- Osiris
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- Este artículo trata sobre el dios egipcio. Para información sobre el planeta también llamado Osiris, véase HD 209458 b.
Osiris es el dios egipcio de la resurrección, símbolo de la fertilidad y regeneración del Nilo; es el dios de la vegetación y la agricultura; también preside el tribunal del juicio de los difuntos en la mitología egipcia.
Su nombre egipcio es Asir o Usir. En castellano suele nombrársele con la forma helenizada Osiris (del griego Όσιρις).
Contenido
Iconografía
A Osiris se le representa casi siempre momificado, con el rostro de color verde o negro, una corona Atef, el cayado (heqa) y el látigo (mayal o nebeh) o el cetro uas. Ocasionalmente, se le asigna forma de pez. El verde es el color del Osiris resucitado. Cuando nos encontramos a Osiris representado con la piel de color verde, negra o azul es en función de su rol como dios de la vegetación y siguiendo el paralelismo entre ciclo agrícola y ciclo de vida, muerte y resurrección. El color negro hace referencia a la nueva vida. No es un simbolismo asociado a la oscuridad pesimista. El negro está asociado a la tierra negra y fértil que en cada inundación del Nilo aportaba nueva vida al campo. Hay una fuerte conexión simbólica entre el negro y la tierra de Kemet o Egipto. En este sentido el verde simbolizaba también la tierra pero en oposición al mar o al cielo.
Mitología
Era el jefe de la tríada Osiriaca, formada por Osiris, Isis (su mujer) y Horus (su hijo). El mito de Osiris introduce en la religión las nuevas ideas del bien y del mal. En el mito inicial, Osiris (el bien), es asesinado por su hermano Seth (el mal), quien lo arroja al Nilo, en donde lo encontrará Isis que con su amor le devuelve la vida. Con esa resurección se establece el triunfo del bien sobre el mal.
Osiris fue un héroe cultural, rey mítico, fundador de la nación egipcia, que enseñó a los hombres la civilización, las leyes, la agricultura y cómo adorar a los dioses. Muere como hombre pero resucita como inmortal gracias a Thot. Es el responsable de juzgar a los muertos en la Duat, donde está acompañado por 42 dioses-jueces (uno por cada nomo) que dictaminarán lo que acaecerá al difunto.
Fuentes que se hacen eco de este mito son: Tratado de Isis y Osiris de Plutarco, textos de Diodoro de Sicilia, y los Textos de las Pirámides:[1] [2]
Osiris es hijo de Geb y Nut, fruto de una intriga amorosa. Cuando Ra se entera de la infidelidad de su esposa, decreta la imposibilidad de parirlo en ningún mes del año. Thot, otro amante de Nut, jugando una partida con la Luna (Jonsu), consiguió ganarle una 72ª parte de cada día del año, con la que compuso cinco días que añadió al año egipcio de 360 días. Es el origen mítico de los cinco días epagómenos, considerados fuera del año, y exentos de la maldición de Ra. Por eso, Osiris nace el primer día de ellos.[3]
En los días epagómenos, nacieron en orden de días:
- Osiris, fue considerado un día desafortunado.
- Horus "El Viejo", fue considerado un día afortunado o desafortunado.
- Seth, fue considerado un día desafortunado. Nació rasgando el costado de su madre.
- Isis, fue considerado un día afortunado.
- Neftis, fue considerado un día desafortunado.
Mediante una trampa artera, su hermano Seth lo asesinó, cortando su cuerpo en catorce pedazos que esparció por todo Egipto. Su esposa y hermana Isis recuperó amorosamente todos los miembros, excepto el viril, que se había comido el pez oxirrinco. Con la ayuda de su hijo adoptivo, Anubis lo embalsamó y, posteriormente, Isis con su poderosa magia logró insuflar nueva vida al cadáver momificado de Osiris, quedando embarazada de él. Engendraron así a su único hijo, Horus, quien vengó la muerte de su padre, desterrando a Seth al desierto y recuperando el trono de Egipto, mientras que Osiris permanecería como rey de los muertos, en los fértiles campos de Aaru.
En los textos funerarios, como el Libro de los Muertos, el faraón difunto se identifica con Osiris, rey de los muertos, del mismo modo que en vida lo había hecho con su hijo Horus.
Epítetos
El nombre de Osiris y sus epítetos variaron a lo largo de la Historia del Antiguo Egipto. Como Necher aa "Gran dios", fue venerado en muchos santuarios, reflejándose en sus títulos: Neb Abdyu "Señor de Abidos", Neb Dyedu "Señor de Dyedu"; y como gran dios funerario recibe el nombre de Jenty amentu "El que está al frente de los occidentales", referente a los fallecidos. También es denominado Unenefer "El que continua siendo perfecto", en alusión a su prodigiosa potencia después de muerto.[4]
Asir o Usir (Osiris)
en jeroglífico
Culto
Los egipcios vieron en la resurrección de Osiris la promesa de una vida eterna. Creían que todos los hombres vivirían eternamente, en el Aaru, si se realizaban ceremonias funerarias similares a las efectuadas con Osiris, muerto y resucitado. Así desde el Imperio Medio era costumbre, en los textos funerarios, nombrar al difunto con el apelativo de "Osiris".
- Los "Misterios de Osiris"
En Abidos se celebraban los "Misterios de Osiris", una de las más importantes festividades durante el Imperio Medio; consistían en rememorar la muerte, entierro y resurrección de Osiris, con la consiguiente promesa de vida eterna para los asistentes y sus difuntos. Constaba de cinco partes:
- la procesión, encabezada por Upuaut, que culminaba en un combate contra los enemigos de Osiris, como simbolismo de la expulsión de las fuerzas del caos;
- la procesión funeraria de Osiris, como Jenty amentiu, por la necrópolis de Abidos;
- el viaje en barca del dios hasta Poker, donde estaba su mitológica tumba (la que fue del faraón Dyer);
- la noche de vigilia del difunto Osiris, con su posterior regeneración, transfiguración en espíritu y coronación (la parte más desconocida y secreta de los misterios);
- el retorno gozoso de la imagen del dios a su templo de Abidos, entre la alegría general.
Según la tradición, en los catorce lugares donde Seth enterró cada parte del cuerpo de Osiris, los egipcios erigieron un templo:
- En Abidos estaría su cabeza, y era Osiris-Jenti-Amentiu, el "Señor de los Occidentales"; se le erigió un gran santuario de peregrinación para los egipcios. Era venerado como símbolo de la vida eterna.
- En Busiris estaría la columna vertebral (asociada al pilar Dyed), y era dios principal de esta ciudad, de donde procedía la divinidad.
- En Letópolis estaría el hombro izquierdo, o el cuello, siendo Horus su guardián.
- En Atribis estaría su corazón.
- En Menfis también declaraban que estaba su cabeza.
Dios muy popular, originario de Busiris, fue venerado principalmente en Abidos (Osireion), Bubastis y Mendes. También fue venerado en las islas de Biga y de File, donde había una tumba del dios; en Canopus era representado en forma de vasija con cabeza humana.
Osiris como dios del vino
Osiris, según las crónicas, fue el primero que hizo trepar la vid por una estaca y pisó los racimos. El viajero griego Diodoro Sículo relata:
"Osiris enseñó a la humanidad el cultivo de la vid, así como a vendimiar la uva y cómo guardar el vino".Osiris en la poesía española
El poeta Juan Eduardo Cirlot dedicó al dios un memorable soneto, en el que alude a su desmembramiento y reconstrucción:
- A Osiris
- Repartido en pedazos y en lamentos,
- repartido en países y en canciones,
- repartido en lejanos corazones,
- repartido en profundos monumentos.
- Repartido en obscuros sentimientos,
- repartido en distintas emociones,
- repartido en palabras y oraciones,
- repartido y perdido en los momentos.
- Heredero del tiempo y del espacio,
- víctima de transcursos y distancias,
- ser en seres deshecho y repartido.
- Yo busco tu hermosura y tu palacio,
- tu boca de rubíes y fragancias
- para reunirte solo en un gemido.
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- Juan Eduardo Cirlot
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Véase también
Referencias
- Notas
- ↑ La civilización egipcia. Mitos y leyendas.
- ↑ La Historia de Osiris.
- ↑ J.G. Frazer, La rama dorada. FCEE. p. 418.
- ↑ M. Collier y B. Manley, Introducción a los jeroglíficos egipcios, Alianza Editorial, p. 68.
- Referencias digitales
Bibliografía
- Fuentes primarias
- Diodoro de Sicilia (2001). Biblioteca Histórica. Volumen I: Libros I-III. Introducción, traducción y notas de Francisco Parreu Alasá. Madrid: Gredos. ISBN 978-84-249-2291-7.
- Plutarco (1995). Obras morales y de costumbres (Moralia). Volumen VI: Isis y Osiris; Diálogos píticos: «La E de Delfos», «Los oráculos de la Pitia» y «La desaparición de los oráculos». Madrid: Gredos. ISBN 978-84-249-1791-3.
- Fuentes secundarias
- Cashford, Jules (2010). El mito de Osiris. Los Misterios de Abidos. Vilaür: Ediciones Atalanta. ISBN 978-84-937247-5-7.
- Frazer, James George (2006). La rama dorada. México: Fondo de Cultura Económica. ISBN 978-968-16-0122-5.
Enlaces externos
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