- Sentimiento
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El sentimiento es el resultado de una emoción, a través del cual, la persona que es consciente tiene acceso al estado anímico propio. El cauce por el cual se solventa puede ser físico y/o espiritual. Forma parte de la dinámica cerebral del ser humano, que le capacita para reaccionar a los eventos de la vida diaria al drenarse una sustancia producida en el cerebro, al mismo.
Contenido
Ontogenia
Las emociones son polarizaciones que hace nuestra mente de los hechos. En ausencia de emociones emergen los sentimientos. Como necesidad y demanda de las emociones que ya no se experimentan y a las que hemos estado sometidos durante un tiempo, suficiente como para ayudarnos a conceptualizar que dichas interacciones son buenas. Así es como nuestro estado de ánimo toma forma. Los sentimientos sanos permiten una dinámica cerebral fluida, dando como resultado un estado anímico feliz.
Su origen es el resultado del movimiento de las cargas emocionales a las cuales nuestra mente se ve sometida por la variación del medio. Una gran carga emocional que desaparezca en poco tiempo, puede llegar a dar forma a un sentimiento que perdure en el tiempo. Así el amor puede nacer de una emoción tal como la sorpresa y el halago de que alguien nos preste especial atención durante un tiempo sostenido, en el que al desaparecer dicho estímulo es cuando emerge la toma de decisión de lo que hemos considerado bueno. Nuestro sistema límbico informará que ya no hay estímulo, nuestra conciencia marcará la prioridad y nuestro consciente nos indicará que eso que es bueno ya no está. Es cuando el amor romántico toma verdadera forma, pasando a formar parte de nuestra voluntad expresa y personalidad.
Dinámica
Los estimulos emotivos, adecuadamente sostenidos en el tiempo, pueden hacer nacer el sentimiento de (por ejemplo) amor romántico, que no es más que la expresión de nuestro sistema límbico por continuar viéndose sometido a las cargas emocionales necesarias que equilibran y liberan de ciertos rasgos no preferentes de nuestro estado anímico, y que por reacción creemos que nos encamina a un estado de flujo que nos permitirá sostener el estado de mayor preferencia: La felicidad encontrada.
Así, la mente establece el objetivo y los hechos fomentan o contrarrestan su consecución y preservación. La variación del estado preferente que hace la mente del objetivo, induce en ella como principio la emoción que desencadenará (o no) un sentimiento que la motiva a actuar.
Ser conscientes
La forma más difícil es saber que están regidos por las leyes que gobiernan el funcionamiento energético del cerebro. Inhibir por preferencia del EGO un sentimiento equivale a fomentar un anhelo, postergar un anhelo fomenta una frustración o una vehemencia. Los sentimientos necesitan de una razón o cauce para ser satisfechos y hacernos sentir equilibrados.
Dado que todos los individuos manifestamos los mismos sentimientos en diferentes situaciones, se puede decir que nunca hay dos situaciones iguales ni dos personas que manifiesten exactamente la misma intensidad del sentimiento desencadenado por un evento común a ellos. Ante esta evidencia, se puede afirmar sin temor a equivocarse que el ser humano es distinto, entre sus propios congéneres, en su forma de motivarse y que las personas responden de manera diferente a los sentimientos ajenos, algunas veces fomentando la carga y otras contrarrestándola.
Evidencia social
Con una adecuada teoría de la mente, podremos entrever ciertos comportamientos emotivos/sentimentales: Por ejemplo: Si a Paula le molesta que su esposo siempre deje tirado sus calcetines al acostarse, éste genera en Paula una sensación de DESAGRADO y al mismo tiempo una emoción de ENOJO. Al sostenerse de forma continuada este tipo de evento, concluye en un SENTIMIENTO de DESAGRADO, que realimenta una emoción de IRA, encaminando a un sentimiento de FRUSTRACIÓN, que de alargarse en el tiempo y de no tomar otros datos en cuenta, acabará concluyendo en un estado de animo dominado por el ODIO. Si Paula fuese una chica sana, esta situación la motivaría a quitarse de la mente toda la carga que la desequilibra en su dinámica fluida de lo que ella prefiere como felicidad encontrada. Debido a que lo que Paula considera bueno es el perfeccionismo, todo lo que varíe ese estado preferente la emocionará de tal manera que, al formar parte de su conciencia y por lo tanto de su personalidad, evocará emociones que condicionarán sus sentimientos tendentes al perfeccionismo hacia el orden, pues el mínimo desorden la emocionan con irritación y perturban su estado de flujo en gran manera.
Las memorias
Los sentimientos son los condicionamientos que impone la psicodinámica a niveles espirituales, permitiendo únicamente cierto abanico de actividad sobre determinadas cosas o situaciones.
Lo que sentimos no es bueno ni malo, lo podemos clasificar en positivo y negativo, en relación a lo que nos provoca. El sentimiento tiene como base la memoria evocativa, restringida a nuestra parte biográfica. Esto quiere decirse que para situaciones nuevas, que no tengan similitudes pasadas con nuestra experiencia, tendremos un comportamiento inocente, al mismo grado que un infante se comporta con lo novedoso. A raíz de esa experiencia tomamos conciencia del suceso. Lo que llega a conformar el sentimiento, puede evocarse por largo tiempo, desapareciendo generalmente cuando la memoria invocativa tiene recuerdos que permiten administrarlo en un período indeterminado (largo o corto).
Los sentimientos y las emociones nos permiten tomar conciencia del medio en el que vivimos, sean agradables o desagradables. Basar el comportamiento en el momento de la emoción o mientras dura el sentimiento, pueden ayudarnos mucho, pero en el momento en que se desvanecen o cambian, si no hemos sido capaces de administrarlos conforme a nuestra memoria invocativa, pueden transformarse en enemigos.
La memoria invocativa puede hacernos evocar emociones y llegar a conformar una manera de sentir, no obstante, este tipo de autodominio puede llegar a dar la falsa sensación de control sobre nuestra propia psique.
Las personas más cercanas a nosotros, conocen cómo reaccionamos frente a determinadas situaciones; y hasta con sólo ver en nuestro rostro un simple gesto, pueden llegar a empatizar cómo nos sentimos.
En el ámbito moral
La moral nos marca una pauta de cómo reaccionar ante un sentimiento. Es lo que acabará dictándonos qué hacer, si satisfacerlos o inhibirlos, basada en la imagen moral que damos al resto de personas. Cuando decidimos inhibirlos puede ser de forma temporal o radical, pero lo verdaderamente importante es encontrar la vía de solución que nos libere de la carga. Es la única manera que nos permitirá actuar responsablemente con los sentimientos, tanto en palabras como en acciones.
Esta es una manera de aprender a respetarse a sí mismo y a respetar a otros. El sentimiento obedece al campo de lo inconsciente, en caso contrario la reacción ante el estímulo sería la consecuencia lógica: Su satisfacción inmediata. No existe otra manera de someter el sentimiento a nuestra voluntad, y aun así, las consecuencias no siempre son como esperábamos, ya que las cognificaciones pertenecen a otro campo distinto: al racional. La interrelación entre lo inconsciente y racionales marcan nuestros actos en el campo físico. Usando adecuadamente las facultades mentales, encontraremos siempre el cauce apropiado que satisfará nuestros sentimientos.
Bibliografía
- Eduardo Punset (12/2006). El alma está en el cerebro. Radiografía de la máquina de pensar (Tercera edición). ISBN 84-03-09737-9.
- Jonathan Haidt. La hipotesis de la felicidad. La búsqueda de verdades modernas en la sabiduría antigua. E. D. Gedisa. ISBN 84-9784-152-2.
- Eduardo Punset (02/2006). El viaje a la felicidad. Las nuevas claves científicas (Octava edición). E. D. Destino. ISBN 84-233-3777-4.
- (Por incorporar enlaces de videos TED)
Véase también
- Emociones
Enlaces externos
- Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Sentimiento. Wikiquote
- La invasión de los sentidos
- No podremos entendernos a nosotros mismos
Categoría:- Emociones
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