- La Voz de la Mujer
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La Voz de la Mujer fue el primer periódico anarcofeminista de la Argentina, editado por la anarquista Virginia Bolten entre 1896 y 1897.
Además de proponer un feminismo anarquista alejado del feminismo reformista de la época, el periódico fundado por Virginia Bolten defendía los ideales del anarcocomunismo. El lema del periódico era “Ni dios, ni patrón, ni marido”. El periódico fue editado primero en Buenos Aires, luego en Rosario y por último en Montevideo, aunque en estas dos últimas ciudades las evidencias son fragmentarias.[1] Además de Bolten, aparecen como colaboradoras de la publicación Teresa Marchisio, Pepita Gherra, María Calvia y Josefa Martínez. Estas redactoras eran en su mayoría mujeres trabajadoras inmigrantes, con cierto grado de instrucción[2]
Contenido
Ideas
El periódico convocaba a las mujeres a rebelarse contra la opresión masculina, pero sin abandonar la lucha proletaria. Era crítico a toda forma de autoridad: eclesiástica, patronal, estatal y familiar. La propuesta final era la instauración del comunismo anárquico.[2] En las páginas de su primer número se podía leer:
- ¡Salud Compañeras! La Anarquía
- Ya trémola el pendón libertador;
- ¡Hurra, hermanos queridos, a la lucha!
- ¡Fuerte el brazo, sereno el corazón!
- Que no haya entre nosotras rezagadas
- Nuestra lucha es a muerte y sin cuartel;
- ¡Hurra! Hermanas queridas, otro esfuerzo,
- Y ¿quién duda que habremos de vencer?
El periódico produjo ciertas tensiones al interior del movimiento anarquista, debido a que muchos anarquistas consideraron algunas de sus manifestaciones como ataques al género masculino, algo que llevó a que las editoras tuvieran que aclarar su posición:
Cuando nosotras (despreciables e ignorantes mujeres) tomamos la iniciativa de publicar “La Voz de la Mujer”, ya lo sospechábamos ¡oh, modernos cangrejos! Que vosotros recibiríais con vuestra macanística y acostumbrada filosofía nuestra iniciativa porque habéis de saber que nosotras las torpes mujeres también tenemos iniciativa y ésta es producto del pensamiento; ¿sabéis?, también pensamos.Apareció el primer número de “La Voz de la Mujer”, y claro ¡allí fue Troya!, “nosotras no somos dignas de tanto, ¡ca! No señor”, “¡emanciparse la mujer?”, “¿para qué?” “¡qué emancipación femenina ni que ocho rábanos!” “¡la nuestra”, “venga la nuestra primero”, y luego, cuando nosotros ‘los hombres’ estemos emancipados y seamos libres, allá veremos” Con tales humanitarias y libertadoras ideas fue recibida nuestra iniciativa. Por allá nos las guarden pensamos nosotras. “¿No es verdad que es muy bonito tener una mujer a la que hablaréis de libertad, de anarquía, de igualdad, de revolución social, de sangre, de muerte, para que ésta creyéndoos unos héroes, os diga en tanto que temiendo por vuestra vida (...): ‘¡Por Dios, Perico!’? ¡Ah! ¡Aquí es la vuestra! Echáis sobre vuestra hembra una mirada de conmiseración (...) le decís con teatral desenfado: Quita, allá, mujer, que es necesario que yo vaya a la reunión de tal o cual (...) vamos, no llores, que a mí no hay quien se atreva a decirme ni a hacerme nada”.
Si vosotros queréis ser libres, con mucha más razón nostras; doblemente esclavas de la sociedad y del hombre, ya se acabó aquello de “Anarquía y Libertad” y las mujeres a fregar. ¡Salud!
"Apareció Aquello", artículo publicado en La Voz de la MujerLa institución del matrimonio era uno de los principales blancos de ataque de las editoras, que consideraban a la mujer como el eslabón más oprimido de la cadena de explotación. Defendían la idea del amor libre, desde un punto de vista de la autonomía personal (no propugnaban la promiscuidad).
Características
El formato del periódico era de cuatro páginas y su tirada era de 1000 a 2000 ejemplares, además de su distribución semiclandestina, debido a su defensa de la acción directa. En la portada se avisaba a los lectores: “Aparece cuando puede y por suscripción voluntaria”. El periódico se sostenía económicamente mediante listas de suscriptores y donaciones individuales. En la última página de cada número se declaraban los gastos de la edición. La redactoras estaban en contacto con las famosas anarquistas Louise Michel y Emma Goldman, según se asegura en el número 5 del periódico. Su primer número salió el 8 de enero de 1896. Las dificultades económicas conspiraron contra la viabilidad del proyecto, y las deudas llevaron al periódico a su desaparición. El último número se editó el 1 de enero de 1897.[3]
El historiador anarquista Max Nettlau rescató la mayor parte de sus números y se encuentran en el Instituto Internacional de Historia Social de Ámsterdam.
Bibliografía
- Molyneux, Maxine; Movimientos de mujeres en América Latina. Cátedra, Madrid, 2003.
- La Voz de la Mujer. Periódico comunista-anárquico. Prólogo de Maxime Molineux. Buenos Aires, Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, 2002. ISBN 987-9173-08-2.
Enlaces externos
- “Ni dios, ni patrón, ni marido” La Voz de la Mujer, periódico comunista-anárquico (Buenos Aires, 1896-1897 [1]. Programa radial de La Hidra de Mil Cabezas.
- Virginia Bolten, La voz de la mujer. Crónicas de Rosario.
Véase también
Referencias
- ↑ Aparentemente se reeditó en 1901, y luego de la expulsión de Virginia Bolten al Uruguay, es que habría editado su versión montevideana.Ver: Molyneux, Maxine; Movimientos de mujeres en América Latina. Cátedra, Madrid, 2003, pag. 41.
- ↑ a b Molyneux, Maxine; Movimientos de mujeres en América Latina. Cátedra, Madrid, 2003.
- ↑ En el último número de La Voz de la Mujer se publicó un pedido de ayuda a los lectores, que manifestaba la preocupación de las editoras debido a las grandes dificultades económicas que atentaban contra la continuidad del periódico (Molyneux, Maxine; Movimientos de mujeres en América Latina. Cátedra, Madrid, 2003, p. 53).
Un año ha transcurrido desde que salió a la luz el primer número de LA VOZ DE LA MUJER.
Un año de luchas, de sacrificios, de crueles alternativas, de esperanzas y de caídas, solamente atenuadas en algo, por la satisfacción de la lucha. Dos Redacciones han estado a cargo de esta hoja, poniendo las dos su corta inteligencia y sus energías todas al servicio de la causa que defienden: La Anarquía. En este año la vida de esta hoja ha sido precaria y raquítica, tanto así, que con pesar confesamos que si los compañeros no tratan (si les agrada nuestra propaganda) de ayudarnos un poco más eficazmente, nuestros esfuerzos serán inútiles y tendremos que cesar de publicar LA VOZ DE LA MUJER y con ella la del ÚNICO periódico de América y tal vez del mundo entero que hace propaganda de nuestros ideales por mujeres y especialmente para ellas.
Lo repetimos compañeros y compañeras, entusiasmo y voluntad no nos faltan, pero nuestras fuerzas son pocas; por eso, si no podemos más, nos retiraremos hasta poder volver de nuevo a la brecha, y así siempre hasta que la hora del combate suene en el reloj de la conciencia humana, para correr a vencer o morir por la Anarquía, porque por ella dará su inteligencia, su brazo y su postrer suspiro.
La Voz de la Mujer, N°9
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