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Petición de principio
La petición de principio, o petitio principii es una falacia que ocurre cuando la proposición a ser probada se incluye implícita o explícitamente entre las premisas. Como concepto en la lógica la primera definición de esta falacia conocida en Occidente fue acuñada por el filósofo griego Aristóteles, en su obra Primeros analíticos.[1]
Este término no se suele aplicar a la falacia más general que resulta cuando la evidencia dada para una proposición necesita tanta prueba como la proposición misma. El término más usado para una argumentación semejante es el de falacia de las muchas preguntas.
Un ejemplo
Veamos un intento de probar que Pablo dice la verdad:
- Supongamos que Pablo no miente cuando habla.
- Pablo está hablando.
- Por lo tanto, Pablo está diciendo la verdad.
Todas estas formas de argumentar no son lógicas, no prueban nada, y por tanto son sofismas o pseudorazonamientos. El problema aquí es que el autor, buscando probar la veracidad de Pablo, le pide a su audiencia que asuma que Pablo dice la verdad, de modo que lo que termina probando es que "si Pablo no miente, entonces dice la verdad".
Es importante notar que, aunque las premisas son verdaderas, la conclusión no se sigue de las premisas (ya que de algún modo es idéntica a éstas). Toda petición de principio tiene esta característica: que la proposición que a ser probada se asume en algún punto anterior, se asume en alguna de sus premisas. Por esta razón esta falacia fue clasificada como una falacia material, en vez de como una falacia lógica por Aristóteles.
Formalmente hablando esta falacia tiene la siguiente estructura. Para alguna proposición p
- p implica q
- q implica r
- r implica p
- suponga p
- por lo tanto, q
- por lo tanto, r
- por lo tanto, p.
Referencias
- ↑ Pimeros Analíticos II, 64b, 34 - 65a, 9
Véase también
- Falacia lógica
- Lista de prejuicios cognitivos
- Razonamiento circular
Categoría: Falacias
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