- Joaquín Rodríguez Ortega
-
Joaquín Rodríguez Ortega Cagancho (n. Sevilla, 17 de febrero de 1903 – m. México, 1 de enero de 1984[1] ), fue un matador de toros español gitano, cuyo estilo de toreo de grandes genialidades y numerosas espantadas hizo de él un personaje de leyenda.
Perteneció a una época dorada del toreo, siendo coetaneo de figuras como Belmonte o Rafael Gómez "El Gallo".
Su carrera comenzó en 1924 y finalizó en el año 1954 en México, país donde obtuvo siempre un gran reconocimiento y donde desarrolló la mayor parte de su carrera profesional.
Contenido
Biografía
Joaquín Rodríguez nació en el barrio sevillano de Triana, nieto de un cantaor de flamenco e hijo de un herrero. Toreó la primera vaquilla cuando tenía quince años, debutó de luces en San Fernando, cuando tenía veinte, y un año después se presentaba en la Maestranza de Sevilla, en una novillada nocturna. Durante esta etapa de novillero, Cagancho se hizo famoso en 1926 en Barcelona y causó sensación en Madrid Cagancho, al torear con el capote con las manos bajas, algo hasta entonces desusado. De gran elegancia, Cagancho también fue apodado el gitano de los ojos verdes.
Fue en abril de 1927 cuando Rafael Gómez "El Gallo" le dio la alternativa en Murcia,[2] y durante la misma temporada Valencia II se la confirmó en Madrid. Fue por entonces, durante los últimos años de la década de los veinte cuando consiguió los mejores momentos, con una innata exuberancia de su arte y el conocimiento de los cánones de la tauromaquia.
En diciembre de 1928 toreó por primera vez en el país que un cuarto de siglo después le despediría de los ruedos, México, haciendo una faena memorable. Allí cosecharía sus mayores éxitos a lo largo de una carrera que, en general, fue en decadencia, con momentos de gran brillantez en contadas ocasiones. Sin embargo, esos brotes era de tal genialidad, que de nuevo resurgía como figura cumbre y exclusiva.
Cagancho volvió a la plaza de Las Ventas al final de su carrera, obsequiando a la afición con un recital de majestuosos lances a la verónica . Se retiró en la temporada 1953-54 en México, donde se afincó y vivió el resto de su vida.
Joaquín Rodríguez murió, consecuencia de un cáncer de pulmón, en el Sanatorio Español de la capital mexicana, a la edad de 81 años.
El mito de Cagancho
Cagancho combinó grandes tardes de toreo inimitable, que con el capote alcanzaba calidades estéticas sorprendentes con aún más aciagas tardes, algunas de las cuales acababan en la comisaría de la Guardia Civil, con el torero en prisión preventiva y los toros en el corral.
Estos contrastes le valieron para generar sobre sí un mito, así como para crear expresiones que han pervivido en la memoria popular, convirtiéndose en chascarrillos habituales aún casi un siglo después.
Quedar como Cagancho...
No es difícil hoy en día escuchar la expresión: "quedar como Cagancho en la Ventas", "armar la de cagancho en las Ventas" o "quedar como Cagancho en Almagro".
Estas expresiones generalmente se utilizan como sinónimo de hacer las cosas verdaderamente mal y en público, si bien en ocasiones se utilizan para significar todo lo contrario.
Fue en agosto de 1927 cuando se anunció la corrida que del día 26 torearía el maestro en Almagro. Formaban terna con Cagancho Antonio Márquez y Manuel del Pozo, Rayito. Según parece ese día Cagancho fue desganado y cobarde, pinchando al tercer toro, y primero suyo, a la hora de matar en el cuello, y después en el brazuelo, lugares ambos absolutamente vedados.
Peor suerte corrió con su segundo toro, el sexto de la tarde, mucho más bravo. Tras el tercer aviso, signo de que el toro es devuelto al corral porque el torero es incapaz de matarlo, sonó mientras Cagancho seguía intentando matar al animal sin salir de la barrera. Lo hacía pinchándole en los costados, en los brazuelos, en cualquier lugar menos allí donde ha de hacerse según marca el arte de Cúchares. Aquellos de los subalternos que se atrevían a saltar a la arena lo hacían con sus espadas debajo de las muletas, se acercaban al toro y le pinchaban también alevosamente, en cualquier parte. Se dice que a aquel toro no lo mataron; lo asesinaron.
Así pues, el torero salió con la guardia Civil, habiendo tenido que intervenir incluso un destacamento de Caballería del Ejército, para apaciguar los ánimos de un tendido en el que hubo una de las mayores broncas de la historia.
Así pues, a partir de ese momento se comenzó a decir "quedar como Cagancho en Almagro".
Sin embargo, no es correcto utilizar la expresión "quedar como cagancho en las Ventas" en el mismo sentido que la expresión anterior, pues al contrario que en ese caso, sus faenas en la plaza madrileña fueron memorables. Es por tanto adecuado decir "armar la de Cagancho en las Ventas" en sentido positivo.
Bibliografía
Título Joaquin Rodriguez Cagancho. Autor Tomàs Orts i Ramos. Editor Editorial Lux, 31 páginas. ¿Cuál es el origen del apodo del torero Joaquín Rodríguez Ortega? A finales de agosto de 1928 la familia del torero estaba veraneando en Cádiz. Allí concedieron una entrevista a Diario de Cádiz. Preguntado por el origen del apodo "Cagancho", el padre dijo que dicho sobrenombre procedía de la familia del padre del torero, que eran grandes cantaores y a los que llamaban los "caganchos", comparándolos con un pájaro que se llama caganchío. Fuente: Diario de Cádiz, 1 de septiembre de 1928.
Referencias
Enlaces externos
Categorías:- Nacidos en 1903
- Fallecidos en 1984
- Toreros de la provincia de Sevilla
- Toreros de México
Wikimedia foundation. 2010.