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San Francisco de los Romo
San Francisco de los Romo
EscudoPaís México • Estado: Aguascalientes • Municipio: San Francisco de los Romo Ubicación • Altitud 1,880 msnm Población (2005) 13,262 habitantes[1] Huso horario Tiempo del Centro, UTC -6 Código postal 20300 -
Pref. telefónico 465
San Francisco de los Romo es la Cabecera municipal del Municipio de San Francisco de los Romo en el estado de Aguascalientes la población para el 2000 es de 20,600 habitantes. Se localiza en la zona central del estado en las coordenadas geográficas 22º 05' de latidu Norte y 102º 16' de longitud Oeste.
Es conocido popularmente como "San Pancho de las Carnitas" pues desde los años 60's se le dio gran fama gastronómica por la venta de carne de cerdo.
Escudo
Se compone de cuatro cuarteles y al centro un escusón. En el cuartel superior izquierdo se encuentra una cruz floreteada de sinople, cuatro veneras de gules en cada espacio y una al centro de la cruz, que representan el escudo de armas del apellido Romo de Vivar. En el cuartel superior derecho aparece el escudo de armas de la familia Lozano, simbolizada por un brazo armado y tres puntas de lanza de plata. Ambas familias son las compradoras de los terrenos del municipio, que anteriormente pertenecían a la Hacienda de Pabellón.
En el cuartel inferior izquierdo se halla el sitio de ganado mayor, que fue conocido como Bajío de la Cruz o San José de Buenavista, además de una terraza color café, un mezquite y una planta de maíz, elementos que representan la tierra y la riqueza agrícola de la región. En el cuartel inferior derecho, un cazo representa la gastronomía de este municipio.
En el escusón se encuentra el emblema de los franciscanos menores, en honor a Francisco Romo de Vivar y, escrita en la bordura de oro (alrededor), se inscribe en latín la frase “Trabajo nuestra riqueza, Nobleza nuestro don”.
La fecha 1829 señala el año en que Bernardo Iriarte, dueño de la Hacienda de Pabellón, vendió a los señores Romo de Vivar y Lozano, el sitio de ganado mayor donde hoy se ubica San Francisco de los Romo, en 1992 alude al año en que este lugar se convirtió que municipio.
Historia
Localizado a 22 kilómetros al norte de la Ciudad de Aguascalientes, San Francisco de los Romo es uno de los municipios más pequeños de la entidad, ya que su territorio ocupa el 2.4% de la superficie estatal. No obstante que fue creado sólo hace 16 años, es muy rico en historia.
Sus orígenes se remontan a un sitio de ganado mayor denominado Buenavista, terreno baldío o realengo que, según el profesor y cronista Juan Antonio Reyes Castañeda, fue adquirido en el año de 1696 por el capitán José de la Peña Durán, en ese entonces propietario de la Hacienda de San Blas de Pabellón.
Muchos años después, en 1829, el propietario de este territorio fue un minero y regidor de Zacatecas llamado Bernardo Iriarte que, al verse presionado por los cuantiosos impuestos que adeudaba al gobierno federal, a fines de ese año se vio en la necesidad de rematar por la cantidad de ocho mil pesos, el área correspondiente a Buenavista. Quienes compraron estos terrenos fueron los señores Francisco Ignacio Romo de Vivar, Cesáreo Lozano y José Manuel Romo de Vivar, dando pie al desmembramiento de la Hacienda de San Blas de Pabellón.
Según el mismo profesor Reyes Castañeda, Francisco Ignacio Romo de Vivar construyó un rancho en el terreno que le correspondió (hoy, calles Independencia y Romo de Vivar), al que llamó Rancho San Francisco, en honor al primero de sus nombres. A su muerte, en el año de 1860, ocho de sus nueve hijos, iniciaron la venta de sus bienes hereditarios, mediante el fraccionamiento de los terrenos contiguos a la finca rural, reservando para uso común el terreno en el que actualmente se ubica la plaza y el paso para el aguaje al río. Así fue como inició la edificación de una pequeña población que conservó el nombre de San Francisco.
Al inicio del siglo XIX, San Francisco era una pequeña congregación que dependía políticamente de la comisaría de Trinidad. Como tal, fue escenario de algunos acontecimientos que se desarrollaron con motivo de la revolución, ya que su ubicación estratégica como paso obligado del camino real zacatecano y la cercanía que mantiene con las vías de ferrocarril, propició sucesos tales, como el incendio de la estación ferroviaria de Las Ánimas (hoy Garabato), en junio de 1913. Ésta es la crónica, según el profesor Reyes:
"A principios de junio de 1913 acamparon fuerza revolucionarias en la estación de Las Ánimas sin molestar a los vecinos. Pedían con cortesía alimentos y agua. Cuando iban a prender fuego a la estación, pidieron a los vecinos de ese lugar que sacaran sus pertenencias porque temían que el fuego arrasara con todo. Estas fuerzas revolucionarias operaban al norte del estado a favor del movimiento constitucionalista y se dedicaban a hostigar a las fuerza federales. Por esta razón incendiaron la estación."
San Francisco fue creciendo paulatinamente pero no fue sino hasta la década de los veinte cuando comenzaron a visualizarse los progresos. Se iniciaron las labores de nomenclatura de calles y numeración de viviendas, se trazaron nuevas calles y se fue expandiendo el auge agroindustrial y comercial, con los cultivos de chile y vid y las fábricas deshidratadoras, así como con el bordado y las ya muy tradicionales carnitas.
Al igual que los sectores productivos, la educación escolarizada también fue tomando forma. Según afirma el profesor Reyes, se cree que la primera escuela de este lugar era una institución particular; sin embargo, el dato más preciso que se conoce es que en 1915 existía una escuela rudimentaria de niños, pues hay documentos en los que directivos de ésta rendían un informe al entonces gobernador Martín Triana. Seis años después, sucedió un acontecimiento que provocó el cambio de ubicación de la escuela: el fallecimiento, en el aula de las clases, de un profesor. Este evento provocó un fuerte impacto entre los pobladores, según consta en la investigación realizada por el profesor Reyes:
"Varios vecinos le han suplicado (al director de la escuela) que se quemen los muebles, libros y otros enseres escolares para evitar un contagio en sus hijos que a tal escuela asisten, ya que falleció en el salón de clases el profesor Domingo Flores de una enfermedad peligrosísima. Los padres de familia también pedían cambiar el plantel a otra casa, o que se ordenara picar o encalar los muros para que se hiciera una buena desinfección."El profesor Reyes señala que en 1919, San Francisco ya contaba también con una escuela rudimentaria de niñas. Así funcionaron estas dos escuelas durante diez años hasta que, en 1928, se fusionaron ambas para dar paso a la creación de la escuela rural federal, misma que varias veces cambió de denominación: escuela rural federal “Capitán Emilio Carranza”, escuela “Emiliano Zapata” y, actualmente, Escuela semi - urbana “Aquiles Serdán”.
En sus inicios, esta escuela estuvo ubicada en diversas instalaciones: primero en casas particulares, después en un local municipal, luego en el salón ejidal y, posteriormente, en su actual domicilio. Hasta el momento, han egresado de ella cerca de 50 generaciones, ya que la primera salió en el año de 1948.
En entrevista, el profesor Reyes comenta:
"Esta es la escuela pionera de San Francisco de los Romo. Para 1939, se puso la primera piedra de la escuela semi urbana “Aquiles Serdán”, la cual se construyó con dos salones a la entrada del zaguán. Le tocó inaugurarla a una maestra que recientemente falleció, a la edad de 107 años. Se trata de la maestra María Luisa Castañeda de López Velarde, quién dejó gratos recuerdos porque llegó en un momento en que los alumnos ya no cabían en la escuela y ella prestaba su casa para dar clase."
La educación gradualmente se fue consolidando en San Francisco. En 1930 llegó una misión cultural, como parte de las políticas educativas federales. Un año después, se dotó a la comunidad de una parcela escolar y, posteriormente, se fueron construyendo otras escuelas, tanto particulares como oficiales, ante el crecimiento de las demandas educativas. Algunas de ellas han sido el colegio particular “cinco de mayo” que era atendido por religiosas; el jardín de niños María Luisa Fernández Villa de García Rojas, creado en 1973 en honor de quien, según la leyenda motivara la independencia de Aguascalientes con respecto a Zacatecas por medio de un beso que le diera al presidente López de Santa Anna; las escuelas primarias “Esteban Ávila Mier” e “Ignacio Romo de Vivar”, creadas en 1964 y 1976 respectivamente; la escuela secundaria técnica número 11, fundada en 1970 a iniciativa del profesor Lino Benítez, quien fungía en ese entonces como director de una misión cultural, y el CECYTEA, abierto a los alumnos que egresan de la secundaria desde 1993 entre otros planteles.
San Francisco de los Romo en la Revolución
Antecedentes
Donde hoy se ubica el poblado de San Francisco de los Romo, fue un sitio de ganado mayor conocido como Buenavista, terreno baldío o realengo, que fue adquirido el 8 de junio de 1696 por el capitán don José de la Peña Durán, propietario de la Hacienda de San Blas de Pabellón, que lo había solicitado junto con otros ocho sitios de ganado mayor al rey de España, el cual se los concedió a cambio de 500 pesos.
El 24 de diciembre de 1829, para pagar impuestos que adeudaba al gobierno federal, el señor Bernardo Iriarte, dueño de la hacienda de San Blas de Pabellón remató el sitio de ganado mayor de Buenavista en la cantidad de 8 mil pesos a los señores Francisco Rom0o de Vivar, José Manuel Romo de Vivar y Cesáreo Lozano.
El señor Francisco Ignacio Romo de Vivar formó un rancho al que llamó San Francisco en honor al primero de sus nombres; el predio estaba ubicado en lo que hoy son las calles de Independencia y Romo de Vivar; desconociéndose –por carecer de documentos- la fecha exacta de la fundación, probablemente entre 1830 y 1832.
En el año de 1832, don Francisco le heredó al segundo de sus hijos Jacinto Romo de Vivar, tres caballerías de tierra, equivalente a 128.4 hectáreas; terrenos que se ubican al sureste de San Francisco con las que dio origen al rancho de San Ignacio, actualmente conserva su nombre original y se ubica frente a la gasolinera. A la muerte del señor Francisco Ignacio Romo de Vivar, ocurrida en 1860, ocho de sus nueve hijos, vendieron sus bienes hereditarios fraccionando los terrenos cercanos a la casa principal del rancho, reservando para uso común el terreno que actualmente ocupa el jardín y el paso para el aguaje del río. Los compradores fueron pocos por lo que se deduce que San Francisco era un pequeño rancho.
San Francisco a principios del siglo XX
En junio de 1909 el señor J. Isabel Negrete levantó un padrón electoral de la sección 21 perteneciente a la demarcación de la Trinidad, en el padrón están registrados 145 varones en edad de votar, entre algunos de los habitantes de San Francisco de principios de siglo XX estaban: Isabel Negrete, Fermín Negrete, Leonardo Negrete, José María Calzada, Emigdio Villalobos, Susano Leos, Refugio Ruelas, Nieves Femat, Jesús Trinidad, Luis Lomas, Isidro Ruelas, Antonio Paredes, Cecilio Esparza, Antonio Villalobos, Carlos Villalobos, Atilano Lara, Catarino Ruelas, Pedro Macías, Hermenegildo Femat, Martín Femat, Guadalupe Marchán.
En ese tiempo San Francisco era una pequeña congregación, que tenía poco tiempo de haber pasado a depender políticamente de la comisaría de la Trinidad. Todavía en 1905 San Francisco era comisaría municipal; la autoridad recaía en un juez auxiliar de la comisaría de la Trinidad, en 1912 ocupaba el puesto el señor Catarino Ruelas. En diciembre de ese año el señor Sixto Ortega remitió un escrito a la jefatura política de la capital del estado en la que decía: <<San Francisco de los Romo no es un pueblo organizado políticamente sino un rancho, es una propiedad rústica.>>
La población disminuye
En el estado de Aguascalientes no hubo un levantamiento armado significativo durante la Revolución Mexicana de 1910 – 1920, si bien es cierto que se dieron acciones militares y sucesos relevantes como la Soberana Convención Militar Revolucionaria de 1914 (Convención de Aguascalientes). En varias ocasiones el estado fue transitado por las diferentes fuerzas protagonistas de la revolución.
Obviamente en San Francisco de los Romo, se vivió una situación semejante a la de la capital del estado; su ubicación que era paso obligado del camino real zacatecano y la vía del ferrocarril que pasaba a corta distancia, al oriente del poblado le permitió a sus habitantes ser testigos de algunos acontecimientos.
Por el censo de 1910 sabemos que San Francisco de los Romo tenía ese año 583 habitantes; al igual que otros lugares la población disminuyó para el siguiente censo que se levantó en 1921 en que tuvo 538 pobladores. El decrecimiento poblacional de debió principalmente a tres razones: la primera de ellas, algunos padres de familia para proteger a sus hijas jóvenes de los grupos revolucionarios que las secuestraban se trasladaron a la ciudad de Aguascalientes por considerar que ofrecía más seguridad; y donde había una hija de familia se le tenía cuidadosamente escondida. Pocas familias que tenían sus propiedades en San Francisco regresaron cuando terminó la Revolución.
El segundo motivo fue la guerra y las políticas revolucionarias quienes contribuyeron a que hubiera escasez de alimentos especulando y aumentando los precios principalmente en 1916, el año del hambre. Los siguientes datos son muy reveladores, en 1914 el kilo de maíz costaba 4 centavos, en 1915 subió a 26 centavos y en 1916 a $1.50 alcanzando su máximo precio en agosto de 1916 a $3.10 por kilogramo. Los jornales mínimos se incrementaron de 50 centavos a $1.50 pesos diarios, por lo que en agosto de 1916 una jornada equivalía a medio kilo de maíz. La respuesta social a esta crisis, principalmente entre los jóvenes fue la emigración a otros estados de la República y a los Estados Unidos de América.
La tercera razón por la que disminuyó la población fueron las enfermedades gastrointestinales incluyendo la epidemia de tifo, aunque al parecer tuvieron más repercusión en la ciudad que en el campo debido a la insalubridad y al hacinamiento.
Entre 1915 y 1918 hubo veintiséis cambios de gobierno en Aguascalientes, los gobiernos revolucionarios hicieron esfuerzos infructuosos por controlar tanto la especulación de los comerciantes como la de los agricultores. El gobierno estatal solicitó en 1918 a través de los comisarios información de la cosecha levantada y del precio al que se vendió. Me permito transcribir dos cartas que nos acercan a la problemática que se vivía en ese tiempo; la primera fue escrita por Leonardo Romo del Rancho San José de Buenavista el 27 de septiembre de 1918.
"En cumplimiento a la circular que tuvo a bien manifestarse tengo la satisfacción de manifestarle que:
La cosecha de maíz que hubo en este rancho en el año próximo pasado fue: de maíz 60 hectolitros y de frijol serían 15 hectolitros, ambos granos fueron gastados en la casa y en 2 peones y 2 muchachas que se ocupan, por lo que no se puede fijar precio por haberse consumido en sirvientes y en la casa."
La segunda firmada por el doctor J. Guadalupe Ortega del rancho La Trinidad en septiembre de 1918 dice así:
"En contestación a la circular que tuvo a bien manifestarse tengo la satisfacción de comunicarle que: La cosecha de maíz que hubo en ese Rancho en el año agrícola próximo pasado fue maíz: 300 hectolitros y de trigo como de 3,000 kilos, ambos granos fueron gastados en racionar a los peones de este Rancho por lo que no puedo fijar su valor. El número de peones que tengo es variable, pero por término medio es de veinte diarios."
Incendiaron la estación del ferrocarril
El suceso revolucionario más importante que se dio en San Francisco de los Romo, fue la toma e incendio de la estación de ferrocarril Las Animas, en una fecha que va del 3 al 12 de junio de 1913. –A la estación de las Animas se le cambió el nombre por estación Garabato en 1927 aproximadamente y se encontraba a unos 500 metros al norte de la población-.
A principio de junio de 1913 acamparon fuerzas revolucionarias en la estación de Las Animas sin molestar a los vecinos, pedían con cortesía alimentos y agua, los jefes de aquel grupo recomendaron a un vecino que le vieron un reloj que lo guardara porqué podía despertar la codicia de la tropa y se lo quitarían. Cuando iban a prender fuego a la estación pidieron a los vecinos de ese lugar que sacaran sus pertenencias porque temían que el fuego arrasará con todo.
Estas fuerzas revolucionarias operaban al norte del estado a favor del movimiento Constitucionalista y se dedicaban a hostigar a las fuerzas federales, por esa razón incendiaron la estación de ferrocarril Las Animas e hicieron destrozos en el puente del mismo nombre, que está a una distancia de 150 metros. Esta operación la repitieron en las estaciones de Rincón de Romos, Soledad y Berriozabal, con la intención de mantener entretenidas las fuerzas federales y que no pudieran enviar armamento y más tropas al norte del país, donde se daban las principales batallas. Por su parte las fuerzas federales perseguían infructuosamente a los revolucionarios y recibían órdenes telegráficas de reparar lo más rápido posible los daños.
Anécdotas de la revolución
"Se cayó del puente de Las Ánimas"
Continuamente llegaban personas de diferentes lados de la República Mexicana a San Francisco, donde hacían un alto en su viaje para comer o descansar; lo que hoy en día se sigue haciendo. La estación de ferrocarril y el Camino Real influyeron para que esa costumbre se diera y debido a esto en algunas ocasiones los forasteros se vieran inmiscuidos en incidentes que eran noticia en el rancho de San Francisco de los Romo, como el que ocurrió el 14 de enero de 1912 y que el juez auxiliar Catarino Ruelas daba cuenta al jefe político de Aguascalientes:
<<Recibí noticia por Francisco Rodríguez vecino de San Miguel que a las 6 de la mañana se había encontrado un individuo tirado debajo de un puente de la vía de ferrocarril inmediatamente se condujo al cuartel de destacamento donde declara lo siguiente: Se llama Felipe Guerrero vecino de Cuerámbaro, Guanajuato. Y dice que habiendo pasado la noche en la estación de Las Animas, le atacó un dolor cólico, el que lo hizo caminar al rumbo que llevaba para el norte y como a 500 m. de donde se retiró se desprendió del puente antes dicho, que tendrá de alto como 8m; y sufrió una herida en la boca, un brazo y pierna del lado izquierdo golpeados. Se le investiga si los del tren lo tiraron o alguien lo había golpeado y manifestó que no.>>"Abatido por un cobarde"
El 23 de junio de 1914 el general Francisco Villa al frente de la división del Norte derrota a las tropas federales al mando del general de la división Luis Medina Barrón y toma la ciudad de Zacatecas. Las bajas federales fueron enormes y sólo pequeños grupos lograron escapar hacía Aguascalientes.
La huída de los federales se realizó a través del ferrocarril y cuando pasaron por San Francisco de los Romo, sucedió un hecho lamentable que mucho se comentó en ese tiempo. Sin ningún motivo que justifique la acción un federal armado y frustrado por la derrota que acababa de sufrir, de la manera más cobarde, sin darle la más mínima oportunidad de defenderse le disparó a un hombre pacífico, ajeno a todo problema cuyo único pecado fue estar cerca de la vía de ferrocarril.
Ese pelón desde una de las ventanillas de aquel convoy apuntó y disparó por pura puntada a un hombre que se encontraba detenido debajo de un frondoso mezquite –frente a la actual propiedad de la familia Eudave Zamarripa, en la curva-. Al recibir la descarga cayó fulminado aquel inocente, el difunto era el señor Cenobio de la Cruz. San Francisco pagaba su cuota a la barbarie.
"Mal agradecidos"
Otra anécdota de la revolución, le tocó vivirla al señor Antonio Villalobos, dueño en ese entonces de la casa grande, que había pertenecido a don Francisco Ignacio Romo de Vivar –ubicada en la actual esquina de Independencia y Romo de Vivar-. El episodio se inició cuando una reducida partida de revolucionarios cabalgaba por el Camino Real, de pronto descubrieron que en sentido opuesto venía un grupo de federales, al ver el número desigual de elementos decidieron rehuir todo enfrentamiento, y sin ser vistos se regresaron rumbo a San Francisco de los Romo a buscar refugio, pretendiendo pasar inadvertidos a sus adversarios; se dirigieron a la casa del señor Antonio Villalobos, cuya finca era grande, con varias habitaciones, con paredes altas. Después de conseguir el permiso para pasar, escondieron sus cabalgaduras en la troje de la casa donde les dieron de comer y a don Antonio lo pusieron a cuidar que los animales no relincharán y despertaran sospechas que los delatarán, mientras los revolucionarios estaban al pendiente de los movimientos de los de movimientos de los federales. Contaron con buena suerte, las fuerzas del gobierno pasaron sin detener su marcha, sin sospechar que a unos cuantos metros estaban escondidos los revolucionarios. Después de que paso un buen tiempo en el que esperaron que los federales se alejaran, decidieron continuar su camino, se despidieron de don Antonio agradeciéndole el favor que les acababa de hacer. Una vez que se fueron el dueño de la casa buscó sus potentes catalejos con el fin de mirar la situación de los alrededores y ¡oh! sorpresa, no los encontró por ningún lado, rápido llegó a la conclusión que no los iba a encontrar, el favor que hizo se lo pagaron con un mal: se llevaron sus catalejos.
Fuente: Página del Ayuntamiento del Municipio San Francisco de los Romo.
Distancias
- Aguascalientes 22 km.
- Asientos 40 km.
- Calvillo 66 km.
- Jesús María 16 km.
- Rincón de Romos 18 km.
Referencias
- ↑ Instituto Nacional de Estadística y Geografía (ed.): «Principales resultados por localidad 2005 (ITER)» (2005).
Categoría: Localidades de Aguascalientes
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