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Argumentación
Una argumentación es un diálogo en el que un sujeto (el enunciador) presenta una serie de argumentos con los que pretende modificar la conducta de otro sujeto (el enunciatario), de forma que éste último acepte la tesis propuesta por el primero.
Contenido
El arte de argumentar
Desde la antigüedad, la argumentación ha sido objeto de interés en todas las áreas donde se practica el arte de hablar y de escribir de manera persuasiva. En la actualidad, el estudio de la argumentación ha recobrado vigencia debido a la gran influencia que los medios de comunicación tienen sobre la sociedad. Esta influencia se manifiesta en el planteamiento de estrategias argumentativas para convencer al público acerca de ciertos valores e ideas. Ejemplo de esto son los discursos argumentativos relacionados con la publicidad o el pensamiento político. Así pues, la principal motivación del estudio de la argumentación (por parte de los argumentadores), consiste en establecer si el razonamiento planteado es verosímil, es decir, si quien es objeto de la argumentación está dispuesto a aceptarla. Son enunciados con diferentes funciones que permite al enunciador plantear y defender una tesis.
La lógica de la argumentación
Un razonamiento verosímil tiene la propiedad de aparecer verdadero y lógico, aunque sus premisas puedan ser falsas. La lógica de la argumentación o lógica informal estudia los mecanismos que articulan el discurso argumentativo, es decir, cómo se relacionan los argumentos sentados y si la conclusión que puede extraerse de ellos es válida.
Contexto
Cuando alguien desarrolla una argumentación para convencer a otro de que acepte su tesis, lo hace en un determinado contexto. Éste abarca las creencias, las costumbres, las ideas de la comunidad a la cual ambos pertenecen y, especialmente, las convenciones lingüísticas que ambos usan. Es decir, el contexto determina el valor semántico de las palabras empleadas. Cuando el contexto en el que se desarrolla la argumentación no es común a sus participantes, hay que cuidarse de no usar palabras que puedan resultar molestas o agraviantes en el contexto lingüístico en que se mueven los demás.
Razonamientos persuasivos
Se reconocen tres tipos de discursos persuasivos: la demostración, la argumentación y la explicación. La demostración trata de llegar a una conclusión partiendo de unas hipótesis. En la demostración no aparece ninguna marca del sujeto que la enuncia. Aparentemente se habla de hechos y no de opiniones. Se utilizan conceptos objetivos, que aparecen como irrefutables. La argumentación trata de causas y consecuencias, se evalúa en relación a una situación dada y se expresa con palabras comunes. En esta situación es donde se comprueba si la argumentación ha logrado su objetivo primordial: convencer al destinatario para que adopte un determinado punto de vista o realice cierta acción. La explicación se ubica en una línea intermedia entre ambos discursos. Se la acepta o rechaza en relación a lo que ha sido explicado,por lo cual es necesario el Debate.
Escritura del discurso argumentativo
Los elementos básicos de la argumentación son la tesis, los argumentos, y la conclusión.
La tesis es la idea principal en torno de la cual se reflexiona. Puede aparecer al principio o al final del discurso, de manera explícita o implícita. Una tesis debe presentarse en forma clara y objetiva, aunque encierre en sí varias ideas.
- Tesis argumentativa
- Argumentos
- Ejemplificación
- Cita Textual
- Respaldos
- Conclusión
El cuerpo argumentativo
Se constituye por los argumentos que se exponen para confirmar o rechazar la tesis. Entonces el encadenamiento de los razonamientos y otros recursos persuasivos que se usan para fortalecer la opinión defendida como para refutar la contraria.
Conectores y operadores
En el discurso, los argumentos se vinculan entre si mediante conectores y operadores:
- Un conector es una conjunción o frase conjuntiva que relaciona dos enunciados, dándoles una orientación. La orientación es positiva cuando va a favor de la tesis, en cambio las conjunciones "como" o "pero" se usan para dar una orientación negativa.
- Los operadores como "casi" y "apenas", refuerzan o debilitan la potencia del argumento.
Condiciones del discurso
Para plantear un discurso argumentativo es necesario conocer las condiciones de propiedad y legitimidad. Las condiciones de propiedad son las características que tiene que reunir el destinatario a quien se dirige el argumentador, es necesario conocerlas para que el texto sea efectivo. Las condiciones de legitimidad tienen que ver con la autenticidad de la figura del argumentador.
De acuerdo con las condiciones de propiedad, en primer lugar se argumenta partiendo de que el otro no adhiere a la tesis pero puede llegar a convencerse de ella.
En segundo lugar, se argumenta a partir del supuesto de que el otro tiene la inteligencia y los conocimientos necesarios para comprender los argumentos. La apariencia de sinceridad es indispensable para que haya una argumentación efectiva; el otro tiene que creer que quien la hace no miente. Esta condición es necesaria para establecer una correcta comunicación.
A veces, cuando el argumentador no está seguro de que el otro confía en su legitimidad, puede apelar a enunciados justificativos. El argumentador también supone que el otro puede ser persuadido mediante una argumentación adecuada: si encuentra resistencia será posible desplegar las estrategias persuasivas necesarias para hacerlo cambiar de opinión.
La argumentación es legítima cuando hay una concesión mutua de derechos entre los interlocutores. En este campo inciden no sólo el contexto de la situación sino también los roles de autoridad que se establecen entre ellos.
Véase también
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