- Simbiodiversidad
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Resumen
La simbiodiversidad surge desde la biología y se esboza aquí como una forma de aproximarnos de manera dinámica a la complejidad de los sistemas de vida, de Gaia a la primera bacteria, incluyendo de modo muy explícito a los animales humanos. Las culturas humanas son, se nutren de, y alimentan la biodiversidad. Por tanto, lo que proponemos es simplemente acercarnos a la biodiversidad, de modo vivencial, desde nuestra vida cotidiana: esto es la simbiodiversidad.
Biología del amanecer
¿Por qué el amanecer es tan mágico en tantas culturas? ¿Qué pasa cuando los primeros rayos del sol alumbran un paisaje verde? En este momento comienza un proceso de verdadera alquimia en el que la miríada de cloroplastos alojados en las células vegetales reanudan la elaboración de la materia orgánica a partir de la luz: la fotosíntesis. Comienza así un auténtico hervidero de actividad que es la fuente del sustento para las múltiples criaturas del ecosistema. Indudablemente, la trascendencia de este momento de explosión fotosintética ha debido quedar grabada en los organismos a lo largo de la historia de la vida. El amanecer coincide con la explosión de los cantos de las aves y el inicio de actividad para la mayoría de las especies. En las culturas humanas esta trascendencia se refleja en la importancia que en los ciclos de la vida conceden al sol naciente. En las culturas modernas coincide con el inicio masivo de la actividad diurna. Puedo no ser consciente de esa trascendencia, en cualquier caso mi parte viva sí lo es, en su memoria, Pues bien, los participantes clave en este ritual cíclico, son los cloroplastos, verdaderas bacterias fotosintéticas que por medio de la endosimbiosis se in-corporaron, junto a otras bacterias, en la formación de la célula vegetal.
De la endosimbiosis a la simbio-diversidad
Se conoce cada vez más la enorme relevancia de la simbiosis en la evolución y formación de los sistemas vivos, en sus dos vertientes:
- como endosimbiogénesis: el origen evolutivo de nuevos tipos de células
y organismos por el proceso de endosimbiosis (todas las células y organismos eucariotas; Margulis, 2002) y
- la simbiosis como asociación permanente entre organismos de especies distintas ya sea
del tipo parasitismo, simbiosis mutualista o comensalismo (cada animal tiene al menos un simbionte)
Fig.1. Mixotricha paradoxa es un protoctista simbionte del intestino de las termitas que, a su
vez, contiene tres tipos de bacterias simbiontes, unas en el citoplasma (B) que metabolizan la celulosa ingerida por el protoctista (M) y otros dos tipos muy numerosos que, al moverse unidas a la membrana celular, lo empujan hacia delante. F: flagelos, N: núcleo
A partir de Margulis (2003). La idea de simbio-diversidad emerge para recalcar y extender la relevancia de estos procesos simbióticos para la comprensión de la biodiversidad y de la vida en todas sus dimensiones, tras una larga época dominada principalmente por el Neodarwinismo, donde estos procesos habían sido considerados de escasa relevancia.
Sim-bio-diversidad: un juego de palabras que da mucho juego
Junto a esa idea básica y más intuitiva de simbio-diversidad, como diversidad de simbiosis, se genera la idea de sim-biodiversidad, de alcance más integrador. al abarcar el conjunto de toda la diversidad de la vida en el tiempo y en el espacio, desde la primera bacteria hasta Gaia, en todas sus relaciones y manifestaciones, sin distinción, sean naturales, sociales o culturales. Objetivo por tanto de la sim-biodiversidad es aprehender y recalcar las intensas relaciones que fluyen y alimentan mutuamente:
- 1) la diversidad biológica, o biodiversidad en sentido estricto y
- 2) la diversidad cultural, que es la diversidad de maneras que tenemos los animales
humanos de relacionarnos con los demás componentes de la trama de la vida.
Fig. 3. El mundo físico influye en el mundo biológico y éste en el mundo
antroposocial. A su vez mediante bucles recursivos, estos influyen respectivamente en los otros dos. Podemos distinguirlos pero no separarlos (Morin, 1984).
Para ello necesitamos familiarizarnos con la biodiversidad, mediante un acercamiento desde nuestra vida cotidiana, al comprobar como la cultura del día a día se nutre totalmente de biodiversidad. La sim-biodiversidad es una invitación a participar en la danza cíclica de la vida, es un acercamiento sencillo a la biodiversidad, al transversalizarla, superando las fronteras de la biología y generando así un interés más general. Surge como una transversal entre múltiples campos de conocimiento. Y con una fuerte perspectiva didáctica por enfocarse desde nuestra vida cotidiana. Somos vida, consciente e inconscientemente, somos simbiodiversidad. No olvidemos que la principal dimensión de la simbiodiversidad es la vivencial. Si tratamos de comprender y sentir un poco más la trama de la vida, es sobre todo para disfrutarla, sintiéndonos parte de ella.
Aportes a la sim-bio-diversidad
Se recogen aquí planteamientos procedentes de distintos campos que alimentan la idea de simbiodiversidad:
Ciencia multicultural
En los años sesenta Levi Strauss (en Knudtson y Suzuki,1993) describe las visiones del chamanismo y de la ciencia moderna occidental, como dos modos paralelos de adquirir conocimiento. En ambos modos de pensamiento, la naturaleza es accesible a una indagación científica y ninguna de las dos formas puede considerarse superior o inferior a la otra. Sandra Harding (1996), superando el eurocentrismo, analiza la [[historia de la ciencia]] en diferentes culturas y las distintas posibilidades de relación con la ciencia moderna occidental. Superando dicotomías se establece así una relación más clara entre la diversidad cultural y la ciencia, debiéndose considerar a la ciencia moderna occidental y sus tecnologías asociadas como parte de una cultura. Por tanto la simbidiversidad como idea que surge en la cultura moderna occidental también forma parte de la diversidad cultural. Asimismo, esa idea, como cualquier otra idea o concepto (p.ej. universo), también es diversidad biológica o biodiversidad, ya que ha sido "parida" por animales, que no somos más que otros componentes de los sistemas vivos.
Complejidad
La complejidad surge como ciencia posnormal, o ciencia no clásica, al no poder reconocer los objetos de estudio como realidades absolutas e independientes del sujeto, en un contexto de incertidumbre e indeterminismo. Así los organismos y ecosistemas, no pueden ser estudiados por el paradigma de la ciencia clásica, ya que son abiertos, irreversibles e indeterministas. Tales sistemas están en continuo proceso de pérdida de energía hacia los sistemas externos. Este flujo de energía alimenta los procesos de autoorganización o autopoiesis (del griego, como poesía: autocreación). Son sistemas autopoiéticos los organismos, ecosistemas y Gaia. El pensamiento complejo, para Edgar Morin (1994), consiste en escapar de la alternativa entre el pensamiento reductor, que no ve más que los elementos, y el pensamiento globalista, que no ve más que el todo. El incluye tres principios: 1) el principio dialógico, que conecta ideas antagónicas entre sí:…”lo contrario de una verdad profunda es otra verdad profunda”(Bohr, en Morin, 1994); 2) el principio de recursión organizativa (los bucles) que a la realimentación añade la autorganización o autopoiesis). y 3) el principio hologramático, para describir el reflejo del todo en la parte y viceversa.
Ecología y medio ambiente
Entre los objetivos de los enfoques holistas y complejos, está la superación de las dicotomías natural/social, persona/naturaleza o sociedad/medio ambiente. Con esa vocación han surgido la ecología humana y la economía ecológica (Martínez-Alier, 1992), la agroecología y la ecología del paisaje (Naveh y Lieberman, 1984). El concepto de ecología y de ecosistema está entre las grandes contribuciones de la ciencia del siglo XX. Desde Lindeman, en 1942 (Collinson, 1988 p.61) se ha visto cada vez más evidente que organismos y medio están tan íntimamente entrelazados que forman una verdadera unidad. Este enfoque holista constituye el aspecto más revolucionario de la ecología, y aún está ausente en muchos planteamientos y reivindicaciones.
Fig.4. La ecología como danza que realizan descomponedores, productores y
consumidores para los cuatro elementos: agua, fuego, tierra y aire. Según Peters (1991 p.87), el concepto de medio ambiente es muy vago; en la práctica se identifica estipulando lo que no es, es lo que no es el objeto de investigación, y termina así adoptando cualquier significado que nos interese. Por ello Naveh y Lieberman (1984) proponen una educación ecosistémica, como alternativa a la edulcorada educación ambiental.
Economía ecológica
La economía ecológica, a diferencia de la economía convencional o neoclásica:
- a) considera la economía como un subsistema dentro del sistema ecológico,
- b) no acepta
una valoración o monetarización absoluta de los costes,
- c) internaliza, es decir,
considera dentro de su sistema, las llamadas externalidades (p.ej. la contaminación al “exterior” de una fábrica) y
- d) contempla en sus planteamientos la distribución de la
riqueza y las generaciones futuras (Martínez-Alier, 1992).
Educación global
Las cuatro dimensiones de la educación global son: la espacial, la temporal, la temática, que implica una visión transversal entre temas y disciplinas, y la dimensión interna o personal, que incluye al sujeto, y sus emociones. En el curso 2002/03, los trabajos de simbiodiversidad han prestado especial atención a esta dimensión personal, al involucrar en la investigación la diversidad cultural familiar y la biodiversidad de su entorno en la época prenatal, basándonos en la experiencia de pueblos aborígenes australianos (Abram, 2001). Fig. 5. La educación global, (Selby, 1996), nos permite jugar con cuatro dimensiones interrelacionadas: espacial, temporal, la dimensión temática y la dimensión interna o personal. Entre los objetivos de la educación global está la adquisición de: a) una conciencia sistémica del mundo b) conciencia de la perspectiva c) conciencia de la salud del planeta d) conciencia de la participación y de la preparación y e) la valoración del proceso (Selby,1996). La educación global trata de superar el enfoque mecanicista y reductor, añadiendo elementos del holismo y de la complejidad. Y es una buena alternativa ante la multiplicación de áreas transversales.
Lógica borrosa
La lógica borrosa resuelve por fin la antigua paradoja de Zenón que aún marcaba a la matemática moderna, incrementando la cobertura de la lógica aristotélica o binaria y dando cabida a las formas flexibles del pensamiento cotidiano (Kosko, 1995).
La sistemática y lo sistémico
A lo largo de la historia han convivido ambos enfoques, el de la sistemática y lo sistémico, si bien en general uno ha tenido más preponderancia que otro. Desde antiguo los humanos han clasificado los seres vivos. Aristóteles es muy citado en la historia de las clasificaciones. Con Linneo se llega a una clasificación tipológica, nominalista, preevolutiva y fijista (especies todas creadas al mismo tiempo). Con Cuvier, Lamarck y el dúo Wallace y Darwin se va introduciendo la idea de evolución y surgen las clasificaciones divisivas en árbol, donde las ramas siempre se van separando en dicotomías. En el neodarwinismo se priman las relaciones de competencia frente a las de simbiosis (las teorías de Koprotkin tuvieron menos eco). Aún en el XIX, surge con Henry David Thoreau el concepto de ecología, más desarrollado y conocido a partir de Ernst Haeckel. La ecología, como campo sistémico, enfatiza las relaciones horizontales, dentro y hacia fuera, de los sistemas vivos. En los años ochenta surgió el concepto de biodiversidad, como idea integradora y reivindicativa para denunciar la destrucción de los sistemas de vida. Paulatinamente se ha puesto de manifiesto la relevancia de la simbiosis en la evolución de la vida (Margulis y Sagan, 1996). La simbiogénesis (ver más arriba) implica que los árboles evolutivos no solo se dividen en nuevas ramas sino que éstas también se funden con otras ramas laterales, dando lugar a nuevos tipos de organismos por autopoiesis (Maturana y Varela, 1990). Resultan así dos enfoques complementarios hacia los sistemas vivos, el enfoque sistemático y el enfoque sistémico. La simbiodiversidad implica una aproximación entre ambos enfoques.
Transdisciplinariedad
En occidente, los primeros filósofos eran naturalistas y las preguntas eran más libres; posteriormente se parcela el conocimiento entre lo físico y metafísico. Con compartimentos cada vez más pequeños, se va perdiendo sucesivamente más libertad (“intelectuales cautivos”: hay más eficacia en las respuestas pero se va atrofiando la capacidad imaginativa). Con la superdiferenciación llega la supersimplificación, pero pronto va surgir la necesidad de comunicación con otras áreas y la aparición de nuevas disciplinas. El siguiente paso implica la integración en equipos multidisciplinarios. Finalmente los grupos transdisciplinarios vuelven a reencontrarse con el antiguo filósofo y sus preguntas libres. En palabras de Esteban Rodríguez Cairo: “Se es universitario cuando se es transdisciplinario ”…” quizás sea el testimonio más grande que se pueda dar al/la estudiante” (Rodríguez, 1992). Transdisciplinariedad es pues fluir a través de diferentes perspectivas, a través de formas de pensar y sentir el mundo que tienen otras disciplinas, otras personas, otros grupos, otros pueblos y ¿por qué no? otros organismos grandes y chicos. La simbiodiversidad es transdiciplinar.
A vueltas con el concepto
Nietzsche nos dice: “del mismo modo que una hoja no es igual a otra, también es cierto que el concepto hoja se ha formado al abandonar de manera arbitraria esas diferencias individuales, al olvidar las notas distintivas, con lo cual se suscita entonces la representación, como si en la naturaleza hubiera algo separado de las hojas que fuese la hoja, una especie de arquetipo primigenio". Con la filosofía de Nietzsche, verdadera revolución copernicana que nos brinda los instrumentos para captar el fin de la modernidad, comienza la aventura de la diferencia y de la complejidad (Santiago, 1993). El estudio de la biodiversidad nos muestra que las excepciones son mayoría (Blackwelder y Garoian, 1986). Asimismo, la idea de simbiodiversidad, es eso, es una idea más que un concepto, (un "no-concepto") una idea dinámica por sí misma, para a partir de ella, pensar, en movimiento, crear, hablar y sobre todo sentir, porque pensar y sentir van unidos según Agustín García Calvo. "Vivir es conocer" (Maturana y Varela cit. Capra, 1996).
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