- Primera declaración de independencia de América
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La Carta de Lope de Aguirre a Felipe II
Tradicionalmente, aunque son muchos los autores que ya no la consideran como tal, se ha pensado en la Carta que Lope de Aguirre envió a Felipe II (1561) como la primera declaración de independencia de América, entre ellos era de esta opinión nada menos que Simón Bolívar.
Al examinar el texto de la citada carta y la exégesis que de ella han realizado escritores como Malva E. Filer, hemos visto que las razones de la imagen de libertador de Lope de Aguirre se han asentado en tres argumentos clave:
a) La crítica de la injusticia y la corrupción de los funcionarios del rey.
b) Su condena de la disolución moral del clero.
c) La afirmación de que conquistadores y pobladores, y no el lejano monarca, tienen derecho a reinar en el Nuevo Mundo.
Sin embargo existe un texto anterior en una década, muy desconocido para la crítica y el público, que es el último memorial que el primer Virrey de México, D. Antonio de Mendoza, remitió a Carlos I, (1551), y que contiene en gran medida referencias a estos mismos temas en un tono similar al del "peregrino", lo que nos indica que esta forma de pensar estaba muy extendida entre los "criollos" de la época.El memorial de Antonio de Mendoza a Carlos I
Antonio de Mendoza, primer Virrey de México y segundo de Perú, perdida la posibilidad de crear una estirpe de virreyes Mendoza tanto en México como en Perú, preparó un memorial en el año 1551, que envió con su hijo D. Francisco de Mendoza a España - según Rafael Diego Fernández - para ser entregado al Emperador Carlos I, que podría ser considerado por su incendiario contenido la primera declaración de independencia de América[cita requerida], máxime teniendo en cuenta que el propio virrey reconoce en ella que calla mucho de lo que piensa para evitar males mayores: "no oso decirle más porque me va mal de ello", frente a la que tradicionalmente ha sido considerada hasta ahora que era la carta a Felipe II de Lope de Aguirre (1561).
Las similitudes de contenido y tono altivo es muy parecido en ambos personajes y en su forma de expresarse, como comprobamos en diferentes textos y párrafos.
La injusticia del rey con sus vasallos
El primer texto corresponde a Lope de Aguirre, mientras que el segundo a Francisco de Mendoza, hablando sobre los méritos de su padre el virrey y los suyos:
“Mira, mira, Rey español, que no seas cruel a tus vasallos, ni ingrato, pues estando tu padre y tú en los reinos de Castilla, sin ninguna zozobra, te han dado tus vasallos, a costa de su sangre y hacienda, tantos reinos y señoríos como en estas partes tienes. Y mira, Rey y señor, que no puedes llevar con título de Rey justo ningún interés destas partes donde no aventuraste nada, sin que primero los que en ello han trabajado sean gratificados”.
“Hablando con el acatamiento que debo, Vuestra Majestad sabe que estos repartimientos el Virrey acostumbra a darlos a personas de menos calidad que la mía y con menos trabajos y servicios que los de mi Padre y míos".
La iniquidad de los funcionarios del rey
El primer texto corresponde a Lope de Aguirre, mientras que el segundo a su antecesor Antonio de Mendoza en una década.
“Por cierto, no hay para qué presentar testigos, más de avisarte cómo estos, tus oidores, tienen cada un año cuatro mil pesos de salario y ocho mil de costa, (...) mas, por nuestros pecados, quieren que do quiera que los topemos, nos hinquemos de rodillas y los adoremos como a Nabucodonosor; cosa, cierto, insufrible”.
“Porque con esta negra ambición de mandar, cada uno de los oidores deseó ser la más parte que pudo, y diéronse a ganar amigos más que a hacer justicia, porque luego hubo discordias entre ellos (...). No siento remedio sino quitarlos a todos y hacer la audiencia de nuevo”.
La disolución moral del clero
El primer texto es el de la Carta de Lope de Aguirre a Felipe II, mientras que el segundo se encuentra en las instrucciones que Antonio de Mendoza, primer Virrey de Nueva España, dejó a su sucesor Luis de Velasco, texto coetáneo (1550) al memorial citado en este artículo:
“Si quieres saber la vida que por acá tienen, es entender en mercaderías, procurar y adquirir bienes temporales, vender los Sacramentos de la Iglesia por prescio; enemigos de pobres, incaritativos, ambiciosos, glotones y soberbios; de manera que, por mínimo que sea un fraile pretende mandar y gobernar todas estas tierras”.
“Los clérigos que vienen a estas partes son ruines y todos se fundan sobre intereses; y si no fuese por lo que S.M. tiene mandado y por el baptizar, por lo demás estarían mejor los indios sin ellos”.
Crítica a la forma de gobierno del monarca en América
El Virrey completa su visión pesimista de la política real en América con estas declaraciones, que influyeron grandemente en el resto de sus sucesores y posiblemente provocaron su caída en desgracia y la de toda su estirpe futura:
“S.M. aprieta mucho las cosas de esta tierra y muy de golpe, que le suplico mande mirarlo bien, y que esto es lo que siento, y no oso decirle más porque me va mal de ello, más que tengo gran lástima de ver que S.M. y los consejos y los frailes se han juntado a destruir estos pobres indios”.
“Provee S.M. a mí y a otros como yo por virreyes y gobernadores, siendo nuevos en los cargos y no teniendo experiencia; envía oidores que allá no se proveerán por alcaldes mayores, y fíales un mundo nuevo sin ninguna orden ni razón ni cosa que parezca a lo de allá; ¿Qué espera S.M. que ha de suceder a dos mil leguas de donde está sino dar con todo en el suelo y que se acabe haciendo experiencias antes de que lo entienda(n)"
Elogio de las tierras del Nuevo Mundo
Y definitivamente finaliza con una de las primeras y más bonitas declaraciones de amor por la tierra e identificación con América que se hayan escrito, con mayor valor si cabe teniendo en cuenta que la hace un personaje como Antonio de Mendoza que había sido embajador y político en Europa y que conocía perfectamente el peso internacional y las relaciones de poder de la época:
Del examen de este texto, parece claro que Antonio de Mendoza era un independentista de corazón, y que sentía los agravios y desdenes de la Corona como propios, en un territorio (México) que consideraba sus dominios personales, pero también es cierto que quizás nunca se hubiera rebelado contra la Corona, debido a la experiencia sufrida por su abuelo, D. Juan Pacheco, Marqués de Villena, quien ya lo hizo contra los Reyes Católicos y sufrió un severo castigo, y así lo demostró acatando la orden de marchar como Virrey al Perú a pesar de que estaba gravemente enfermo y el viaje le costó la vida.
Bibliografía
- Escudero Buendía, Francisco Javier. "Francisco de Mendoza: El Indio. Protomonarca de México y Perú, Comendador de Socuéllamos y Capitán General de las Galeras de España". AACHE. Guadalajara (España), 2006.
- Fernández, Rafael Diego. Antonio de Mendoza. Grandes Protagonistas de la Historia Mexicana. Editorial Planeta DeAgostini. S.A. México, 2002.
- E. Filer, Malva. La visión de América en la obra de Abel Posse Asociación Internacional de Hispanistas. Actas X (1989).
- Otero Silva, M. Lope de Aguirre: Príncipe de la libertad. La Habana, Casa de las Américas, 1982.
Véase también
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