- Robo de Norrmalmstorg
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Robo de Norrmalmstorg
El robo de Norrmalmstorg ocurrió en Suecia en 1973 y fue famoso principalmente por lo que se conoce como el síndrome de Estocolmo, acuñado a raíz de él.
El 23 de agosto de 1973, Jan Erik (Janne) Olsson, presidiario de permiso, entró en el Kreditbanken en Norrmalmstorg, centro de Estocolmo. La policía fue alertada inmediatamente y al entrar dos oficiales, Olsson les disparó, hiriendo a uno de ellos. Ordenó al segundo sentarse y "cantar". Olsson tomó a cuatro rehenes y exigió que se llamase a su amigo Clark Olofsson, además de 3 millones de coronas suecas, dos revólveres, chalecos antibalas, cascos y un vehículo.
Olofsson fue traído con permiso del gobierno y estableció un enlace de comunicación con los negociadores de la policía. Una de los rehenes, Kristin Ehnemark (no figura en la fotografía), había dicho que se sentía segura con los atracadores, pero temía que la policía pudiera causar problemas utilizando métodos violentos. Éste fue el comienzo del Síndrome de Estocolmo.
Los atracadores bloquearon el paso a la cámara acorazada principal junto con los rehenes, pero las puertas a la cámara estaban cerradas. Se les ofreció entonces un vehículo para escapar, pero al ser advertidos de que no se les permitiría tomar a los rehenes con ellos, Olofsson llamó por teléfono al primer ministro Olof Palme y advirtió que estaba dispuesto a matarlos. Tomó a una rehén, Elisabeth, y colgó mientras ella gritaba.
Al siguiente día, Olof Palme recibió otra llamada. Esta vez de Kristin Ehnmark, quien dijo que se sentía muy disgustada con su actitud y le pidió que dejara marchar a los atracadores con los rehenes.
Mientras tanto, Olofsson caminaba por la cámara cantando "Killing me softly" (Matándome lentamente) de Roberta Flack.
El 26 de agosto, la policía taladró un agujero que daba a la cámara acorazada desde la habitación superior, desde donde se tomó la foto de Olofsson y los rehenes. Olsson abrió fuego y amenazó con matar a los rehenes si la policía intentaba un ataque con gas y les colocó en el cuello una especie de lazo de modo que se estrangulasen en el caso de un ataque de gas.
El 28 de agosto la policía decidió usar gas y tras media hora los atracadores se rindieron. Nadie resultó físicamente herido.
Tanto Olsson como Olofsson fueron condenados y sentenciados a una prolongación de su condena por el robo. Sin embargo, Olofsson declaró que no había ayudado a Olsson y que sólo había intentado salvar a los rehenes manteniendo la situación en calma. El tribunal superior retiró entonces los cargos contra él y más tarde hizo amistad con Kristin Ehnemark. Olsson fue sentenciado a diez años de prisión y no ha cometido ningún acto criminal desde su liberación. Recibió muchas cartas de admiradoras y más tarde comenzó una relación sentimental con una de ellas. Contrariamente a lo que se cree, ninguno de los dos está prometido con ninguna de las rehenes.
Los rehenes aún afirman repetidamente que se sentían más aterrados por la policía que por los atracadores durante los seis días de encierro. El criminólogo Nils Bejerot acuñó el término Síndrome de Estocolmo, para referirse a rehenes que se sienten identificados con sus captores.
Clark Olofsson ha cometido repetidamente robos a mano armada y actos violentos, tanto antes como después de 1973, desde los 16 años. Fue finalmente liberado en 1991, pero arrestado nuevamente en Dinamarca en 1999 y sentenciado a otros 14 años de prisión.
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