Domingo Fernández Vinjoy y Pérez Trío (Quintalonga, Castropol, 12 de mayo de 1828- Oviedo, 11 de abril de 1897) Sacerdote asturiano.

Biografía

Sus padres eran labradores en caserío de la familia Valledor. Haciendo el viaje a pie, se trasladó a Oviedo y, de aquí, pasó a Madrid en compañía de unos arrieros. Allí trabajó como dependiente de un comercio y luego como criado de una familia rica, con la que pasó a Francia, donde tenía un hermano empleado en un colegio de segunda enseñanza. En este colegio comenzó sus estudios y luego cursó la carrera eclesiástica bajo la protección del obispo de Astorga, del cual fue mayordomo.

Nombrado sacristán mayor de la catedral de Oviedo, dejó este importante cargo en septiembre de 1876 para fundar un asilo de huérfanos, utilizando a tal fin, primeramente, su humilde casa de la calle Santa Ana y luego la número 2 de la calle del Fresno, actual Pérez de la Sala. Acompañado de los dos primeros huérfanos recogidos, imploraba por calles y pueblos la caridad de las gentes, usando estas palabras: "para mantenerlos y educarlos". Entre otros pueblos se recuerda haberle visto entrar en Ribadesella con un cartelón que decía: "limosna para los huérfanos". Su entrada la hizo por la noche y llamó la atención de todo el pueblo. Los niños que le acompañaban iban de dos en dos, entonando cánticos religiosos, alusivos a la obra que realizaba. El cartelón era una especie de farol rectangular con dos velas en su interior que hacían visible la inscripción. Lo mismo en Ribadesella que en otros pueblos que recorría. Utilizaba las escuelas para pasar la noche, durmiendo sobre los bancos como los huérfanos a quienes acompañaba y con los cuales comía y de cuyo lado no se separaba un momento.

El canónigo de Oviedo, José Sarri, le dio algún dinero y un solar en el Fresno. Con esto, se animó a levantar una planta baja con los necesarios departamentos. El Padre Castaño, uno de los primeros niños recogidos por Vinjoy, que en 1917 pronunció la oración fúnebre en la catedral, con ocasión del traslado de los restos de Vinjoy, dice que era de ver a aquel venerable sacerdote, remangada la sotana, apisonando tierra y trabajando como uno de tantos operarios, hasta lograr ver instalado el asilo en aquel nuevo edificio. Con el dinero sobrante de lo que se recaudó para el Batallón del Principado cuando la guerra de Cuba, pudo construirse, por disposición del obispo Ramón Martínez Vigil, el definitivo edificio del asilo -inaugurado en 1906- capaz de albergar cien niños. Allí se formaron muchos sacerdotes y maestros, así como cientos de otros hombres de provecho, con diferentes empleos y oficios. El Padre Vinjoy, rodeado de sus hijos adoptivos, no pudo llegar a ver todo el fruto de su hermosa obra, pero bien claramente lo vislumbraría cuando oyendo decir a sus detractores que sólo por vil interés había abrazado aquel género de vida, no decayeron sus fuerzas y supo seguir en el caritativo empeño hasta el fin de sus días.

El 3 de julio de 1917 fueron trasladados sus restos desde la iglesia de San Pedro de los Arcos a la Catedral de Oviedo, donde se celebraron las solemnes honras fúnebres citadas y, luego, fueron inhumados en una hornacina construida en la capilla del asilo por él fundado. Cuando la comitiva que acompañaba los restos llegó al final de la calle Pérez de la Sala, se descubrió la lápida que el Ayuntamiento había colocado, dando nombre de Avenida Domingo Fernández Vinjoy a la carretera del Fresno.

Referencias

• Nombres y cosas de las calles de Oviedo (1992) Editor: Ayuntamiento de Oviedo ISBN 84-606-1037-3