Coma Joánica

Coma Joánica

La Coma Joánica (en latín, Comma Johanneum), también conocida como Paréntesis Joánico, Cláusula Joánica o Apócrifo Joánico, es la identificación dada a la cláusula añadida en algunas versiones bíblicas en los versículos de la Primera epístola de Juan 5:7-8.

El texto original (sin la Coma Joánica) corresponde a:

«7 Que tres son los testantes: el Espíritu, y el agua, y la sangre; y los tres por el uno son.»
1 Juan 5:7-8

El mismo texto con la Coma Joánica, ha sido expuesto así:

«7 Que tres son los testantes[ en el cielo: el Padre, el Verbo, y el Santo Espíritu; y éstos, los tres, uno son. 8 Y tres son los testantes en la tierra]: el Espíritu, y el agua, y la sangre; y los tres por el uno son.»
1 Juan 5:7-8, con la Coma Joánica

El consenso general es que la Coma Joánica es una añadidura apócrifa introducida tardíamente en el texto de 1 Juan 5:7-8, por lo cual no puede ser atribuida al escritor de esa epístola, y por tanto no pertenece a la Biblia. Sin embargo, un pequeño sector defiende su uso tradicional [sin reclamar inspiración divina], porque desde su punto de vista, la Coma Joánica sirve como apoyo para el dogma de la trinidad.

La Cláusula Joánica, figura en la mayoría de las traducciones bíblicas publicadas desde 1522 hasta la última parte del siglo XIX, debido al uso generalizado de la tercera edición del Textus Receptus (TR) que fue elaborado por Erasmo de Rotterdam, y fue utilizado como la única fuente para la traducción en ese periodo.

Contenido

Origen de la Coma Joánica

La Coma Joánica no era conocida durante las primeras controversias sobre el dogma de la Trinidad que se dieron en los Siglos III y IV. De haber sabido de aquella cláusula, aquellos tempranos defensores del dogma de la Trinidad, tales como Tertuliano, Orígenes y Atanasio, ciertamente la habrían empleado. No obstante, aquella cláusula está ausente de todas sus declaraciones.

Asimismo, la Sentencia Joánica está ausente en los manuscritos de todas las versiones bíblicas antiguas (Siria, Copta, Armenia, Etíope, Arabe y Eslavónica).

El Códice Fuldensis, una copia de la Vulgata de aproximadamente el año 546 d. C., contiene un Prólogo a los Evangelios Canónicos que parece hacer referencia a la Coma Joánica, pero en la versión de 1 Juan omite la Cláusula Joánica, lo que ha llevado a muchos a creer que el Prólogo de la referencia es falso.

Otra ausencia notable de la Coma Joánica, se halla en los escritos de uno de los más notables y prolíficos escritores trinitarios, San Agustín, quien presenta un completo silencio sobre dicha cláusula.

En el Siglo VIII, la añadidura apócrifa aparece en idioma latín, inmerso en las copias de la Vulgata (Versión oficial de la Iglesia Católica Romana).

La primera mención de la Coma Joánica en idioma griego es la versión (latina) de las actas del Concilio de Letrán, en 1215.

Sólo hasta el Siglo XVI, la Coma Joánica aparece en manuscritos bíblicos en idioma griego.

«los versículos 7 y 8... constituyen, sin duda alguna, una glosa marginal, que algún escriba poco escrupuloso intercaló en el texto, al pensar que era buena oportunidad para fundamentar el dogma trinitario. Dichas frases faltan en todos los manuscritos griegos de la antigüedad y aun en las primeras versiones latinas, pero fue introducido en la Vulgata y pasó al Textus Receptus[, o Texto Recibido]. La interpolación rompe totalmente el hilo de la argumentación de Juan.»
Comentario Bíblico de Matthew Henry, Traducido y Adaptado al Castellano por Francisco Lacueva. Editorial Clie. p. 1897

Evidencia manuscrita

La posición sobre 1 Juan 5:7-8 del Nuevo Testamento Griego de Nestle-Aland (NA27), y de las Sociedades de la Biblia Unidas (UBS4), provienen de tres variantes. Las Sociedades Bíblicas Unidas reflejan su preferencia por la primera variante {A}, significando que es "casi cierto" que refleje el texto original. La segunda variante es una versión griega más larga, encontrada en sólo cuatro manuscritos, pero también en los márgenes de otros tres y en algunas lecturas minoritarias de leccionarios. Todos los demás centenares de manuscritos griegos que contienen a 1 Juan, apoyan a la primera variante. La tercera variante sólo se encuentra en latín, en una clase de manuscritos de La Vulgata y en tres trabajos patrísticos. Las otras dos vertientes de la Vulgata omiten la Coma, así como también más de un docena de los llamados Padres de la Iglesia que citan aquellos versos. La variante latina es considerada una glosa trinitaria explicativa, proveniente de la segunda variante griega.

Sin La Coma Joánica. «μαρτυροῦντες τὸ πνεῦμα καὶ τὸ ὕδωρ καὶ τὸ αἷμα» [«Testigos, el Espíritu, y el agua, y la sangre»]. Evidenciada en: Códice Sinaítico, Códice Alejandrino, Códice Vaticano; en otros códices Unciales 048, 049, 056, 0142; en los textos con Minúsculas 33, 81, 88, 104, y otros minúsculos como el Texto Mayoritario Bizantino; la mayoría de Leccionarios, en particular el Menologion, o Leccionario 598; en latín antiguo (Códice Vercellensis IV, y Schlettstadtensis VII/VIII), Vulgata (John Wordsworth and Henry Julian White edition and the Stuttgart), Siríaca, Cóptica (Sahídica y Bohaírica), y otras traducciones; Ireneo (fallecido en 202), Clemente de Alejandría (fallecido en 215), Tertuliano (fallecido en 220), Hipólito de Roma (fallecido en 235), Orígenes (fallecido en 254), Cipriano (fallecido en 258), y otras citas de los llamados Padres de la Iglesia.

La Coma en Griego. No se encuentra en ningún leccionario. Se evidencia en el Minúsculo 61 (Códice Montfortiano, c. 1520), 629 (Códice Ottoboniano, Siglo 14/15), 918 (Siglo 16), 2318 (Siglo 18).

La Coma a los Márgenes de Manuscritos en Griego. Se evidencia al margen del Minúsculo 88 (Códice Regis, del Siglo 11 con la escritura marginal de el siglo 16t), 221 (del Siglo 10 con la nota al margen de los siglos 15 o 16), 429 (del Siglo 14, con la nota al margen del Siglo 16), 636 (Siglo 16); algunas variantes minoritarias escritas en leccionarios.

La Coma en Latín. «testimonium dicunt [o dant] in terra, spiritus [o: spiritus et] aqua et sanguis, et hi tres unum sunt in Christo Iesu. 8 et tres sunt, qui testimonium dicunt in caelo, pater verbum et spiritus». [«dan testimonio en la tierra, Espíritu, agua y sangre, y estos tres son uno en Cristo Jesús. 8 y tres que dan testimonio en el cielo, son el Padre, la Palabra y el Espíritu»]. Toda la evidencia de las citas de los siguientes Padres: Clemente en la edición traducida de la Vulgata; cita Seudo Augustina en Speculum Peccatoris (V), también (con alguna variación) Prisciliano (fallecido en 385), Liber Apologeticus y Fulgentius de Ruspe (fallecido en 527) respondiendo contra los Arrianos.

Erasmo y el Textus Receptus

En el siglo XVI, La figura central en la historia de la Coma Joánica fue el humanista Erasmo de Rotterdam. Erasmo estuvo trabajando durante años en el proyecto de compilar los textos griegos y latinos del Nuevo Testamento. En 1512, comenzó su trabajo para la compilación del Nuevo Testamento en latín. Recogió todos los manuscritos de la Vulgata que pudo encontrar para crear una edición crítica.

En 1516, fue publicada una segunda edición que contenía la compilación del Nuevo Testamento Latino y Griego. Esta segunda edición, eventualmente se convirtió en una importante fuente para la traducción de la Biblia al idioma Alemán, efectuada por Martín Lutero.

La Coma Joánica no apareció en las dos primeras versiones del Textus Receptus. Esta sólo se introdujo hasta la tercera edición publicada en 1522. Su aparición en la tercera edición, ha sido explicada como el resultado de la presión que la Iglesia Católica Romana impuso sobre Erasmo.

Inicialmente, Erasmo había respondido a las críticas del Catolicismo Romano, argumentando que él no había podido encontrar dicha cláusula en ningún manuscrito griego, pero que la añadiría en una futura edición si esta cláusula aparecía, así fuera en un solo manuscrito griego. Entonces dicho manuscrito fue elaborado en ese mismo momento por un franciscano, aunque se reclamó que poseía mayor antigüedad, y Erasmo, fiel a su palabra, agregó la Coma en su edición de 1522, pero colocó una larga nota a pie de página en la que exponía su sospecha de que el manuscrito había sido preparado expresamente para engañarlo.

«Todo esto se hizo para engañar a Erasmo (Debemos tener en cuenta que por ese tiempo los criterios arqueológicos se encontraban todavía en una etapa primitiva.) ¡El tal manuscrito resultó ser del siglo XVI! Es decir del mismo siglo en que vivió Erasmo. ¡Ese manuscrito fue elaborado más de 1400 años después de los manuscritos originales!»

Esta tercera edición se convirtió en la principal fuente de traducción de la versión de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, con lo que la Coma Joánica fue fijada en aquella célebre versión bíblica en idioma español. De igual forma, esa tercera edición, sirvió de base para la traducción a los más importantes idiomas de Europa, y por eso las versiones bíblicas elaboradas durante los Siglos XVI al XIX llegaron a poseer la Coma Joánica.

Crítica moderna

Versiones modernas de la Santa Escritura, han tomado diferentes posiciones acerca de la Coma Joánica. Algunas la han dejado en letra cursiva para reflejar su controvertida autenticidad. Otras la han omitido por completo por considerarla una añadidura apócrifa, o la han relegado a una nota a pie de página, explicando las dudas sobre su veracidad.

Se presentan ejemplos de versiones modernas en idioma español, que omiten la Coma Joánica.

La Biblia Textual, Sociedad Bíblica Iberoamericana: «7 Porque tres son los que dan testimonio: 8 el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.»

Nueva Versión Internacional: «7 Tres son los que dan testimonio, 8 y los tres están de acuerdo: el Espíritu, el agua y la sangre.»

Biblia Latinoamericana: «7 Tres son, pues, los que dan testimonio: 8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres coinciden en lo mismo.»

Biblia de Jerusalén: «7 Pues tres son los que dan testimonio: 8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres convienen en lo mismo.»

Nacar-Colunga: «7 Porque tres son los que testifican, 8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres se reducen a uno solo.»

Dios Habla Hoy: «7 Tres son los testigos: 8 el Espíritu, el agua y la sangre.»

Palabra de Dios para Todos: «7 Hay tres testigos: 8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo en su testimonio.»

Peshita en Español: «7 Y el espíritu da testimonio, porque el espíritu es la verdad. 8 Y tres son los testigos: el espíritu, el agua y la sangre, y los tres concuerdan.»

Biblia en Lenguaje Sencillo: «7 Son tres los que nos enseñan que esto es verdad: 8 el Espíritu de Dios, el agua del bautismo, y la sangre que derramó Jesús al morir en la cruz. Y las tres dicen lo mismo.»

Castillian: «7 Sabemos que Jesucristo vino al mundo por medio de agua y de sangre: no solo por medio del agua, sino por el agua y por la sangre vertida en la cruz. De esto da testimonio el Espíritu Santo, que es la verdad misma, y de ese modo los testigos son tres. 8 que concuerdan entre sí: el Espíritu Santo, el agua y la sangre.»

Interlineal Griego-Español (Programa E-Sword): «7 οτι (porque) τρεις (tres) εισιν (son) οι (los) μαρτυρουντες (dando testimonio) 8 το (el) πνευμα (espíritu) και (y) το (el) υδωρ (agua) και (y) το (la) αιμα (sangre) και (y) οι (los) τρεις (tres) εις (hacia dentro) το (el) εν (uno) εισιν (son)»

Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras: «7 Porque hay tres que dan testimonio: 8 el espíritu y el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo.»

Evidencia interna

Las diferentes corrientes teológicas dentro de la cristiandad están de acuerdo en que uno de los mensajes principales del capítulo 5 de la Primera Epístola Universal del Apóstol Juan, es que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios.

«Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios…»
1 Juan 5:1
«¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?»
1 Juan 5:5
«Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo.»
1 Juan 5:9

Así, inmerso dentro de ese contexto, lo que transmite 1 Juan 5:7-8, es que los creyentes tienen un testimonio triple de que Jesús es el Hijo de Dios, y ese testimonio ha sido dado (1) por el Espíritu Santo, (2) por el testimonio que fue dado en el bautismo de Cristo (o testimonio del agua) y (3) por el testimonio que fue dado cuando Jesús derramó su sangre en la cruz (o testimonio de la sangre).

«De la victoria por la fe en el Hijo de Dios, pasa Juan ahora a describir las credenciales que nos atestiguan la verdad sobre la persona y la obra de Jesucristo. Tenemos en los versículos: 1) Lo testificado (v. 6a); 2) Los testificantes (vv. 6b-8); 3) La garantía del testimonio (vv. 9, 10); y 4) La consecuencia de la aceptación del testimonio (vv. 11, 12). La primera parte del versículo 6, donde se halla el contenido de lo que Juan testifica, no se puede entender si no se recuerda la enseñanza de los gnósticos sobre la persona y la obra de Cristo. Según ellos, el Cristo celestial vino sobre el Hombre-Jesús después de ser este bautizado en el Jordán, y le abandonó antes de que padeciera la muerte en la Cruz. A esto resonde Juan: (A) "Este es el que vino a través de agua y sangre, Jesucristo" (lit.) Es decir, Jesús era ya el Cristo antes de ser bautizado, pues el Cristo vino a través de agua, siguió siendo el Cristo cuando murió en la Cruz, pues pasó a través de sangre. (B) Insiste en la segunda frase del mismo versículo 6, en que no sólo (vino) en el agua (del bautismo), sino en el agua (del bautismo) y en la sangre (de la Cruz). Viene a decir en estas frases que el Cristo (¡El Mesías!) se hallaba ya en el agua del Jordán, cuando Jesús estaba siendo bautizado, y en la sangre de su sacrificio, cuando fue crucificado.»
Comentario Bíblico de Matthew Henry, Traducido y Adaptado al Castellano por Francisco Lacueva. Editorial Clie. p. 1897

De forma ya comúnmente aceptada entre los estudiosos de múltiples corrientes y tendencias, incluso los católicos romanos, desde hace varias décadas, la inserción de la Coma Joánica en el texto de 1 Juan 5:7-8 carece de sustento escriturístico. Aparte de lo cual, algunos religiosos reivindican que ella representa una irrupción que no tiene qué ver con el sentido del texto de la carta.

«Por cierto, el pasaje en cuestión no se relaciona en nada al resto de la discusión aquí de Juan, e interrumpe el flujo de su propio argumento lógico.»

Véase también

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