterráneo. A partir de estos postulados logra posicionar a los egipcios como iniciadores de los paradigmas de Occidente. Los griegos, asociados a movimientos migratorios posteriores como los Pueblos del Mar, se convierten por extensión en base fundamental de su estudio, a fin de comprender cómo y cuándo Europa se separó del Norte de Africa para rehacer su simiente histórica.


En Egipto en Blanco y Negro (Atenea Ediciones, Buenos Aires 2003) Sergio Prudencstein explica:


“Llenos de pensamientos criminales y de pérfidos designios, con impuros corazones, ellos, como cuervos, no se preocupan por los altares”, dice Esquilo cuando define a los egipcios en su papel menos popular. La tragedia clásica Las Suplicantes los muestra como rivales de los habitantes de la ciudad de Argos y sus protegidas, las Daneidas. “Como tienen instinto de fieras lujuriosas y salvajes, hay que guardarse de caer en su poder”, continúa explicando con frondosos versos, mientras no repara en descalificativos que sugieren la naturaleza rapaz de la estirpe del Nilo frente a la sagacidad comprobable que muestran los griegos. Entonces, con la parsimonia de un oráculo, asegura que “el fruto del papiro nunca gobernará a la espiga”. Los intelectuales helénicos admitieron tempranamente la gran antigüedad que tenían los faraones, la sabiduría que los había precedido y la historia que detentaban (recuérdese a Herodoto y sus Libros de la Historia), pero no se permitían admitir que los egipcios podían ostentar cualidades equiparables a las del pueblo griego. Es posible inferir de este modo que los pensadores de tradición dórica fueron los más antiguos documentadores del concepto de superioridad étnica, aunque (para hacer honor a la verdad) no con las bases que finalmente movieron al segregacionismo moderno. La evidencia histórica muestra con claridad que los antiguos no tenían obsesión por el tono de la tez de las personas en el grado que se encontrará en tiempos posteriores. La blancura no era por sí misma un signo de superioridad. Obsérvese cómo el término “oscuro” se usaba para describir, entre otras cosas, la madurez de algunos personajes míticos. En La Odisea, Ulises recupera su juventud oscureciéndose. Dice el poeta:


“Atenea lo tocó con su varita de oro. Una capa limpia y una túnica le echó sobre el pecho, aumentando su estatura y juventud. Una vez más se oscureció el color de su piel y de sus mejillas.” (Odisea, Homero, 16,172-176)


Como se ve, la palabra griega “oscurecer” (“melanchroiës”) tiene un sustrato más profundo. La piel de un anciano es sencillamente pálida y débil, mientras la de un hombre joven, es indudablemente más oscura y turgente. No podemos entonces arriesgar nuestras concepciones modernas para aventurarlas a los dichos expuestos a lo largo de la Historia de la Humanidad. Por terrible que nos parezca, los intelectuales alejandrinos llegaron a encontrar características animales entre los judíos que habitaban Africa del Norte sin que esto esté directamente asociado al tono oscuro o claro de su piel. Este tipo de metáforas eran bastante comunes en los pueblos que habitaban los territorios colonizados. No olvidemos que para los clásicos -sin más- todos los que no hablaban su idioma eran “bárbaros”. Blancos, negros o morenos entraban en el mismo costal. Por lo tanto, conclusivamente, estos viejos “padres de la cultura europea”, a pesar de su despótica terminología, no hablaban de las razas según nuestros parámetros actuales. Sencillamente, para ellos, la palabra raza era sinónimo de nacionalidad.


Las obras de Sergio Prudencstein han sido publicadas a lo largo de veinte años. Muchas de ellas se utilizan en los programas oficiales de diversas cátedras de las universidades de su país.

Obras de Sergio Prudencstein:

-Edén, la Tierra de los Cuatro Ríos (1991) -Pequeña Historia del Arte (1996) -Egipto en Blanco y Negro (2003) -La Clave Wagner (2009) -Mitos a Medias (en colaboración con el licenciado Carlos Morán) I, II, III, IV (2010/11)

Obras de ficción:

-Nicodemo, el Hombre (1996) -Las doce vidas de Aperjofre (1997) -El Libro Sagrado (1999) -Ramsés el Magnífico (2002) -Teodora de Bizancio (2004)

Enlaces:

http://www.myspace.com/407721600/blog/427232022

http://blogs.kalipedia.com/experiencias/2008/6/26/los-faraones-negros-y-racismo

http://www.ub.edu.ar/cultura.php?opcion=cursos_de_extension_cultural

http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo.php?id_libro=124&id_articulo=1186

http://musicaenlinea.over-blog.com/article-35196593.html


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