- José Fernández Vergara
-
José Fernández Vergara
JOSE FERNANDES VERGARA – JUCA
Fundador de Vergara
Ciudad ubicada en el departamento de Treinta y Tres
República Oriental del Uruguay
Datos biográficosHabía nacido donde se asienta el actual Municipio de Cangussu, en las márgenes del rio Piratini, Estado de Rio Grande Do Sul, República Federativa del Brasil, ni bien asomó el año 1800. El 25 de diciembre de 1841, contrajo matrimonio con Graciana Gomes en Cerrito – RS - Brasil El pueblo se denominó Vergara, tal como el apellido paterno y fue fundado el 10 de marzo de 1903 por ley 2788.
José Fernandes Vergara compró los campos expresamente para la fundación del pueblo, el 20 de diciembre de 1877 a su cuñada – según expresan algunas escrituras- Luisa Ignacia Saravia, casada en segundas nupcias con Clementino Vergara. Fue sobre esta fracción donde originalmente se trazó el plano fundacional del agrimensor Manuel Coronel conformando los terrenos que actualmente están comprendidos entre las calles José Artigas y Graciana Gomes haciendo fondo con el Parao, desde el Paso hasta la Isla.
Otra parte de esas tierras, las adquirió el 18 de febrero de 1887. Es contigua a la anterior, omprendiendo los terrenos ubicados entre las calles 18 de Julio y vía férrea haciendo también fondo con el arroyo Parao.
Había adquirido 20 años antes, tres fracciones de campo: una a Juan Assario Vergara, el 19 de setiembre de 1857; otra, contigua, el 8 de febrero de 1858, a los esposos Damasio Vergara y Guillermina Vergara, y la última el 1º de marzo de 1858, a Francisco Vergara y su señora Carlota Sánchez, por escrituras autorizadas en Brasil.
Fue Juca Vergara, unos de los 40.000 brasileños establecidos en el norte y este del Uruguay y que ocupaban en 1857: 1.782 leguas cuadradas de campo, divididas en 428 estancias, propiciada la adquisición por el bajísimo valor de la tierra.
Su primer apellido Fernandes se ha castellanizado por lo que documentos que a el se refieren expresan: Fernández.Dice el cronista Paseyro y Monegal: fue un sueño que atesoraba desde su juventud, la fundación de un pueblo en sus dominios. Y ese brasilero –paradójicamente- contribuyó con su actitud a refirmar nuestras bases orientales
¿Por que? Porque -quién sabe- en su interior tenía mucho de oriental.
Su padre, José De Castro Vergara ( o José Vergara De Castro), había nacido en territorio español – mas precisamente en la Villa de San Carlos (Maldonado) en el año 1772, bautizado el 4 de julio –población fundada en 1763 por el Gobernador de Buenos Aires Pedro de Ceballos, mas adelante Virrey del Río de la Plata- con portugueses traídos desde 1763 durante la invasión española a Río Grande, en poder de Portugal y que muchos luego regresaron a Brasil en 1777, gracias al tratado de San Idelfonso que fijaba limites “definitivos” entre ambas potencias.
José De Castro Vergara, se casó, con Maria Fernandes, hija de Manuel Fernandes Souto y Aurencia Maria, el 5 junio 1800 en Río Grande-RS –Brasil.
El padre del fundador, había comprado campos el 24 de abril de 1835 en este lugar. El límite Este del mismo, lo formaba la totalidad de la línea de la calle José Artigas, pegando en el Paso del Parao, y se extendía hacia donde se esconde el sol –llegando hasta la Buena Vista - formando una gran extensión de tierra, a ambos lados del trazado de Ruta 18. Algunos de sus herederos -Fermín, José, Adrián, Lino y Faustina Vergara– vendieron parte a su coterráneo, Francisco Ferreira Chaves “Guerrilla”, casado con Benonimia Muniz Fagundez; en tanto que otros –Tertuliano, José Pedro, Luisa e Hildebrando -venderían sus adjudicaciones a otros compradores en la zona de la Buena Vista, y que fueron mas adelante propiedad de Rafael Fabeiro.
Es así que el apellido Vergara, se repite con frecuencia en las procedencias de las propiedades rurales de esta sección del departamento, rodeando nuestra ciudad.
El 7 de abril de 1891, Juca Vergara hizo las primeras ventas de terrenos luego de un fraccionamiento proyectado por el Agrimensor de Cerro Largo, Manuel Coronel. El día antes en un carruaje particular habían llegado al pueblo -que por ese entonces se conocía como Parado- los señores Lucas Urrutia (escribano), Manuel Coronel y Luciano Macedo, para escriturar los terrenos que José F. Vergara, vendería a infinidad de personas a cuyo efecto el agrimensor Coronel llevaba también el plano respectivo.
Los compradores de ese día fueron: Bernardo Silvera hacendado del Rincón de Ramírez; Ladislao Silvera, hijo de éste y también hacendado además de comerciante, titular de La Montevideana; Fernández Rivera, hacendado y consignatario de ganado; Domingo Cuello Caldas, Juan Claussen, inmigrante alemán, comerciante propietario del Hotel Fraternidad, posta de diligencia; Fortunato Jara, caudillo de las huestes de Aparicio Saravia; Everilda Jara, hija de Fortunato, casada con el periodista Juan Paseyro y Monegal; José Senosiaín, vasco, herrero; Isidro Tellechea, español propietario de gran extensión de campo.
Inmediatamente se produjo el arribo de extranjeros al Caserío del Parao, en la década que va desde 1890 a 1900. Llegaron inmigrantes procedentes de distintos países europeos, pero cabe destacar el afincamiento de italianos. Seguramente otra hubiera sido la historia del desarrollo de la localidad, si éstos y sus numerosas familias –con la misma impronta- no hubieran elegido Vergara como su punto de destino. Bonelli (constructor), Ducatelli (constructor); Zito (constructores y comerciantes), Di Bueno (constructor), Scarano (sastre), Ramagli (boticario), Padula (zapatero, comerciante), junto a otros terminaron afincándose en el incipiente caserío entre 1893 y 1896, dándole el impulso que necesitaba, en el momento justo, a través del oficio que dominaban a la perfección muchos de ellos: la albañilería.
Peones de estancia que el alambrado desplazaba; obreros y comerciantes de pueblos y ciudades aledañas; estancieros y propietarios de parcelas menores, que veían un florecimiento en las condiciones de la atención de la salud, la vivienda, el comercio, la interacción social, la educación, convergieron sin prisa pero sin pausas, como si se tratara de la tierra prometida.
La abundante mano de obras; la facilidad para adquirir terrenos que ofrecía el fundador; el generoso arroyo Parao a cuya margen se levantaba el caserío y que ofrecía arena, canto rodado, madera, carbón y agua para el aseo y consumo; la proximidad de la frontera; una inconmensurable zona rural circundante, apta para el desarrollo de la ganadería extensiva, fueron elementos que sin duda incidieron al momento de decidir el afincamiento los noveles habitantes. En 1896, estaban establecidas en Vergara, cinco casas de comercio, un horno de ladrillos, un taller de herrería, dos carpinterías y dos posadas
Juan Paseyro y Monegal escribe en 1896 en el periódico La Verdad: “Pocos son los hombres que han sacrificado en estos tiempos, sus intereses por el progreso de este país; entre éstos, se cuenta, y con justicia el Sr. Vergara, que siendo dueño de una cuantiosa fortuna, se encuentra en el presente relativamente pobre, solo por llevar a cabo un pensamiento que le halagaba desde su juventud: la creación de un pueblo en sus dominios”.
José Fernandes Vergara falleció el 13 de junio de 1906, en el pueblo que llevaba su nombre.
Esc. JOSE LUIS CUELLO NUÑEZ
Bibliografía.1)Periódico. La Voz de Vergara. Artículo: Un nuevo pueblo. Año: 1896 (5 de abril)
Número 392 - Página 1.
2) Libro: Portugueses en Uruguay. Autor: Moacyr Dominguez. Año 1994-. Porto Alegre Pagina 32.
3) Libro: El Pueblo del Parao. Autor: José Luis Cuello Núñez. Año 2005 Montevideo. Paginas varias.
Categorías: Wikipedia:Artículos sospechosos de fuente primaria | Wikipedia:Mantenimiento:27 de noviembre
Wikimedia foundation. 2010.