- Rinitis
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Rinitis Clasificación y recursos externos CIE-9 472.0 DiseasesDB 26380 Medline Buscar en Medline mediante PubMed (en inglés) MedlinePlus 001648 Aviso médico La rinitis es una inflamación del revestimiento mucoso de la nariz, caracterizada clínicamente por uno o más síntomas: rinorrea, estornudo, prurito (picor) nasal, congestión, drenaje (secreción) postnasal.
Hay dos grandes tipos:
- Rinitis alérgica: se puede clasificar en estacional y perenne.
- Rinitis no alérgica: este grupo incluye la rinitis infecciosa, la rinitis vasomotora y la rinitis medicamentosa.
Esta inflamación determina la producción de hiperreactividad nasal, y ante estímulos inespecíficos -como en la rinitis alérgica (fiebre del heno) con la inhalación de alérgenos- se producen los síntomas. Los que padecen este tipo de alergia, deben evitar prados en período de floración. No obstante, la fiebre del heno puede manifestarse a lo largo de todo el año y de forma regular, sin relación con la estación climática. Es la denominada fiebre del heno "perenne", cuyas manifestaciones son generalmente impredecibles en cuanto al momento y a la intensidad. Algunas personas con este tipo de fiebre del heno suelen presentar pólipos nasales, sinusitis y abundantes eosinófilos en el moco nasal, mientras que otras no tiene pólipos, ni sinusitis, ni eosinófilos, pero sí los síntomas; en este caso la afección puede ser una rinitis vasomotora, las causas de la cual no son del todo conocidas.
Síntomas de las rinitis
Picor nasal, producción de moco acuoso y líquido además de estornudos frecuentes. Si el médico explora el interior de las fosas nasales podrá observar que la mucosa de los cornetes está enrojecida, inflamada o con una coloración violácea muy caracterísitica. La inflamación produce enrojecimiento en la garganta
El paciente suele presentar, además, los ojos congestionados, que escuecen y lagrimean con profusión. Puesto que toda la mucosa de la nariz está congestionada, el paciente no puede respirar libremente y con facilidad, por lo que no es de extrañar que la mucosa de los senos maxilares y frontales esté también congestionada. Ello podrá favorecer las sinusitis, afecciones muy habituales en estos pacientes, que les provocan frecuentes dolores de cabeza, malestar general y, dependiendo de la persona, cambios de carácter e irritabilidad.
La rinitis alérgica se manifiesta también con estornudos frecuentes, flujo nasal transparente, acuoso y lagrimeo constante todos estos síntomas sobre todo en las mañanas, esto hace que disminuyan las actividades diarias de las personas provocando malestares, comúnmente confundidos con un resfriado simple, a diferencia que un resfriado viene acompañado de fiebre y temperaturas y no va más allá de una o dos semanas.
En casos muy raros puede darse también epistaxis (hemorragia nasal), principalmente en cuadros muy severos.
Tratamiento
En la rinitis no alérgica el tratamiento debe ir dirigido a la causa, si la etiología es evidente, y asociarse a tratamiento sintomático. Para la obstrucción nasal el tratamiento de elección lo constituye los corticoides nasales, siendo a veces necesario asociarlo en periodos cortos de 3 a 7 días a descongestionantes nasales tópicos u orales, así como el uso de antisépticos nasales.[1]
En las rinitis atróficas se aconseja lavados nasales y aplicación tópica de lubricantes. Determinar si el paciente toma alguna medicación que pueda causar sequedad de mucosas.
Las rinitis hormonales requieren el tratamiento de la patología causante. En los casos que hay pólipos nasales el tratamiento es con corticoides tópicos y en episodio cortos corticoides sistémicos. En caso de mala evolución está indicado el tratamiento quirúrgico, seguido de corticoides tópicos.
En las rinitis inducidas por fármacos, especialmente tratamientos antihipertensivos, es preciso cambiar la medicación. La rinitis medicamentosa puede estar superpuesta o agravar a otra rinitis. El tratamiento debe iniciarse con corticoides nasales asociado en ocasiones a un episodio corto de corticoides orales. En la rinitis vasomotora el tratamiento de elección son los corticoides tópicos, siendo a veces necesario valorar la utilización en periodos cortos de descongestionantes nasales, de tres a cinco días, o de bromuro de ipratropio en caso de rinorrea no controlada.[2]
Referencias
Categorías:- Enfermedades atópicas
- Aparato respiratorio
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