- Los terribles amores de Agliberto y Celedonia
-
Los terribles amores de Agliberto y Celedonia es la obra más vanguardista de Mauricio Bacarisse y una de las pocas narraciones extensas que responden a los presupuestos del arte nuevo, trasladados a la novela.
En la dedicatoria del libro, el autor reconoce que la obra -en principio- debía ser "un breve relato erótico-burlesco", pero sin embargo "la novelita no gustó al editor y no se publicó". Debido a eso el autor decidió "ampliarla, dilatarla, [y] nutrirla." Es por ello que "[...] está demasiado preñada de prolijidades, niñerías y digresiones [...]."
Según el propio Bacarisse (según la dedicatoria mencionada) "los tres o cuatro temas cardinales [son]: la supremacía de la sugestión verbal; la superioridad combatiente de los mitos de la realidad y de la acción sobre los mitos de la fantasía, como facultad mucho más económica y previsora de lo que se dice, y, por último, la afirmación de que el amor material, estimado como instintivo en las civilizaciones más insensibles y bárbaras, es lo menos material que hay en el mundo [...]."
Los terribles amores... aborda la problemáitca de la educación sentimental de Agliberto (joven torpe, tímido, de soberbia desgalichada y encantadora [p. 245]), quien fluctúa entre Mab (mujer hecha a su medida, encargada por su imaginación a la divina manufactura, prometida sólo suya, cuya esencia era ser o no ser el amor de Agliberto [pp. 245 y 300]) y Celedonia (muchacha desenvuelta y arriesgada -posiblemente infiel- que, con un nombre feo, sin las perfecciones físicas ni morales de Mab, había engendrado el supremo mito vital para la captación del amor viril [p. 300]).
Las "prolijidades, niñerías y digresiones" referidas hacen que, a veces, la historia tenga una cierta "desproporción de ritmos: apresuramiento, aceleración, gracia atropellada; otras veces, ralentí, desesperante y ridículo" [p. 341] o que la trama aburra o sea difícil de seguir.
Por otra parte, se encuentran figuras literarias muy comunes al "arte deshumanizado" como pueden ser las metáforas brillantes y -en ocasiones- audaces, la cosificación o animalización de personajes, la personificación de cosas o el humor (por ejemplo, el capítulo titulado "Don Juan", el cual da a pie a unas jugosas reflexiones y teorías sobre este mito).
También se destaca el recurso del encuentro o enfrentamiento entre el personaje y el autor -reconocido como pirandelliano por el propio Bacarisse, pero sin mencionar el precedente más cercano de Miguel de Unamuno (Niebla [1914])-. Así mismo son notorios los rasgos culturalistas, constantes en casi toda su producción.
Categoría:- Novelas de España
Wikimedia foundation. 2010.