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Luis Alvarez de Lugo
Luis Alvarez de Lugo, 2005Nombre de nacimiento Luis Guillermo Alvarez de Lugo Santana Nacimiento 23 de abril de 1923
CaracasNacionalidad Venezolano Luis Guillermo Álvarez de Lugo Santana, (Caracas, 23 de abril de 1923 - Presente) pintor y escultor venezolano, considerado uno de los artistas más importantes de Venezuela y uno de los principales exponentes en la pintura del Cerro El Ávila. Ha participado en numerosas exposiciones nacionales e internacionales tanto colectivas como individuales.
Contenido
Biografía
Luis Álvarez de Lugo, nace en Caracas el 23 de abril de 1923, estudia dibujo y pintura en la Escuela de Artes Plásticas desde 1938 a 1940 bajo la dirección de Martín Durbán. En los años 1942-1950 pinta motivos taurinos, sus cuadros le merecen comentario favorable en la columna "Cuernos y Alamares" del Diario La Esfera. De 1947 a 1950 perfecciona sus estudios académicos en los Estados Unidos con el Famous Artists Course de Westport Connecticut. En 1975 estudia en Sarasota Florida un curso completo de vaciado en bronce. Ha participado en numerosas exposiciones nacionales e internacionales tanto colectivas como individuales.
Trayectoria
La buena disposición para la pintura de Álvarez de Lugo brota en él muy joven de tal modo que en el hogar mismo recibe las primeras orientaciones sobre dibujo de su tío Raúl Santana, uno de los fundadores del Círculo de Bellas Artes de Caracas, autor del Museo Criollo Raúl Santana (Concejo Municipal de Caracas).
Los estudios formales de pintura los empieza Alvarez de Lugo en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas en 1941 especializándose en figura y retrato. Allí aprende que el arte es profesión, y profesión quiere decir vivencia en una fe, entrega a un ideal, servicio a una vocación. El arte es como una milicia que exige la dádiva total y plena del militante. Así lo aprendió Álvarez de Lugo y así lo ha observado a lo largo de sus años de dedicación a la pintura, que podría decirse que es toda su vida.
Alvarez de Lugo tuvo entre sus maestros al español Ramón Martín Durbán quien le hace ver que el retrato no es solo la copia de una fisonomía sino que tras la máscara en que juegan los gestos y los rasgos que identifican al personaje hay un alma que debe descubrir y destacar el artista.
En sus primeros tiempos Álvarez de Lugo da al público sus primeros trabajos con temas taurinos demostrando un gran conocimiento de la fiesta brava y en especial de los animales, tema que siempre lo ha apasionado.
En 1950 Álvarez de Lugo se inscribe en Famous Artist Course de Massachussets donde trabajan maestros tan renombrados como Ben Stahl, Stephen Dohanos, Austin Briggs y Norman Rockwell. Todos estos artistas llevan naturalmente al pintor hacia la estimación de una pintura que está dentro de la figuración naturalista y de una concepción académica, aunque de gran libertad en la técnica, siempre en un sentido impresionista pero sobre todo con un gran conocimiento y dominio del dibujo.
En 1964 realiza su primera exposición individual en la Sala Armando Reverón con retratos, figuras femeninas, caballos, y motivos criollos, siendo considerado desde entonces como uno de nuestros mejores cultivadores del realismo figurativo. Después se suceden numerosas exposiciones tanto individuales como colectivas en Venezuela y en el extranjero que pueden ser consultadas en la página de exposiciones, y que merecieron importantes opiniones de la crítica especializada
En 1965 la Academia Nacional de Medicina le pide un retrato del Libertador Simón Bolívar que presida su salón de sesiones. Álvarez de Lugo concibe al Padre de la Patria en atuendo civil, por entender que el espíritu cívico y el fin humanitario de la corporación exigían el patrocinio de un Bolívar pacífico y ciudadano. Así comienza una serie de importantes retratos del Libertador y otros personajes, destacándose la ejecución de otro retrato de Bolívar para el Palacio de Miraflores, varios retratos de los fundadores de la casa Boulton, un retrato de Bolívar para Seguros Venezuela y un retrato del pintor Arturo Michelena para el Aeropuerto Internacional en la ciudad de Valencia.
El diseño de la estampilla de Venezuela conmemorativa de la llegada del hombre a la Luna en 1969 es un trabajo realizado por el artista Álvarez de Lugo.
Desde sus primeras exposiciones se destaca como uno de los principales pintores del Cerro El Ávila, dedicando su exposición individual del año 1994 exclusivamente a este tema.
Apoyándose en el gran conocimiento del dibujo y de la anatomía comienza en 1980 con trabajos de escultura vaciados en bronce en la ciudad de Sarasota en Florida.
Indudablemente que el resultado de la trayectoria de Álvarez de Lugo es el de haber logrado dominar una multiplicidad de temas que van desde los paisajes, las escenas folclóricas y costumbristas, los retratos, desnudos y figuras, hasta las flores y los animales.
Realismo
Cuando ciertas formas de arte, que parecían exhaustas o llegadas a una vía muerta, caen en manos de artistas de verdad, experimentan una reavivación un reflorecimiento que seduce por su frescura y vitalidad, al tiempo que asombra por lo inesperado. Al grupo de pintores que siguen adictos a la rama de la pintura figurativa, que se llama por derecho, realismo, porque su objeto es la aprehensión de la realidad, pero que saben mantenerse en un nivel creador, trascendiéndose, está Álvarez de Lugo.
Pertenece Álvarez de Lugo a ese género de pintores que saben situarse ante el mundo exterior con ojos de espectador y dejan derramarse su emoción ante la belleza que van encontrando. Son pintores que se estremecen de placer a la vista de un ramo de flores húmedo de rocío, que se quedan traspuestos ante la bacanal de colores de una puesta de sol y adoran en un cuerpo femenino bien hecho la triunfante armonía de la naturaleza.
Las obras de Álvarez de Lugo nos dicen elocuentemente de su gran atención para avistar las cosas de su mundo y de una sensibilidad, para comprenderlas y llegar a su médula, que, en la tela, quedan manifiestos en el modo como el artista sobrepasa la tarea fácil de la imitación afortunada del modelo, y concibe su pintura como confrontación de elementos esencialmente plásticos, sin dejar por ello de dar paso libre a la emoción personal, íntima, que aquellas le han producido. Un pintor así no teme los calificativos, y acepta éste, tan comprometedor en el siglo XX, grávido de menosprecio y desdenes hacia el arte objetivo, seguro de que el realismo, tal como él lo comprende y lleva a la práctica, pertenece al más noble linaje.
La visión que priva en Álvarez de Lugo es la manera artística donde toda porción de realidad es, en el fondo, una arquitectura de elementos abstractos sometidos a leyes de armonía y equilibrio que hay que respetar por encima de todo, haciendo caso omiso de las formas aparenciales en que se objetivan. Dualidad, sí; pero dualidad en su justo fiel; bivalencia en inflexible protocolo: realización y representación.
Exposiciones
Años, Salas y Galerías
1963: Sala Armando Reverón (Inauguración). Colectiva
1964: Sala Armando Reverón. Individual
1966: Sala Armando Reverón. Individual
1967: Galería El Muro. Individual
1969: Galería Parque del Este. (Inauguración). Colectiva.
1970: Galería Magnavox. Individual.
1971: Galería Sans Soucí. Individual.
1972: Galería Maiguaré, Maracaibo. Colectiva.
1973: Galería Marcel Bernheim (París). Individual.
1974: Galería Sans Soucí. Individual.
1975: Galería Sans Soucí. Individual.
1976: Sala Armando Reverón (salón anual). Colectiva. (Premio Paleta de Oro).
1976: Sala Exposiciones de La Rinconada. Colectiva. (Homenaje a La Pastora)
1977: Galería Marcos Castillo. Individual.
1978: Valor Arte. Colectiva.
1980: Ministerio de Educación. Colectiva.
1981: Ministerio de Educación. Pintores Koreanos y Venezolanos. Colectiva.
1982: Valor Arte. Colectiva.
1983: Valor Arte, Hotel Tamanaco. Colectiva.
1984: Galería Lavigne, Worth Avenue. Palm Beach, Florida. (Pintura y Escultura) Individual.
1985: Galería Beresford, Palm Beach, Florida. (Pintura y Escultura) Individual.
1986: Galería Chisholm, Polo Stadium, Palm Beach, Florida (Pintura y Escultura). Individual.
1987: Salón Corocoro, Club Camurí Grande. Individual.
1987: Galería Beresford, Florida.
1988: Sala de Exposiciones del BANAP. Colectiva.
1989: Salón Corocoro, Club Camurí Grande. Colectiva.
1990: Salón Corocoro, Club Camurí Grande. Individual.
1991: Salón Corocoro, Club Camurí Grande. Colectiva.
1992: Salón Corocoro, Club Camurí Grande. Colectiva.
1993: Salón Corocoro, Club Camurí Grande. Colectiva.
1994: Salón Corocoro, Club Camurí Grande. Colectiva.
1996: Salón Corocoro, Club Camurí Grande. Individual.
1998: Salón Corocoro, Club Camurí Grande. Individual.
Así Fueron
En 1964, Álvarez de Lugo realiza su primera exposición individual, en la Sala Armando Reverón en que tantos artistas venezolanos se han revelado. Los temas que presenta caen dentro de lo que va siendo su repertorio favorito: retratos, figuras femeninas, caballos, motivos criollos. Entre los primeros figuran el del presidente Kennedy y el del escritor Pedro Grases, que en palabras preliminares destaca las tres cualidades que, a su juicio, adornan la pintura de Álvarez de Lugo; vocación, honestidad, alegría. "En esta obra -escribe Grases- no concurren ni los alardes de innovación experimental ni las imitaciones de la corrección académica que prestan a la obra un carácter tradicional." Describe así muy bien la actitud del pintor que, si bien es conservador en cuanto al interés que muestra por la figura u por tratarla con objetividad respetuosa, no se impone al acatamiento servil a las técnicas tradicionales, sino que se desenvuelve con plena libertad en lo que a la ejecución se refiere, logrando una expresión nueva y actualizada de los temas clásicos del realismo.
Hemos de fijarnos de manera especial en los cuadros de asunto hípico para aprobar el color y la fidelidad anatómica; y en las figuras de muchachas, algunas tan bellas como el retrato infantil de "María Milagros" y "La lección de guitarra", hermosa pintura en la que el gesto atento de la guitarrista sobre la partitura trae recuerdos de los ángeles músicos de Carpaccio. No es totalmente arbitraria esta comparación; hay algo de frescura inaugural, de sencillez antigua en estas escenas, y así lo hace notar la crítica de algunos entendidos que sacan la impresión de que en esta muestra de Álvarez de Lugo domina una atmósfera espontánea, de candor poético, de inocencia primitiva e infantil.
Con esta exposición, puede decirse que Álvarez de Lugo queda considerado como uno de los mejores cultivadores del realismo figurativo. Se celebra su colorido, su lirismo, su sentimiento, y, en particular, el dominio de su técnica que, inspirada en la de las viejas escuelas europeas, es toda ella sabiduría del oficio. Los elogios, como se ve, no son parcos ni timoratos. hay afirmaciones roqueñas, que afianzan méritos, que dan espaldarazos consagratorios.
La segunda exposición individual que hace Álvarez de Lugo, también en la Sala Reverón, agrega una faceta nueva a la temática, siempre interesante, del artista. Coincide la muestra con la fecha cuatricentenaria de la ciudad, y el pintor, caraqueño por los cuatro costados, le ofrece su homenaje en una serie de cuadros inspirados en motivos humanos y anecdóticos de la ciudad, tanto la del pasado como la presente. Combínanse en las primeras obras citadas, las que recogen temas viejos de la villa, el realismo con la imaginación, pues si bien el paisaje urbano está tratado con la naturalidad con que se expresa el pintor frente a lo que ve, la estampa ciudadana que el pintor presenta revive tipos y costumbres ya extintos, y es, por lo mismo, recreación artística, imaginaria, desde luego, aunque basada en una cuidadosa documentación. Los asuntos retrospectivos que Álvarez de Lugo trae a estas pinturas poseen, pues, un realismo en la interpretación que les da valor de crónica gráfica, sin que por ello vean rebajados su mérito artístico, que es notable.
El contenido y carácter de estas pinturas quedan suficientemente explicados en los títulos de las principales de ellas: Parada de coches frente al Capitolio, El vendedor de revistas, La esquina de las Animas, Esquina Principal, Convento de San jacinto, Cementerio de los Hijos de Dios, entre otras. Son cuadros estos en los que Álvarez de Lugo, con cierta melancolía, ha retratado rincones de la Caracas vieja, ya desaparecidos o a punto de serlo, y tipos característicos de la vida caraqueña de un ayer no tan lejano, al que dieron estilo el coche de caballos, las maxifaldas de talle de avispa y el chapeo de pajilla vuelto un etcétera de adioses en las tardes de retreta.
No faltan retratos en esta muestra, ni la roja fantasía de los Diablos Danzantes de Yare en su frenesí coreográfico, ni la policromía de la procesión del Corpus, lenta ondulación de blancos litúrgicos, de azules de incienso, de oros sacros, en un aire todavía proconsular y borbónico. Algunas de estas pinturas las realizó Álvarez de Lugo para el libro del periodista Guillermo José Schael, "Caracas de siglo a siglo". La pintura de Álvarez de Lugo se va inundando de luz y enriqueciendo de color, un colorido de vivas tonalidades que el escritor Domingo Alfredo Ricci describe como "cantarino y alegre".
En 1968 reaparece Álvarez de Lugo con otra exposición individual, en la galería El Muro, que es objeto de los más lisonjeros comentarios. Es notable esta exposición porque en ella vamos a entrar en relación con ciertos temas que podríamos considerar nuevos en el repertorio habitualmente cultivado por la pintura realista, tan repetida y limitada en los motivos que suele tocar, reducidos casi al mismo jarrón de dalias o girasoles, al bodegón de cambur y botella y al Cerro El Ávila visto desde todos los puntos y bajo todas las luces. Faltaba un interés por el hombre que pone su grito vivo en el paisaje y lo hace escenario de un acontecer humano. Este interés es el que trae Álvarez de Lugo a la pintura con obras como "Trabajando la Tierra", "Familia del Pescador", "pampatar", cuadros que sin ser de contenido social propiamente, exponen peripecias del vivir campesino criollo, dando al humilde protagonista de ellas la importancia que merece.
Opiniones
El crítico de arte internacional Raymond Charmet, autor del Diccionario Moderno editado por Larousse refiriéndose a su exposición de París el año 1973, escribe lo siguiente: " La realidad no es siempre felizmente (realista) con la ferocidad que implica esa palabra. Quien posee la ciencia y el tacto para domarla ella le muestra caras maravillosas de frescura, de encantadora y fascinante belleza. Fue necesario que viniera un artista de ese país privilegiado que es Venezuela para recordárnoslo. Tal es el gran mérito de Alvarez de Lugo de saber dar a su ciencia probada la leche de la ternura humana como diría Shakespeare".
Raymond Charmet, París 1973.
"Luis Alvarez de Lugo emplea en sus cuadros un lenguaje realista, a través del paisaje, de sus flores y retratos, alegrándolos con la esplendorosa floración de la luz y del color a la manera de Tito Salas, o los de la vieja escuela española de Zuloaga, López Mezquita y Álvarez Sotomayor, famosos en su época. pero hombre de su tiempo Alvarez de Lugo "moderniza" ese estilo valiéndose de las experiencias recogidas por las nuevas manifestaciones. Así existen realismos figurativos que apresan formas abstractas que se incorporan a lo tradicional . Las edificaciones del paisaje urbano de Caracas, el rostro de un sembrador, las figuras trabajadas a la espátula de rostros y animales. es una ordenación formal sin las incoherencias que pueblan el arte del día".Santiago Magariños. Profesor de arte de la Universidad Central de Venezuela.
"Álvarez de Lugo pintor figurativo es un artista en el más amplio sentido del vocablo. Apartado de todo, fuera de las intrigas y de la propaganda, realiza calladamente su obra a la cual le dedica todo el tiempo, bellísimas figuras femeninas, modelos captados dentro de un exigente realismo creador y paisajes de su ciudad caraqueña. Pintor de escuela, discípulo de ese maestro gran dibujante Ramón Martín Durban".Oscar Rojas Jiménez, El Universal 29/12/68
"Álvarez de Lugo se mantiene fiel al género figurativo y a ese estilo neo-impresionista, que en su trayectoria y su constancia, ha llegado a fijar como característica que le identifica y que le permite expresarse con espontaneidad, con vitalidad y en diáfanos conceptos plásticos, cualquiera que sea el tema por él abordado y siempre en un ambiente naturalista nacional".Adolfo Romero Luengo
"Con el tiempo la obra de este pintor quedará como testimonio ilustrativo de una época, pues hay en ella, en razón de las fuentes en que se alimenta, el mérito incuestionable de la autenticidad dejando aparte aquella porción de la realidad que el pintor ha interpretado a distancia, retroactívamente, puede afirmarse que la pintura toda de Alvarez de Lugo es un reflejo directo, limpio y verídico de sus días y su sociedad".Rafael Páez
" Venido de Venezuela donde él es un artista famoso, su pintura tiene el mérito de traducir fielmente el encanto a la vez simple y sutil de ese maravilloso país. Naturaleza fascinante y grandiosa existencia hecha de dulzura y armonía, muchachas jóvenes de una gracia encantadora, Alvarez de Lugo evoca todos esos temas en una pintura de un realismo impresionista perfectamente equilibrado donde el gusto y la ciencia se unen con maestría".
Raymond Charmet, París 1973
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