- Alejandro Suero Balbin
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Alejandro Suero Balbin Contenido
Síntesis Biográfica
Nació el 26 de febrero del año 1847 en Luè, Colunga, Principado de Asturias, España; hijo de Ignacio Suero y Teresa Balbín; a la edad de 12 años, como muchos jóvenes de su época, embarcó para Cuba con su tío Juan Balbín quien ya se encontraba establecido en el giro textil en la ciudad de Santi Spíritus. Laboró como dependiente junto a su tío hasta 1870, fecha en que se traslada a la ciudad de Ciego de Ávila.
El 22 de mayo de 1872, contrajo matrimonio con María de la Concepción Rodríguez Paz, con la que tuvo cuatro hijos: Álvaro Canuto, Leopoldo Quirino, David Odón y Amparo Teresa; Doña Concha como era conocida, estuvo unida a Alejandro hasta 1899, fecha en que fallece en la ciudad de París. Significativamente, sus restos fueron depositados en el famoso cementerio del Pére Lachaise en un panteón costeado por su esposo por la suma de 28 000 pesos. Lo que evidencia el capital acumulado ya al cerrar el siglo XIX que le permitió además costear la educación de sus cuatro hijos sobrevivientes en colegios de España, Francia y Estados Unidos.
Muerte
Alejandro Suero Balbín, fallece el 31 de Julio de 1930, sus restos reposan en el Cementerio de Colon en La Habana, cerca de la capilla central, en su majestuosa lápida de mármol se pueden leer sus iniciales ASB.
Hombre de negocios
Alejandro Suero Balbín tuvo la habilidad suficiente para abrirse camino en la vida y se desarrolló en la región avileña como comerciante polivalente, emprendiendo negocios en los giros de víveres, ropa y ferretería, cría y ceba de ganado, exportación de maderas y casa de banca. Llegó a Ciego de Ávila con un capital no superior a los 700 pesos y en el transcurso de 49 años logró construir un capital de 8 millones de pesos. El ahora don Alejandro fue uno de aquellos inmigrantes que contribuyó grandemente al desarrollo económico de las ciudades de Ciego de Ávila y Cienfuegos. En esta última se estableció con residencia fija luego de regresar de Europa a raíz de la muerte de su esposa en 1899. Alejandro Suero Balbín, que antes de establecerse en Cienfuegos había consolidado un fuerte capital en Ciego de Ávila, mantuvo sus negocios en esa localidad por intermedio de apoderados, entre los que se encontraba su hijo Leopoldo, negocios que estaban centrados – según declaraciones de su nieta Bertha Suero- en exportación de maderas, almacenes de ropa, ferretería y víveres; cría y ceba de ganado, además de un establecimiento de dulcería – panadería.
Alejandro Suero Balbín y Acisclo del Valle Blanco fueron dueños de inmensos almacenes y muelles marítimos, fincas destinadas al depósito de mercancías, líneas férreas y propietarios del central San Lino, uno de los de mayor productividad en la antigua provincia de Santa Clara.
Alcalde de la ciudad
El día 21 de agosto de 1885 juró el cargo de alcalde de Ciego de Ávila. De su peculio personal contribuyó al desarrollo de este pueblo, entre sus obras se encuentran la construcción en su finca el Bagá, del cementerio actual de esta ciudad, la parroquia San Eugenio de la Palma, la reconstrucción de viviendas que fueron azotadas por el huracán de 1885, la reconstrucción del ornato público y obras sociales para el mejoramiento de las condiciones de la población.
Condecorado con la Orden Isabel la Católica, por su lealtad al gobierno español y por los méritos en bien de la nación, al llegar el periodo de renovación para el cargo, Suero Balbín, decidió abandonar la política y dedicarse por entero a los negocios. Sin embargo, pronto se vio obligado a abandonar esta tierra, que lo había acogido como a un hijo, para marchar al exilio. Permaneció en España y Francia hasta bien entrada la república. Aunque no volvió más a Ciego de Ávila. Después de varios años en Europa retornó a Cuba, pero esta vez se estableció en Cienfuegos, y allí logró acumular una de las fortunas más grandes de esa ciudad.
En la última década del siglo XIX, el comerciante español Celestino Caces construyó una casa en Punta Gorda, conocida como la Quinta Morisca. Cuando este hombre se retiró de los negocios se la vendió a Alejandro Suero Balbín, quien luego, se la regaló a su hija Amparo Teresa como regalo de bodas al contraer matrimonio con el acaudalado comerciante Acisclo del Valle Blanco. Estos fijaron su residencia en esta quinta, transformándola en el suntuoso Palacio de Valle y concluyendo las obras en 1917. Pero D. Acisclo del Valle lo disfrutó apenas dos años, ya que murió de una angina de pecho el 26 de diciembre de 1919, a los 54 años de edad. En 1922, su viuda y dueña de este majestuoso palacio, acompañada de sus ocho hijos y el cadáver de su esposo Don Acisclo del Valle Blanco, viajaron a España.
El Palacio de Valle, así como todas sus propiedades que sumaban más de 1000 caballerías de tierras, hoteles, bancos, casas comerciales, casas de seguro, etc. en manos de Acisclo José Aquilino Silvio del Valle Suero, como representante de su madre Amparo Teresa Suero Rodríguez, quien se encontraba en España fueron intervenidos por el gobierno revolucionario cubano en el año 1961.
Fuentes
- Documentos originales de los registros civiles de Cuba y España y el Consulado de España en Cienfuegos,
Registro de Propiedades y Archivo Histórico en manos de su bisnieto: Acisclo Rafael del Valle Alvarez.
- Tesis de Maestría del autor: Alejandro García Rodríguez. Especialista en Historia de la ciudad de Cienfuegos, Cuba.
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