- Compensación de la aguja náutica
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Los compases magnéticos han de ser compensados a intervalos regulares de tiempo (normalmente cada uno o dos años dependiendo de las legislaciones de los diferentes países), o después de que un buque se ha pasado mucho tiempo parado al mismo rumbo (en dique seco o inmovilizado en un muelle). La compensación ha de ser realizada por personal especialista, normalmente capitanes de la Marina mercante autorizados por la Administración marítima, y tiene por objeto reducir a sus valores mínimos los desvíos del compás debidos a la influencia de los materiales magnéticos del barco.
El objeto principal de la compensación es hacer que la fuerza directriz que actúa sobre la aguja del compás sea constante a todos los rumbos. La aguja magnética se compensa por medio de los campos magnéticos creados por imanes permanentes colocados vertical, transversal y longitudinalmente en la bitácora; en las proximida¬des de la aguja, así como con masas de hierro dulce de forma esférica (esferas de Thompson) o cilíndrica (cilindros de Modena) de dimensiones adecuadas y dispuestas simétricamente a ambos lados de la bitácora y a la altura de la aguja.
Los imanes y las masas de hierro reciben el nombre de "correctores". Los imanes longitudinales y transversales son cilíndricos, fabricados de acero al tungsteno o de acero al cobalto, están pintados de rojo y azul indicando sus polos y su tamaño es variable, según el tipo de aguja que se vaya a compensar. Se colocan en la bitácora dentro de unos alojamientos especialmente hechos ellos en el plano transversal (Er-Br) y en el plano longitudinal (Pr- Pp), en los primeros se colocan de uno en uno, y en los segundos por parejas uno a cada banda. Sirven para corregir el magnetismo permanente horizontal (desvío semicircular) producido por los hierros duros de a bordo, los cuales son los causantes del magnetismo permanente, cuyo valor cambia de signo cada 180°.
Los imanes de escora son de las mismas características que los anteriores pero un poco más largos, se alojan verticalmente en un estuche de latón que cuelga bajo el centro de la rosa y mediante un mecanismo los podemos acercar o alejar de ella. Sirven para corregir los desvíos que aparecen cuando un barco da balances acusados (desvío de escora).
Con las esferas de hierro dulce y de diámetros variables que pueden llegar hasta los 305 mm, se anula el desvío cuadrantal producido por los hierros dulces de a bordo, que dan lugar a un campo magnético accidental variable con el rumbo del buque y cuyo valor cambia de signo cada 90°. Las esferas se atornillan por parejas, a unos soportes que lleva la bitácora normalmente de través. Los centros de las esferas deben quedar a la altura del centro de la rosa y a igual distancia de la misma.
En la compensación del campo magnético accidental se tienen también en cuenta los efectos de los hierros dulces verticales, e incluso de los inclinados, en cuyo caso se anulan las componentes vertical, horizontal y transversal de los mismos.
Es evidente que la corriente eléctrica continua con la que se alimentan los numerosos equipos electrónicos que en la actualidad llevan los buques a bordo produce también campos magnéticos; sin embargo, éstos podremos eliminados entrelazando los cables de alimentación de dichos aparatos o alejándolos del compás. Cuando un barco está previsto que navegue cambiando mucho de latitud, los desvíos producidos por el magnetismo accidental se compensan, además, por una barra especial también de hierro dulce denominada barra "Flinders", que se aloja en un estuche de latón que lleva la bitácora en una de sus caras, normalmente la que mira hacia proa.
Si la aguja esta bien instalada es posible compensar casi totalmente todos los desvíos, aunque en cualquier caso suelen quedar desvíos de muy pequeño valor llamados "desvíos residuales", los cuales deben tenerse en cuenta, y que se pueden calcular, una vez efectuada la compensación por cualquiera de los métodos expuestos.
Esta operación de compensar a un buque en la mar lleva bastante tiempo, ya que el buque tiene que hacer varios giros de 360º y estabilizarse a los diferentes rumbos un tiempo. Antes de efectuar la compensación es necesario preparar adecuadamente al buque, para lo cual se tendrá en cuenta: que el barco esté adrizado y en condiciones análogas, o lo más parecidas posible a las de sus navegaciones, colocar en su posición habitual todos los objetos metálicos próximos a la aguja, comprobar la coincidencia de la línea de fe con el plano de crujía, hacerle la prueba de estabilidad a la aguja, comprobar la buena alineación de los taxímetros y asegurarse que no hay materiales magnéticos olvidados en las proximidades de la bitácora.
Categoría:- Partes de un barco
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