Trinummus

Trinummus o El hombre de las tres monedas es una obra de teatro del comediógrafo latino Plauto.

Trinummus es una interesante pieza de familia en cuya acción juegan nobles personajes que por su pureza de sentimientos hacen recordar los del drama Los Cautivos. Esta pieza podría titularse más propiamente El tesoro escondido o El disipador pero Plauto tiene le capricho de forjar los títulos de sus obras de un incidente cualquiera de poca importancia.

Trinummus se debió representar antes del año 560 de Roma. El original es de Filemón.

Argumento

Cármides, viéndose precisado a emprender un largo viaje, deja encargado de sus asuntos a su amigo Caricles, revelándole que tiene oculto en su casa un tesoro y rogándole que en el caso de perecer lo entregue en dote a su hija. Lesbónico, hijo de Carmides, es un joven de buen fondo pero pródigo. Durante la ausencia de su padre disipa casi toda su fortuna y se decide a vender la casa paterna en la cual se halla escondido el tesoro por lo que para ponerlo a salvo sin tener que revelar el secreto se ve precisado el fiel amigo de la famila a comprar la finca a pesar de que las apariencias puedan condenar s u acto. La hija de Cármides es pedida a su hermano en matrimonio por un amigo suyo. Cáricles, queriendo cumplir lealmente con el encargo de Cármides sin descubrir el misterio del tesoro hace creer a Lesbónico que uun criado de su padre ha traído la suma necesaria para dotar a la joven según corresponde al rango de su familia. Uno de los numerosos agentes de intrigas que por un módico salario se alquilaban en Roma para cualquier empeño, el Trinummus que da nombre a la comedia se presta a figurar como mensajero de Cármides. Pero se malogra toda esta noble maquinación porque en el momento mismo en que se va a llevar a cabo se presenta el mismo Cármides quien monta en cólera al enterarse de que Cáricles ha comprado la casa. Pero después de que todo se descubre se apresura a recompensar la prudencia previsora de su amigo y le pide una hija suya para casarla con Lesbónico a la vez que se llevan a cabo las proyectadas nupcias de la muchacha a la cual dota el padre espléndidamente. El drama concluye con las protestas de arrepentimiento del disipador Lesbónico. En esta pieza, como en los Cautivos no intervienen mujeres.

Referencia

Este artículo contiene material de las Lecciones de literatura clásica latina (1882) de A. González Garbín, que se encuentra en el dominio público.