- Corazón salvaje (telenovela)
-
Corazón salvaje (telenovela)
Corazón salvaje es una novela escrita por la prolífica escritora mexicana Caridad Bravo Adams y publicada en 1957 después de haber sido adaptada para la pantalla el año anterior. La historia tiene lugar en Martinica en 1903 y describe la vida en el mar Caribe de un muchacho que crece para ser un pirata, mientras su medio hermano va a estudiar a Francia, y las dos hermanas que se enamoran de él.
Contenido
Sinopsis
Esta novela, original de Caridad Bravo Adams, está ambientada en el Caribe, específicamente en las colonias francesas; la adaptación mexicana de 1993 está ambientada en la costa atlántica de México y a esta nos referiremos en adelante por ser la más conocida mundialmente.
Francisco Alcázar y Valle es un hombre rico e importante, que posee una hacienda de caña de azúcar, casado con una mujer severa y sin compasión, Sofía de Alcazar y Valle, con quien tiene un hijo, Andrés Alcázar y Valle, perpetuamente consentido por su madre. Doña Sofia es una mujer distinguida aunque de carácter fuerte y sentimientos mezquinos, prima de los nobles Condes de Altamira.
Francisco había tenido una aventura con una mujer casada que era maltratada por su marido antes de casarse con Sofía. La mujer quedó embarazada y murió cuando el niño tenía tres años. El muchacho, hijo ilegítimo, es, en realidad, su primogénito. Cuando esta mujer queda embarazada, su marido rehúsa a dejarla marchar, no permite que Francisco sepa que el niño es suyo y tampoco lo reconoce él. Así que el niño, llamado Juan, crece conocido como Juan del Diablo, por no tener apellido. La madre de Juan finalmente muere de la vergüenza y de los malos tratos que había recibido de su marido y el muchacho es criado sin amor ni educación, en la pobreza y desatendido.
Siendo adolescente, el marido de su madre muere y entonces Francisco Alcázar, que acaba de saber de la existencia de ese hijo, ocultando tal hecho, le invita a vivir en su hacienda con su familia, con el pretexto de que fuera un compañero de juegos para su hijo Andrés. Sofía descubre le verdad e intenta echar a Juan, a lo que Francisco se opone. Finalmente Francisco tiene un accidente mientras monta a caballo justo antes de reconocer legalmente a Juan como su hijo, como tenía planeado. Francisco, sin embargo, ha dejado una carta con sus intenciones dirigida a su amigo y abogado el licenciado Noel Mancera. Sofía intercepta la carta y la esconde. En su lecho de muerte, Francisco manda llamar a su hijo Andrés, que es apenas un niño, y sin decirle la verdad, le pide que cuide de Juan como haría un hermano. Tras su muerte, Sofía echa a Juan sin decirle nada a Andrés, que echa mucho de menos a Juan.
Quince años después Juan ya es un hombre que vive entre los marineros y los piratas del puerto, ganándose una dudosa reputación por sus negocios sucios de contrabando, por ganar sus peleas y por ser amable y justo con sus hombres, que le recompensan con una lealtad sin límite. También es un mujeriego, pero nadie le ha robado el corazón. Sabe quién era su padre, porque el licenciado Mancera se lo dijo, pues se convirtió en su mejor amigo y el único que le ha dado algo de educación). Mancera le ofrece su apellido, pero él rehúsa porque no lo necesita para sus negocios.
Por otra parte, Mónica y Aimeé son las dos adorables jóvenes condesas hijas del fallecido Conde de Altamira. Suelen ser muy respetadas en la alta sociedad, pero sin embargo la familia De Altamira está en la bancarrota, sus únicas posesiones son: su mansion, el apellido, su belleza y la larga promesa del futuro matrimonio entre la mayor, Mónica, y Andrés Alcázar.
Desafortunadamente, Mónica, que es reservada y extremadamente prudente, no escribe a Andrés, el cual olvida su compromiso. Cuando éste se encuentra en la ciudad de México, conoce a la hermana de Mónica, Aimeé. Aimeé es bonita, pero coqueta y egoísta. Muestra interés en Andrés, quien, más que probablemente, es rico y tiene influencia y poder. Andrés se enamora completamente de Aimeé, hecho que le cuenta a su madre cuando ésta va a visitarle. Sofía regresa a casa para informar a la condesa Catalina, su prima y madre de Mónica y Aimeé, de los sentimientos de su hijo. Cuando Catalina se entera del rechazo hacia su hija Mónica, queda consternada, sabiendo que eso puede significar la ruina de su familia. Cuando se entera de que Andrés ama a Aimeé, se horroriza ante el pensamiento de cómo se le va a partir el corazón a Mónica, pero acepta el nuevo compromiso. Cuando Mónica descubre los sentimientos de Andrés, queda destrozada: ese es el matrimonio con el que siempre había soñado, para el que fue educada y estaba enamorada de Andrés. Cae enferma, pero, tras recuperarse, decide entrar en el convento local y tomar los hábitos. Les cuenta a todos que se siente aliviada de que Andrés rompiera su compromiso y finge que siempre había tenido vocación religiosa.
Por entonces Aimeé regresa con su madre. Un día, mientras pasea por la playa, descubre y espía a un hombre que se está dando un baño en una casa de la playa. Se trata de Juan del Diablo, aunque Aimeé no le conoce, ni su pasado, ni sabe que es hijo de don Francisco de Alcázar y Valle. Le observa desde la distancia, pero Juan la ve. En los días sucesivos, Aimeé regresa varias veces a espiar a Juan. Él decide encararse con ella y la atrapa mientras ella está escondida esperándole. Pronto tienen un romance y se enamoran.
Mientras que Aimeé mantiene amoríos con Juan, Andrés regresa al pueblo de ésta. Con la aprobación de su madre, y de la madre de Aimeé, Andrés le pide su mano en matrimonio, y ella acepta, a pesar de su relación con Juan. Por otro lado, Juan empieza a pensar que tal vez desea casarse con Aimeé, y un día le pregunta que si él fuese rico, si ella se casaría con él, a lo cual ella responde "Si lo fueras, ¿por qué no?". Con esa pequeña esperanza, Juan decide hacer un viaje de dos meses, su último viaje, para amasar una fortuna y poder presentarse ante la familia de Aimeé como un buen futuro esposo. Su mentor, el Licenciado Mancera, le ofrece darle su apellido cuando descubre que Juan tiene inclinaciones por una señorita, desconociendo que la señorita de la cual Juan está enamorado es la condesa Aimeé de Altamira. Juan parte y Aimeé le promete esperarle y casarse con él, a pesar de ya estar comprometida con Andrés.
Luego de varias semanas, rumores empiezan a llegar de que Juan del Diablo fue detenido en su viaje y que lo han condenado a 10 años de trabajos forzados. Ante estas noticias, Aimeé sigue con su compromiso con Andrés y la boda se efectúa. Juan llega al pueblo, sin saberlo, el día de la boda de Aimée y Andrés. Sólo al día siguiente, cuando se reúne con el Licenciado Mancera, se entera de la boda de Aimeé. Entonces parte inmediatamente hacia la hacienda de Andrés, Campo Real, para hacerle frente y llevarse a Aimeé a la fuerza para que ella cumpla su promesa. Andrés, que no sabe nada de su parentesco con Juan ni de la aventura que este tuvo con su esposa, pero que lo recuerda de la niñez, decide emplearlo como nuevo administrador de Campo Real, su hacienda.
Mientras, Mónica abandona el convento y se reúne con su familia en dicha hacienda de los Alcázar y Valle. Preocupada por la vida miserable de los trabajadores y sus familias, defendiendo a Andrés a capa y espada pese a haber roto su compromiso, empieza a ser llamada “Santa Mónica” por Juan, mientras que ella y su madre descubren el romance que este vivió con Aimeé.
Como Mónica ya no va a ser monja, Andrés quiere reparar su ofensa casándola con su amigo Alberto de la Serna, al tiempo que se entera de que Juan en realidad es su hermano y de que tuvo un indecente romance con una señorita que está en la casa. Naturalmente, Andrés piensa inmediatamente que se trata de Mónica, ya que es incapaz de imaginarse la verdad: que la mujer de la que hablaban Juan y su criada Azucena era en realidad su esposa, Aimeé. A causa de este malentendido, Mónica es empujada a casarse inmediatamente. Ella acepta para proteger a Andrés y a su hermana de la vergüenza, el escándalo y sus consecuencias, pero rehúsa a casarse con Alberto. El licenciado don Noel Mancera le ha hablado de la nobleza y la generosidad de Juan, cosa que ha llegado a vislumbrar por sí misma por su comportamiento tanto con ella misma como con los campesinos, así que le propone a su madre casarse con Juan en vez de con Alberto. Después de todo, también es un Alcázar y Valle y así logrará separarle de Aimeé para siempre. Ante la sorpresa de Andrés, el estupor y la firme oposición de Aimeé y contra todo pronóstico, Juan acepta casarse con Mónica. Siendo ya Juan un Alcazar y Valle contrae matrimonio con la condesa Monica de Altamira.
Ahí comienza realmente la historia de uno de los romances más apasionados. Juan y Mónica, a pesar de haberse casado por otros intereses, se enamoran, pero el camino no se les hará fácil hasta llegar al "y vivieron felices por siempre".Al principio de estar casados, no se conocen, no saben hasta dónde se quieren o si sólo se respetan, por lo que Juan, inseguro del amor de Mónica, trata de averiguar qué siente ella por él,pues no sabe si ella todavía ama a Andrés, dejando entrever que poco a poco,como ella, que se va enamorando sin remedio. Ella siempre le niega seguir queriendo a Andrés, y en una charla en la que ambos se confiesan sus vidas y anhelos, Mónica declara su amor a Juan, que quiere creerla porque ya la quiere tanto como ella a él y demuestra ya no estar interesado en Aimée.
Pero Aimée, que no se conforma con haber perdido a Juan frente a la santurrona de su hermana, prepara una jugarreta y esconde un retrato de Andrés donde Mónica le declaraba su amor entre la ropa que esta dejó en casa de su madre, enviándola a casa de Juan. Cuando este lo encuentra, monta en cólera y pide cuentas a Mónica, pero su marido está tan celoso y furioso, que de nada sirve que ella llore y lo niegue, él se marcha a la cantina del Tuerto y sólo la intervención de don Noel hace que regrese a su casa y pida perdón a Mónica, diciéndole que es ella la única que lo trae loco y que se dejaría matar por ella.LLegan días muy felices,los dos muy enamorados, hasta que Juan debe partir por negocios.
Sabiendo de su ausencia, el jefe de la cárcel, Espíndola y su compadre, Guadalupe Cagiga, el dueño del prostíbulo donde había tenido y violado a Azucena, le preparan una trampa para poder acusarlo de contrabando de armas y de asesinato. A su regreso Juan es detenido en su casa junto con el Tuerto y don Noel, que es liberado poco después.
Espíndola no deja que Mónica visite a Juan, aunque se lo permite a Aimée a cambio de la promesa de sus favores amorosos, y la pobre esposa no tiene más remedio que disfrazarse de monja para poder visitar a Juan con la excusa de estar haciendo obras de caridad. Mientras, doña Sofía, enterada de los amores que tuvieron su nuera Aimée y Juan, traza un plan junto a su amigo Alberto de la Serna para deshacerse de Juan y de Aimée: decirle a ella que se escaparán juntos y a él que lo hará con Mónica para luego poder matar a su nuera y a Juan fingiendo un accidente.
Como Juan no se fía de doña Sofía, decide adelantar su fuga un día, pero no cuenta con que Aimée ha ido a la cárcel y que Espíndola pretende cobrarse. Al oírla, Juan acude y Espíndola le dispara, hiríendole de gravedad, por lo que el Tuerto dispara a su vez y le mata. Así consiguen escapar, pero como Juan está tan mal herido, se lo llevan a la cabaña de la curandera Tehua, donde también se esconde Aimée.
Entre doña Sofía, Alberto de la Serna y Guadalupe Cagiga hacen correr el rumor de que Juan y Aimée se fugaron juntos en el barco de Cajiga, que hacen explotar fingiendo de todas formas que han muerto.
Oportunamente, el juez de San Pedro se jubila y le sustituye Marcelo Romero Vargas, que viene acompañado de su cuñada Amanda, viuda de su hermano, y la hija de esta, Mariana. No tarda en saberse que Mariana no es hija del marido de Amanda, sino de don Noel. Romero Vargas, que tiene un estricto sentido de la justicia, se hace cargo del caso de Juan pese a que se esté tramitando su certificado de defunción. Don Noel averigua que las armas encontradas en la bodega de Juan no proceden del contrabando, sino de un decomiso anterior y que el muerto no es sino otro reo que estaba en la cárcel desde antes de que Juan partiera.
Mónica, destrozada por el dolor y de luto, cree como todos que Juan y su hermana han muerto, pero unos días más tarde, por unas palabras de Azucena, descubre que Juan puede estar vivo y decide vender la casa y el barco para hacerle volver. Finalmente alquila la casa al nuevo juez, regresando a casa de su madre, y le da los papeles del barco a Andrés para que lo venda. Este lo compra para desquitarse y Bautista, su capataz, lo hunde.
Mientras Juan se recupera en la cabaña de Tehua, en vez de a Mónica encuentra a Aimée, que como ya está embarazada, pretende engañar a Juan para que crea que el hijo es suyo y no de Andrés, pero es ella la engañada y Juan va a ver a Mónica.
Mónica, que no cabe en sí de gozo al ver a Juan, le cuida la herida, le hace descansar y le propone escapar juntos,pero Juan, pese a que lo que más desearía en el mundo es no tener que separarse más de ella, se niega, pues no quiere huir toda la vida, ni de la justicia, porque es inocente, ni de Andrés, que ahora cree que se escapó con su mujer y querrá vengarse. Cuando Juan reaparece en misa delante de todo el pueblo, Andrés lo reta a un duelo y cuando este se produce, Andrés está tan borracho que falla dos veces, pero Juan le perdona la vida hiríendole en una mano y más que nunca en el orgullo.
Como ya se sabe que Juan y Aimée no han muerto, se arregla que Aimée fue llevada a la fuerza por los hombres de Juan para que esta pueda volver con Andrés, pero aún queda pendiente la muerte de Espíndola y Juan, como el Tuerto lo mató para salvarle la vida, no puede menos que echarse la culpa y alegar defensa propia. Como Mónica le dice que no podría soportar volver a verlo preso y menos para proteger a otro, Juan decide que lo mejor será apartarla de él mientras no se demuestra su inocencia, se esconde en un cortijo abandonado y, cuando Mónica va a buscarle para decirle que no pudo recuperar el barco y que este se hundió, él le miente y le hace creer que el barco era más importante que ella, encontrando así la excusa para hacer que ella se aleje de él.
Entretanto, Andrés se ha enterado de que Aimée fue la amante de Juan y sólo la mantiene en la casa porque espera un hijo, pero Aimée sufre un aborto y, para ocultarlo, decide salir a caballo y fingir una caída. Bautista, para vengar a sus amos, esconde una piedra bajo la silla y, mientras Aimée galopa, se encuentra con Mónica, viene de hablar con Juan sobre el barco, el caballo se encabrita, Mónica cree que por su culpa, y Aimée cae sobre unas rocas. Gravemente herida, la llevan a su casa, donde muere, no sin antes, aprovechando el sentimiento de culpa de su hermana, le hace prometer que nunca regresará con Juan.
Andrés,despechado y sobre todo viudo, decide que se equivocó, que debió casarse con Mónica, y que para conseguirlo sólo tiene que quitarle el apellido a Juan. De ese modo el matrimonio quedaría invalidado, puesto que Juan Alcázar y Valle dejaría de existir.
Por otra parte, Juan debe entregarse hasta que se aclaren todos sus asuntos con la justicia. Aprovechando esta circunstancia y destrozada por la muerte de su hija Aimée, doña Catalina vende su casa a Juan, sin que Mónica sepa que él la compra, para que no tenga dónde ir y obligarla a ir con ella a la capital a casa de su tía Amalia.
Cuando Juan sale de la cárcel tres meses después, va a la capital a buscar a su esposa, pero encuentra la prima de esta que le dice que Mónica no quiere verle. Desolado, regresa a San Pedro mientras es Andrés el que sí la visita.
Doña Catalina ve con buenos ojos que Andrés quiera casarse con Mónica y trata de convencerla para que acepte, por lo que regresan a San Pedro, donde, paseando por el mercado con Andrés y su prima Dolores, se reencuentra con Juan, que quiere hablar con ella y explicárselo todo, pero ella no se siente con fuerzas para seguir sufriendo y declina hablar con él. Por eso Juan se cuela de noche en casa de Andrés, en el cuarto donde Mónica duerme con su prima, dispuesto a obligarla a escucharle aunque ella le suplica que se vaya. Salen al salón y allí los sorprenden Andrés y Bautista. Empieza un rifirrafe entre los hermanos y Bautista dispara a Juan para proteger a Andrés, pero Mónica se interpone y es herida en un brazo.
Decidida a no soportar más que los dos hermanos la tomen como moneda de cambio, se alquila un cuarto y se va a vivir sola, pese a la oposición de todos.
Por otra parte, como doña Sofía no quiere que su hijo se case con Mónica, pues culpa a su prima Catalina y a sus hijas de todas sus desgracias, conspira para que Mónica regrese con Juan. Sale a la luz de nuevo la carta que escribió Francisco reconociendo a Juan, que está en poder de Guadalupe Cagiga pues, sin que este se diera cuenta (le dejó el sobre), se la robó a Bautista, que a su vez se la había robado a doña Sofía. Así que Sofía y Alberto urden un plan para atacar a Bautista y robarle la carta que creen que aún tiene, pero Juan piensa en lo mismo, y, aunque este sabe que sólo encontrará el sobre, piensa que le será suficiente para demostrar la existencia de la carta ante el juez Romero Vargas. Cuando Bautista es apaleado y registrado por los mercenarios de Alberto, el sobre no aparece, lo que disgusta mucho a Sofía, porque lo escondió en el sombrero. Juan cree que se les han adelantado, pero el Tuerto se queda con el sombrero donde casualmente termina por aparecer el sobre.
Una noche Andrés, borracho y deseoso de venganza, se presenta en el cuarto de Mónica y trata de hacerla suya por la fuerza diciendo que si Juan tuvo a Aimée, él también tiene derecho a tener a Mónica, pero las súplicas de ella le hacen ver lo que está a punto de hacer y se marcha. Ella no lo cuenta, pues teme que esta vez Juan mate a Andrés.
Juan sigue insistiendo en que Mónica aún le quiere como él a ella y la visita de noche en su cuarto. La casera se queja de que no es decente que a Mónica la visiten hombres a deshoras en estado inapropiado. Pero Juan, que ha recuperado su apellido gracias a la carta y al juez Romero Vargas, va a buscar a Mónica y se la lleva a casa, la que fue de doña Catalina.
Finalmente, Andrés manda llamar a Juan a su casa y mientras están los dos allí (Andrés se regodea ante Juan y miente, diciendo que Mónica hizo suya), se produce un terremoto que derrumba la casa sobre sus cabezas. Andrés queda atrapado bajo los escombros y Juan, conmovido, le salva la vida, pese a todo, antes de regresar corriendo a su casa en ruinas para encontrar que Mónica ha desaparecido. Desesperado, la busca sin descanso durante dos días entre los heridos y los muertos, hasta que finalmente aparece en casa de Tehua. Va camino de allí cuando lo emboscan en el risco Bautista y sus hombres para matarlo, pero salta al agua, donde Bautista lo da por muerto, y Mónica, que lo ha visto, salta tras él y al fin se reencuentran.
Juan se entera de que Mónica está esperando un hijo, pero dice que no le importa si es de Andrés. Al oír esto,la pobre Mónica se desmaya de la impresión, porque Juan se ha enterado y haya podido creer a Andrés.
Andrés, herido por el terremoto, consciente de que Juan le salvó la vida a pesar de todo, por fin recapacita: hace saber a su madre que que no quiere volver a saber de ella porque con sus intrigas no ha conseguido más que destrozarle la vida y, colérico, mata a Bautista cuando este pretende asfixiar a Doña Sofía.
Cuando sabe que Juan está en su casa, Andrés se presenta allí para aclarar que nunca llegó a abusar de Mónica, pedir perdón por todo y despedirse de su hermano.
Por fin, Juan y Mónica pueden vivir felices.
Adaptaciones
Ha habido cinco producciones mexicanas basadas en el libro, dos películas y tres telenovelas, una de las cuales fue rodada en Puerto Rico. La última producción fue la telenovela de 1993 protagonizada por Edith González como Mónica de Altamira, el fallecido Eduardo Palomo como Juan del Diablo, Ana Colchero como Aimée de Altamira y Ariel López Padilla como Andres Alcazar y Valle. Sin embargo, la historia adaptada por María Zarattini, tiene lugar cerca del puerto de Veracruz y los apellidos franceses fueron cambiados por apellidos españoles, Molnar por de Altamira y D'Autremont por Alcázar y Valle. La cantante Angélica María interpretó el papel de Mónica en la película de 1968 y en la telenovela de 1977, que fue rodada con la colaboración de la Armada Mexicana. En octubre del 2009 se estrenó una nueva versión a cargo de Salvador Mejía, titulada con su nombre original, sus protagonistas son Aracely Arámbula y Eduardo Yañez, la cual es rodada en el puerto de Alvarado, Veracruz, cabe mencionar que esta adaptación ha manejato tecnología nunca antes utilizada en una telenovela mexicana, incluyendo una réplica a escala natural de un velero para usarlo en un set con pantalla verde.
Las adaptaciones en la pantalla han sido:
Corazón salvaje (telenovela de 2009)
Telenovela de 150 capítulos
- Aracely Arambula es Regina y Aimee Montes de Oca
- Eduardo Yañez es Juan Del Diablo
- Cristian de la Fuente es Renato Vidal Montes de Oca
Corazón salvaje (telenovela de 1993)
Telenovela de 80 episodios
- Edith González: Monica de Altamira
- Eduardo Palomo: Juan del Diablo
- Ana Colchero: Aimee de Altamira
- Ariel López Padilla: Andres Alcazar y Valle
- Enrique Lizalde: Noel Mancera
Corazón salvaje (telenovela 1977)
- Angélica María: "Monica Molnar"
- Martín Cortés: "Juan del Diablo"
- Susana Dosamantes: "Aimee Molnar"
- Fernando Allende: "Renato D'Autremont"
Película de 1968
- Angélica María: "Monica Molnar"
- Julio Alemán: "Juan del Diablo"
- Teresa Velázquez: "Aimee Molnar"
Corazón salvaje (telenovela 1966)
- Julissa: "Monica Molnar"
- Enrique Lizalde: "Juan del Diablo"
- Jacqueline Andere: "Aimee Molnar"
- Enrique Álvarez Félix: "Renato D'Autremont"
Película de 1956
- Martha Roth: "Monica Molnar"
- Carlos Navarro: "Juan del Diablo"
- Christiane Martel: "Aimee Molnar"
- Rafael Bertand: "Renato D'Autremont"
Telenovela Juan del diablo (Puerto Rico) en 1966
- Braulio Castillo: Juan del Diablo
- Gladys Rodríguez: Mónica Molnar
- Martita Martínez: Aimeé Molnar
- José Yedra: Renato D'Autremont
Enlaces externos
Categoría: Historieta de México
Wikimedia foundation. 2010.