- Dinastía Aqueménida
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Dinastía Aqueménida
La dinastía Aqueménida (en persa antiguo: Hakhāmanishiya) fue una dinastía que gobernó el Imperio persa, fundada por Ciro II el Grande, tras vencer al último rey medo (550 a. C.) y extender su dominio por la meseta central de Irán y gran parte de Mesopotamia. Sus sucesores Cambises II y Darío I el Grande continuaron su obra, y éste último reorganizó el imperio en satrapías, alcanzando el cénit de su poder. Sin embargo, los sucesivos fracasos al intentar someter a las ciudades griegas (Guerras Médicas) en la primera mitad del siglo V a. C., debilitaron el imperio, y aún lo harían más las tendencias secesionistas de algunas provincias, hasta que la conquista de Alejandro Magno (331 a. C.) puso fin al imperio aqueménida.
Contenido
Ciro
Ciro disfrutó de ambas herencias iranias (persas y medas). Cuando se alzó con el poder utilizó precisamente los ejércitos medos para continuar sus conquistas. Implementó una política de perdón a los reyes enemigos, que comenzó con su abuelo Astiages, quien le envió sus ejércitos al percibir las ínfulas independentistas de Ciro. Se dice que tampoco ejecutó al rey de Babilonia cuando conquistó esa ciudad, donde reestableció el culto a Marduk y liberó a los judíos del cautiverio. En general, Ciro siguió la estrategia de dejar las estructuras administrativas de los lugares conquistados, pero sometiéndolos al poder imperial.
Cambises
Ciro murió en batalla con tribus nómadas cerca del mar Caspio, su hijo Cambises II - nombrado igual que el abuelo-; quien gobernaba Babilonia por esa fecha se erigió en emperador y devino en un gobernante tiránico... el imperio comenzó a desestabilizarse con revueltas y antes de sofocarlas Cambises murió, según algunas fuentes, de una herida autoinfligida.
Darío
Tras algunas intrigas, el trono fue entregado por fin a Dario, también aqueménida. Este afirmó que el supuesto heredero al trono –segundo hijo de Ciro– era un impostor medo, pues este hijo de Dario había sido eliminado por su padre cuando partió a Babilonia temiendo que le usurpase el poder; Dario se atrevió incluso a publicar esto erigiendo una piedra escrita en tres idiomas –persa antiguo, elamita y acadio–. Dario para asegurarse el poder, se casó con una de las hijas de Ciro, quien rápidamente tuvo un hijo, así de esta manera, Dario se aseguraba que su hijo tuviera sangre real. Dario pertenecía a una familia noble, y fue apoyado por el consejo de los seis.
Dario no fue tan clemente como Ciro y expandió el imperio y lo hizo prosperar. Dividió sus dominios en veinte satrapías encabezadas por miembros de la familia real e hizo una carretera desde la capital de Lidia (oeste de la actual Turquía) hasta Susa para llevar el correo imperial. Actualmente, el lema del correo de los Estados Unidos –Nada nos detiene, ni la nieve, ni el sol– son palabras de Dario refiriéndose a este sistema de comunicación extremadamente efectivo para la época donde a todo galope mensajeros se entregaban los mensajes cada quince millas. Esto aseguraba de alguna manera el control absoluto sobre sus parientes quienes tenían su propia corte y ejército pero no podían fallar en dar tributo a su emperador. Este tributo era proporcional a la riqueza de cada región.
Fin de los aqueménidas
El dominio de la dinastía aqueménida persa terminó cuando el imperio cayó en manos de Alejandro Magno heredero de Filipo II de Macedonia, el cual se impuso a todas las polis griegas.
Siglos más adelante otra dinastía persa, la sasánida se alzaría con el control de la región por cuatro siglos configurando en parte lo que hoy conocemos como cultura del medio oriente.
Coincidiendo con la hegemonía aqueménida surgió el zoroastrismo –también conocida como mazdeísmo– en Irán pero al alzarse con la conquista de Babilonia, Ciro le rindió personalmente culto a Marduk y su sucesor se proclamó faraón en Egipto practicando la religión propia del lugar.
Árbol genealógico
Véase también
Enlaces externos
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