- Sustancia placebo
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Un placebo es una sustancia farmacológicamente inerte que se utiliza como control en un ensayo clínico. El placebo es capaz de provocar un efecto positivo a ciertos individuos enfermos si éstos no saben que están recibiendo un medicamento falso, y que creen que es uno verdadero. Esto se denomina efecto placebo y es debido a causas psicológicas.
No obstante, está claro que el efecto placebo no puede curar cualquier enfermedad. Un cáncer, por ejemplo, no es tratable con sólo influencia psicológica. Los efectos sólo se limitan a aliviar síntomas relativamente superficiales, y no a curar realmente la enfermedad de fondo. A menos que desde el comienzo la enfermedad en cuestión no existiera, y sólo se tratara de un desequilibrio psicológico (compensado luego también psicológicamente).
Lo contrario del efecto placebo es el efecto nocebo.
Contenido
Composición y funcionamiento
Normalmente los placebos utilizados profesionalmente suelen ser simplemente caramelo (azucar). Es decir, sin ningún compuesto activo. Sin embargo, cualquier sustancia puede actuar como placebo, incluso un vaso de agua pura. Por ejemplo, científicamente está demostrado que los remedios de la homeopatía no son más que simple agua.[1] Es decir, en el fondo no son más que placebos vendidos fraudulentamente como si fueran medicamentos reales.
El único componente importante de todo placebo es el psicológico. Es decir, el efecto placebo funciona con base en la sugestión. Cuando un paciente fácilmente sugestionable recibe un placebo, y piensa que se trata un medicamento real, su sistema nervioso generalmente comienza a desarrollar dopamina, una sustancia química responsable de los efectos de mejoría. De hecho, el factor psicológico se evidencia hasta tal punto que las pastillas de azúcar fabricadas en tamaños más grandes surten más efecto que las pequeñas, y las de colores vivos más efecto que las blancas.
Utilización
Si una persona cree padecer una enfermedad, pero sus allegados tienen la certeza de que sólo se trata de una sugestión (producto de un desequilibrio psicológico como la hipocondría por ejemplo), puede otorgársele un placebo. El paciente estará convencido de que tomó un medicamento real, y sus aparentes síntomas desaparecerán. Sin embargo, dado que su cuadro psicológico no ha sido realmente tratado, lo más probable es que en el futuro resurja nuevamente la situación, con la misma enfermedad imaginaria u otra distinta. De modo que no se puede continuar a base de placebos toda la vida; tarde o temprano debería conseguir atención psicológica.
Por otro lado, el placebo tiene también una utilización en ambiente médico profesional. Se utiliza en ensayos clínicos para poner a prueba si un medicamento es efectivo o no, de la siguiente manera. Se divide a un conjunto numeroso de pacientes con el mismo cuadro clínico en dos grupos. El primer grupo recibe el medicamento verdadero, y el segundo (denominado grupo de control) recibe un placebo. Al comparar el resultado de ambos grupos, se establece si el medicamento verdadero realmente funciona o no.
Nótese que la clave reside en el grupo de control. Si sólo se utilizara un grupo para poner a prueba el medicamento, sin compararlo con el efecto de un placebo, el resultado no sería concluyente. Por ejemplo, si luego de aplicar el medicamento se observara una mejoría del setenta por ciento de los pacientes, aún así el medicamento podría ser en realidad ineficiente, porque quizá si no hubiera sido administrado de todos modos habrían mejorado los mismos pacientes. Y la inversa lo mismo; aún si sólo mejorara el diez por ciento de los pacientes el medicamento tal vez podría ser bueno, pues quizá si no se hubiera administrado habrían mejorado no el diez sino el tres por ciento.
Véase también
Referencias
Categorías:- Fármacos
- Métodos de investigación
- Ética médica
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