- Tratado de Comercio de Armas
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El Tratado de Comercio de Armas, (en inglés, Arms Trade Treaty) es una iniciativa para mejorar la regulación en el comercio internacional de armas convencionales y evitar las muertes de personas que son consecuencia del comercio no regulado o de la desviación de armas al comercio ilícito. La negociación ha entrado en su primera fase tras la adopción de la Resolución 64/48 de NNUU, que establece un Comité Preparatorio, encargado de hacer recomendaciones a lo largo de 2010 y 2011 en cuatro periodos de sesiones. Estas recomendaciones serán examinadas por una Conferencia que se convocará en 2012 con miras a la adopción del Tratado.
Contenido
La iniciativa surge en 1995 impulsada por un grupo de Premios Nóbel dirigidos por Oscar Arias,[1] En 2006 la Asamblea General de NNUU adoptó la Resolución 61/89.[2]
La Resolución 61/89, solicitaba al Secretario General de NNUU que recogiera la opinión de los Estados Parte sobre la viabilidad del establecimiento de normas internacionales comunes. 94 Estados contestaron y se preparó en 2007 un informe.
153 Estados parte votaron a favor de la Resolución 61/89. La Unión Europea apoyó la iniciativa y dio la bienvenida al apoyo cada vez mayor, en todas las regiones del mundo, a un Tratado de Comercio de Armas”[3]
Hubo 24 abstenciones: Bahrein, Belarus, China, Egipto, India, Irán, Iraq, Israel, Kuwait, Laos, Libia, Islas Marshall, Nepal, Omán, Pakistán, Qatar, Rusia, Arabia Saudita, Sudán, Siria, Emiratos Arabes Unidos, Venezuela, Yemen, Zimbabwe.
Varios países hicieron explicaciones de voto: Jamaica, Cuba, Venezuela, China, India, Irán, Algeria, Libia, Federación Rusa, Israel, Pakistán, y Costa Rica.
Grupo de Expertos Gubernamentales y Grupo de Trabajo de Composión Abierta
La Resolución 61/89 también pedía al SG que estableciera un grupo de expertos gubernamentales, con criterios de representatividad geográfica equitativa, para examinar la posible aplicación del Tratado en cuanto a su ámbito de aplicación, parámetros, y que el informe del grupo de expertos se transmitiera a la Asamblea General para su consideración en su 63 sesión. El Secretario General nombró expertos de los siguientes 28 países: Algeria, Argentina, Australia, Brasil, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Egipto, España, Finlandia, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, Kenia, México, Nigeria, Pakistán, Rumanía, Federación Rusa, Sudáfrica, Suiza, Ucrania, Reino Unido y Estados Unidos. El grupo de expertos se reunió en varias ocasiones y su informe ha sido hecho público. Con posterioridad se ampliaron las consultas a todos los países que quisieran participar en ellas, y el grupo pasó a llamarse Grupo de Trabajo de Composición Abierta.
Apoyo de la Administración Obama
El cambio de posición de la Administración Obama fue anunciado en un discurso de la Secretaria de Estado Hillary Clinton en octubre de 2009.[4] EEUU había sido contrario a la negociación internacional de este Tratado al considerar que su normativa nacional en el control de las exportaciones de armas convencionales es suficiente. Este cambio de posición es significativo porque EEUU es el mayor exportador de armas convencionales.
EEUU ha insistido en que la negociación se haga por consenso, y que para que el Tratado sea efectivo deben participar en él los principales países involucrados en el comercio internacional de armas[5]
Apoyo de la Unión Europea
La Unión Europea ha apoyado desde el inicio esta iniciativa, y a través de las sucesivas presidencias rotatorias (Suecia, España) ha colaborado en la promoción y difusión de la iniciativa en otras regiones. Durante el semestre de Presidencia de España, la negociación de un Tratado de Comercio de Armas ha sido una de las prioridades del programa dentro del capítulo dedicado a la Política Europea de Seguridad Común.[6]
El objetivo de la Unión es conseguir un tratado internacional jurídicamente vinculante, que establezca unos estándares altos e internacionalmente reconocidos, comunes a todos los Estados firmantes del Tratado. Por ello ha impulsado una serie de reuniones y seminarios regionales, en colaboración con UNIDIR, en los que se ha puesto de manifiesto que muchos países desean un tratado universal, legal, objetivo, y aplicable, así como distintos puntos de vista sobre el alcance y ámbito de aplicación.[7]
En las grandes cumbres del semestre de presidencia española de la Unión, como la Cumbre UE-América Latina y Caribe, ambas regiones han acordado trabajar conjuntamente para promoción del TCA.[8]
América Latina y el Tratado de Comercio de Armas
Los países de América Latina respaldan la iniciativa internacional. Uno de los principales problemas es que las armas llegan con facilidad a los grupos de criminalidad organizada.
Costa Rica está entre los países que votaron a favor del tratado en Latinoamérica, además del apoyo del gobierno brasileño, casi todos los países votaron a favor de la resolución, sólo Venezuela y Cuba se abstuvieron y ninguno votó contra.
Apoyo de la Sociedad Civil
Varias ONGs, como Amnistía Internacional o Intermón Oxfam apoyan la iniciativa y han creado campañas como Armas Bajo Control. Estas ONGs resaltan el número de muertes que se produce por la utilización de armas convencionales que han sido objeto de una operación o transferencia comercial irresponsable.
La iniciativa no pretende prohibir el comercio de armas, ni su fabricación, pero sí establecer unos criterios internacionales que disminuyan los riesgos de que las armas convencionales puedan ser usadas:
- en violaciones serias de los derechos humanos, derecho humanitario internacional, crímenes contra la humanidad o genocidio;
- en ataques terroristas o por grupos de crimen organizado y transnacional;
- en transferencias que no respeten los embargos de armas decididos por NNUU;
- en operaciones con riesgo de diversión o en las que no se conozca suficientemente su usuario final;
- en actividades que puedan ir en detrimento de la seguridad regional o del desarrollo económico y social de los países
Aunque existe ya regulación nacional o regional al respecto, los diferentes niveles de control y la ausencia de regulación en otros países o regiones, la creciente globalización y complejidad de las operaciones comerciales de ventas de armas, hacen necesario un Tratado internacional y de aplicación universal. Institutos de Estudio como SIPRI han puesto de manifiesto que las cifras de comercio global se redujeron tras el fin de la Guerra Fría, pero que están volviendo a crecer desde 1998.[9]
El Tratado deberá pronunciarse sobre los tipos de armas y tipos de operaciones que quedarán cubiertos bajo su ámbito de aplicación. Los Estados Parte serían responsables de su aplicación, y deberían desarrollar, cuando no existan, órganos y legislación para cumplir las obligaciones del Tratado.
Referencias
- ↑ Página web del grupo
- ↑ “Hacia un tratado sobre el comercio de armas: establecimiento de normas internacionales comunes para la importación, exportación y transferencia de armas convencionales”
- ↑ Statement by H.E. Mr. Kari Kahiluoto, Ambassador, Permanent Representative of Finland to the Conference on Disarmament, on behalf of the European Union, UN 61st Session; First Committee, Thematic Discussion: Conventional Weapons, 12 October 2006, New York.
- ↑ Artículo de prensa haciéndose eco de este cambio
- ↑ Comunicado de Ellen Tauscher, Under Secretary for Arms Control and International Security, en el Carnegie Endowment For International Peace
- ↑ Programa de la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea, ver página 24
- ↑ Promoting Discussion on an Arms Trade Treaty
- ↑ Declaración de Madrid, página 2
- ↑ Tendencias del gasto en armas según el SIPRI
Enlaces externos
Oxfam Internacional: Armas Bajo Control
Stockholm International Peace Research Institute
Informe del Real Instituto Elcano "Hacia un Tratado sobre el Comercio de Armas Convencionales (ARI)"
Categorías:- Tratados para el control de armamento
- Tratados internacionales
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