Fulónica, era el nombre que recibían en el Imperio Romano los comercios dedicados a la lavandería y a la tintorería. El servicio, de ordinario era caro, ya que el emperador Vespasiano había impuesto un tributo sobre la orina humana. Las fulónicas se basaban en esta sustancia para cometer la labor de limpiar la ropa, ya que los ácidos disolvían las manchas

En Pompeya se han encontrado restos de al menos quince fulónicas. Sobre una de ellas, tal vez la más famosa, me basaré para hablar sobre tan singulares locales, la fulónica de Stepphanus, o Stefano, un adinerado comerciante de Pompeya que seguramente muriera en la erupción pliniana del Vesubio en el año 79 de nuestra era, que arrasó la ciudad.

Concepto de Fulónica: La Fulónica de Stéfano

La fulónica de Stefano era la parte baja de una ínsula que él había comprado para desempeñar su negocio. En ella, los esclavos preparaban las telas de lana o de lino con tintes, y también se limpiaba la ropa como antes se ha citado.

La fulónica de Stefano era, como muchos comercios, una antigua vivienda. Las diferentes estancias, ya han sido descubiertas por los arqueólogos. El apluvium, o patio interior destinado a recoger agua se había dedicado a la limpieza de ropa. Los esclavos, sobre una especie de lugar delimitado por unos muros de unos 30 cm. de altura, pisaban la ropa, cual vino, junto con la orina para limpiarla de posibles rastros de suciedad. Como ya he dicho, el servicio no era barato.

Los batientes de la entrada se encontraban cerrados cuando el edificio fue descubierto en el año 1911. Solo una puerta abierta a un lado estaba abierta, y se descubrió tras los batientes el cuerpo de un hombre de mediana edad aferrado con fuerza a una bolsa llena de monedas de oro, que concretamente contenía 1089 sestercios y dos ases. ¿Era el último dueño de la fulónica? Según el documental "Pompeya: El último día", el hombre yaciente era Stéfano, aunque también se baraja que fuera una persona que se intentara proteger del volcán y su fuerza destructiva tras la puerta de la lavandería.

El ciclo de limpieza en las Fulónicas

Era muy complejo: no se han podido averiguar con mucha certeza donde se producían las distintas operaciones, aunque algunos lugares hayan sido otorgados al azar.

Primero se buscaban posibles daños en el tejido, y una vez arreglados se atiesaba (y limpiaba) la tela sumergiéndola en orina. En los restos de la fulónica de Stefano se han encontrado cubos cerca de las entradas de la lavandería. Sobre algunos se encontraba una inscripción que exhortaba a los transeúntes a orinar en dichos cubos para obtener orina para el negocio.

El emperador Vespasiano, estableció un impuesto sobre estas cubetas. El tejido era desengrasado, con arcilla, y luego se pisoteaban los tejidos junto con orina (esto último ya ha sido citado),luego la tela se dejaba reposar en cubas de agua, y se dejaba pasar a lo largo de tres cubas. Luego se entregaban al dueño.