- Salir del armario (película)
-
Salir del armario (película)
Le placard Título Salir del armario Ficha técnica Dirección Francis Veber Producción Alan Poiré Música Vladimir Cosma Fotografía Luciano Tovoli Montaje Georges Klotz Vestuario Jacqueline Bouchard Reparto Daniel Auteuil
Gérard Depardieu
Thierry LhermitteMichèle Laroque
Michel Aumont
Jean Rochefort
Alexandra Vandernoot
Stanislas Crevillén
Edgar Givry
Thierry Ashanti
Armelle Deutsch
Irina NinovaDatos y cifras País(es) Francia Año 2001 Género Comedia Duración 84 minutos Ficha en IMDb Salir del armario es una película dirigida por Francis Veber.
Argumento
François Pignon (Daniel Auteuil) trabaja en una fábrica de preservativos. La película comienza con un grupo de personas tomándose una foto corporativa. Pignon, que no cabe en la fila que le corresponde, ya que quedaría fuera de la toma, decide apartarse a un lado para no demorar la sesión fotográfica. Es un hombre pasivo, con una vida muy aburrida, que está atravesando un divorcio de su mujer, a quien ama, y se ve repentinamente alejado de su hijo adolescente, que no siente ninguna estimación ni cariño por él. Además, tiene la obligación de pasarle una pensión a su esposa y a su hijo. Un día se entera de que le van a despedir y para que esto no ocurra se hace pasar por homosexual. En la empresa deciden no despedirle, a fin de no tener problemas con los representantes del movimiento Gay en Francia. Pignon establece una relación de amistad con un vecino que en realidad es homosexual, gracias a un pequeño gatito que aparece inesperadamente. Algunos compañeros de trabajo sí creen que él es homosexual, y tratan de hacerle la vida imposible, mientras que otros tienen sus dudas. La aparición de unas fotografías que muestran a un hombre parecido a Pignon en una actitud sospechosa en un bar gay, parece reforzar lo que su jefe y todos sus compañeros creen. El Director de Personal, Felix Sandini (Gérard Depardieu), que inicialmente hacia chistes sobre Pignon, comienza a acercarse a él, debido a que unos compañeros de trabajo, por broma, le sugieren que, de ponerse en su contra, podría perder el empleo, y es mejor que el jefe le vea más bien ser receptivo.
La Srta. Bertrand (Michele Laroque), jefa de Pignon, aun cuando ha visto las fotos, como todo el personal de la empresa, no puede creer que él sea gay y logra hacerle tomar mucho vino, para poder revisar a ver si él tiene los tatuajes que aparecen en las fotografías. Temiendo que su plan para permanecer en la empresa pueda ser descubierto, Pignon acusa a la Srta. Bertrand de acoso.
Entre tanto, Sandini comienza a sentir una gran afinidad hacia Pignon y, por sugerencia de los compañeros bromistas, cuando llega su santo le regala un sweater de color rosado. La esposa de Sandini encuentra la factura del sweater y cuestiona el gasto, pensando que lo ha comprado para otra mujer. Su sorpresa es mayúscula cuando Sandini le dice que ha comprado un sueter rosado tan costoso para un compañero de trabajo.
Dos compañeros de trabajo deciden darle una paliza a Pignon y lo esperan cuando llega a su domicilio, atacándolo en el estacionamiento y rompiéndole la clavícula. Pignon logra llegar hasta la puerta del apartamento de su vecino.
Sandini, su actitud hacia la homosexualidad obviamente cambiando, considera que el ataque es repugnante y decide comprarle chocolates. Cuando llega al edificio de Pignon, su esposa aparece, haciendo que los bombones caigan al suelo,y le recrimina por su actitud hacia Pignon, diciéndole que si seria capaz de acostarse al lado de éste, a lo que Sandini, obviamente desolado, le dice que no cree que Pignon vaya a pedírselo, porque ha notado que él no es su tipo, que ni siquiera se ha puesto el suéter que le habia regalado... Cuando Pignon se reintegra a su trabajo, con el brazo vendado, se encuentra con que la directiva ha decidido encomendarle que represente a la empresa en la Marcha del Orgullo Gay. Entretanto, los amigos de Sandino, a la hora del almuerzo en el comedor de la empresa, se acercan a él para decirle que todo lo relacionado con Pignon era sólo una broma. La esposa de Sandino lo ha abandonado, pero a él parece no importarle. Cuando Pignon llega al comedor, Sandino va a su mesa y le dice que, ahora que su esposa le ha abandonado, ellos podrían vivir juntos. Como Pignon se niega, Sandino se abalanza sobre él, siendo apartado por los compañeros de trabajo. Pignon le cuenta a su vecino que Sandino ha debido ser llevado a un hospital por presentar una fuerte depresión nerviosa. Su vecino le aconseja que vaya al desfile, para que sea intocable, emblemático.
Cuando Pignon está desfilando con el atuendo que le han dado, en medio de la marcha gay, su hijo lo ve por televisión y, por la noche, cuando cenan juntos, le dice que le ha parecido genial que estuviera en la marcha, aunque le confiesa que a él le gustan las chicas. Más tarde, su ex-esposa le dice que tiene que reunirse con él para que hablen.
Pignon está feliz. Corre a la casa de su vecino para contarle que se está llevando bien con su hijo y que se va a encontrar con su esposa, pero su vecino está triste. El gato se ha marchado. Pignon, viendo la tristeza de su vecino, le dice que va a conseguir a su gato, aunque tenga que recorrer todos los tejados del barrio. Dado el éxito del desfile, el jefe de Pignon decide que va a ascenderlo, por lo que su jefa, la Srta. Bertrand sería despedida. Pignon logra que ella permanezca en su puesto. En otro momento, Pignon, llevando puesto el suéter rosa, va a visitar a Sandini en donde está recluido y le regala un llavero con un pequeño balón de rugby. Le dice que no ha sido despedido de la empresa, ya que ha convencido al jefe de que no conseguirá un mejor jefe de personal y además alguien que pueda entrenar al equipo de rugby de la empresa. Sandini rompe a llorar de felicidad. Luego le dice a Pignon que en realidad el suéter es demasiado rosa, que no le queda bien, que mejor lo cambie.
Ya recuperado, Sandini regresa en compañía de Pignon a la empresa para encontrar que se ha organizado una fiesta para darle la bienvenida. Sandini entra de la mano de Pignon al salón y es recibido alegremente por todos sus compañeros de trabajo. Con lágrimas en los ojos, Sandini brinda con todos.
Ya terminada la fiesta, Pignon y la Srta. Bertrand se encuentran en el salón y después de una breve conversación, tienen relaciones íntimas, sin percatarse que en ese mismo momento el jefe está mostrándole las instalaciones a un grupo de empresarios japoneses. El jefe, para salir del paso, le dice a los empresarios que ésa "es la sala de pruebas". El momento es visualmente fuerte, pero a la vez resulta hilarante.
Al día siguiente, los miembros de la mesa ejecutiva se reúnen, surgiendo el tema de lo ocurrido la noche anterior. Entretanto, Pignon se reúne con su ex-esposa para cenar. Ella le recrimina por lo de su supuesta homosexualidad, pero él le aclara que durante mucho tiempo había estado tratando de recuperar su amor, pero que ya lo había superado y que ya no estaba interesado en ella. Luego le aclara que se había hecho pasar por homosexual para no perder el empleo y poder pagar la pensión de ella. Ella le dice que debe confesarle a su hijo que no es gay, ya que desde hace tres días habla de él como si fuera un héroe. Él le prohíbe que le diga la verdad, hasta que su hijo supere la fase de adolescente. Luego se queda cenando solo, con una actitud totalmente feliz.
Más tarde, Pignon llega a casa de su vecino llevándole supuestamente al gatito que se le había perdido. El vecino le pregunta que cómo lo consiguió, y Pignon le dice que había estado maullando en su balcón. Pignon le cuenta que ya ha superado a su esposa, lo bien que le ha ido en la cena, aunque estuviera solo. El vecino no cree que el gatito sea el mismo que él teníaa antes, pero le dice que "nunca estará seguro de que sea el mismo gato, pero de lo que sí está seguro es que él ya no es el mismo hombre". De repente, escuchan un maullido en el balcón, salen con el gatito y..., allí está el gatito que se había ido. Ahora son dos gatitos y no se sabe cuál es el verdadero.
Al día siguiente, el jefe cita a Pignon para decirle que ha descubierto lo de que la justificación de la homosexualidad era para no perder el empleo, pero cuando Pignon le dice que va a renunciar, el jefe le dice que es una pesadilla, pero queda claro que Pignon no perderá su empleo. Pasa el tiempo y, un año más tarde, todos se reúnen para la fotografía corporativa, como al inicio de la película. Pignon llega a la empresa en su vehículo último modelo, acompañado de la Srta. Bertrand, con quien obviamente mantiene una relación. Todos se preparan para la foto, pero Pignon, por su ubicación, queda fuera de foco, por lo que el fotógrafo le dice que se arrime más hacia el centro, igual que el año anterior. Él, sin pensarlo dos veces, empuja a todos los de la primera fila, haciendo que los dos compañeros que le habían golpeado un año atrás, caigan al piso estrepitosamente, uno de ellos lastimándose la clavícula. Ahora Pignon está bien enfocado, ¡como debe ser!
Categorías: Películas dirigidas por Francis Veber | Películas de Francia | Películas de 2001 | Películas cómicas | Películas con temática LGBT
Wikimedia foundation. 2010.