- Historieta en Costa Rica
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El desarrollo de la historieta costarricense tuvo en sus inicios una evolución bastante intermitente debido a que, en los primeras décadas de desarrollo del periodismo local, prevaleció la caricatura política como forma de expresión de los artistas del "blanco y negro". Por ello, de los primeros historietistas costarricenses de los que se tienen noticias fue precisamente de caricaturistas propiamente dichos tales como Noé Solano (1899-1971) o Paco Hernández (1895-1961) quienes recurrieron a la "narrativa visual secuenciada" sólo como un recurso más, destinado a desarrollar determinadas situaciones que, al final, remitirían a la sátira humorística, sin avanzar en el cultivo del arte de la historieta como tal.
Contenido
Inicios de la historieta tica. Años 70
El arte de la historieta empieza despertar el interés de los artistas ticos con la inclusión en los periódicos nacionales de las primeras tiras cómicas distribuidas por los "syndicates" norteamericanos (tales como Tarzán, Rip Kirby o Lorenzo y Pepita) y la llegada al país de las historietas mexicanas de la editoral Novaro o Publicaciones Herrerías. Los registros de esos primeros historietistas propiamente dichos datan de los años 70, con artistas como Hugo Díaz Jiménez que, desde comienzos de esa década,inicia en el semanario "Pueblo" una serie de historietas satíricas de corte político social. Parte de esta serie se recopila en el libro El mundo de Hugo Díaz (1978), publicado por la Editorial Costa Rica. Díaz también realiza en formato de historietas un libro sobre los "Cuentos el Tio Conejo" y una serie sobre turismo nacional, patrocinada por el Instituto de Turismo, que publicó en el diario La República, así como un proyectos en historieta sobre la vida de Omar Torijos frustrado tras la invasión de Panamá en el año 1989. Hugo Díaz también fue parte de un meritorio intento de crear la primera historieta nacional, gracias a la iniciativa del escritor y dramaturgo Samuel Rowinski, con la serie "Las Fisgonas de Paso Ancho", serie que llegó hasta la tercera edición, a mediados de los años 80.
Otro pionero de la historieta costarricense lo fue Fernando Zeledón Guzmán, al realizar para el semanario "Adelante" una serie similar titulada "La Semana en Serio", la cual publica en forma ininterrumpida a lo largo de 17 años y en la cual crea una serie de personajes inspirados en la idiosincrasia costarricense, como el perrito "Cutacha", la abuelita "de armas tomar" Auristela, el pachuco Patasdihule y Matráfula. Tras de la desaparición del semanario "Adelante" a comienzos de los años 90, Fernando Zeledón se abocó a otro proyecto de historietas satíricas en la que intentó rescatar a todos los personajes de La Semana en Serio con una nueva serie títulada "Los Supermaes" (por la típica expresión costarricense "mae" equivalente al "cuate" o "mano" mexicano). Por su factura sumamente crítica, esta serie sólo tuvo cabida, por un relativo breve período de tiempo, en el semanario "Universidad".
Hacia el año 1973 el dibujante Juan Díaz publica en el diario La Nación una serie con su personaje Glupy con la cual marca varios hitos en el naciente arte de la historieta costarricense, al ser la primera tira cómica costarricense que, además de esa peculiaridad, rompe con la tradición del humor político satírico con su contenido esencialmente didáctico. Sumado a lo anterior, Glupy se convierte en la primera (y hasta ahora única) tira cómica tica que logró tener proyección internacional al llegar a publicarse en mas de 35 periódicos de América Latina a través de la agencia Servicios Periodísticos Internacionales (subsidaria de King Features). Otro hito que marca "Glupy" es que parece ser la primera tira cómica didáctica de la que se tenga noticia hasta ahora.
Pocos años después el dibujante Carlos Alvarado publica en el diario "Excelsior" la primera tira de aventuras costarricense con su personaje Carlos Pincel, un espía que conduce un flamante Ferrari en las aún bucólicas calles de la Costa Rica de entonces.
Más o menos para la misma época, el dibujante y editor Carlos Figueroa lanza la revista ilustrada Tricolor en el cual, además de historietas extranjeras, se publican las producciones del chileno Víctor Canifrú y el salvadoreño Edmundo Anchieta, ambos afincados en Costa Rica, con historietas de corte "serio", las cuales tocaban, en capítulos aislados, temas sobre el folklore centroamericano y la historia costarricense. "Tricolor" se convierte mas tarde(y gracias al apoyo del Instituto Nacional de Seguros) en la revista infantil "Tricolin" que alcanzó tirajes de hasta 50 mil ejemplares y llegó a crear un "Club de Amigos de Tricolìn". Al perder el apoyo su principal patrocinador, Tricolín desapareció del escenario de las publicaciones nacionales pero recientemente su personaje principal será relanzado en dibujo animado con el concurso de estudios Flex.
Década de los 80
En el año 1984 Óscar Sierra Quintero inicia la publicación en el diario La Nación (y posteriormente en el semanario en idioma inglés The Tico Times) la serie historietada "Mitos y Leyendas de Costa Rica" la cual se transformó, años después, en "Mitos y Leyendas de Latinoamérica". La serie se publicó en forma ininterrumpida durante siete años, de 1984 a 1991. La suspensión de la serie se debió a una imprevista decisión de la directiva del diario, pese al apoyo del público lector. En esta misma década, el mismo autor crea y organiza, con el apoyo entusiasta de varios colegas nacionales, el movimiento de La Pluma Sonriente, una organización que nace con objetivo de promover el desarrollo del humor gráfico y la historieta y su posterior proyección internacional, a través de la integración de esfuerzos entre sus miembros, el trabajo colegiado y la retroalimentación de ideas y técnicas y conocimientos. Muchos de estos nuevos valores de la caricatura y la historieta cómica nacional encuentran la oportunidad de dar a conocer su producción a través del Salón Anual del Humor y la Historieta "La Pluma Sonriente" (cuyas actividades se mantienen hasta la fecha, enfatizando la actividad con la historieta, en una nueva división de la organización llamada "La Pluma Cómic") y de las revistas de humor "De Oreja a Oreja" y "La cabra en Patines", creadas y dirigidas por Oscar Sierra entre los años de 1985 y 1990. .
Franco Céspedez se dedica a historietar la pasión del aficionado al fútbol costarricense. Su obra "El Fanático" ve la luz en periódicos y a manera de revista independiente, sin embargo no logra el financiamiento necesario y desaparece al cabo de tres ediciones.
Década de los 90 y actual
A partir de la década de los 90, la fuerte influencia de los videojuegos y el manga y el animé, inspira a una nueva generación de jóvenes y entusiastas creadores (no vinculados con ningún movimiento en especial) a publicar sus propias producciones, bajo este particular estilo, en las efímeras revistas "Camaleón", "K-Oz" y "Neozaga" (esta última de la empresa "Asesores Gráficos"), en un material de una meritoria factura artística pero carente, en su mayor parte, de un buen contenido argumental, elementos que, de todas formas, no desmerecen el valioso aporte que estas iniciativas han dado al desarrollo de la historieta nacional.
En el año 1997 Sierra publica en el diario El Heraldo la tira cómica didáctica "Galoxi" y una serie en historietas sobre las fábulas clásicas.
En los años 1992 y 1997 La Pluma Sonriente invita a venir a Costa Rica al historietista mexicano Eduardo del Rio "Rius", a participar en su 12º y 17º Salón Anual de la Caricatura y la Historieta
Otro paso inconcluso pero significativo en la evolución del cómic costarricense, lo dan las humoristas Marcia Saborío y María Torres al editar, a mediados del año 1999 y bajo la dirección artística de Oscar Sierra, la historieta "Corazones no sabemos", inspirada en los guiones de un exitoso programa humorístico de televisión por ellas realizado, denominado "Caras vemos". La evidente falta de desarrollo editorial y de apoyo financiero que sigue teniendo la historieta costarricense, hace que esta iniciativa llegue a su prematuro final, como tantas otras, al arribar al tercer número.
Para recibir el nuevo siglo, el diario La Nación lanza en el 2001 "Pantys", la primera tira cómica humorística nacional, realizada por el joven creador Francisco Mungía, la cual tuvo el especial mérito de encabezar la sección diaria de tiras cómicas de este importante matutino. Dicha tira dejò de publicarse en julio del 2002.
En octubre del 2001, "La Pluma Cómic" realiza su primera actividad en pro del desarrollo de la historieta costarricense con "La semana de la Historieta", en una serie de actividades culturales realizadas en la ciudad de Liberia (ubicada cerca de la frontera con Nicaragua), por iniciativa del miembro Ronald Díaz, que comprendieron una exposición de historietas de los miembros de la organización, charlas, conferencias y talleres para niños.
En enero del 2002, el creador de origen colombiano Nelson Cervera edita y lanza, en asocio con el excelente historietista barranquillero Sergio González y en formato de fascículos mensuales, el curso de "Manga Tutor" que tiene la original modalidad de asesorar a los estudiantes que adquieren los números mes a mes, a través del correo electrónico.
En el 2003 La Pluma Cómic presenta la primera exposición de historieta costarricense en Milán Italia, a través de la Fundación Franco Fossatti, con originales de sus miembros y una muestra en 25 láminas sobre la "Historia de la Historieta Costarricense". Esta muestra se presenta el mismo año en el Museo de la Caricatura y la Historieta de México D.F. En abril del año 2010 La Pluma Cómic (división de La Pluma Sonriente) le organiza en San José un homenaje a dibujante Ángel Mora Suárez, autor de la historieta mexicana "Chanoc". Por esa misma época un grupo de jóvenes entusiastas del manga y el comic organiza, el Festival del Comic Party, a realizarse en septiembre del 2010.
En agosto del 2011 el movimiento artístico cultural La Pluma Comic (división de La Pluma Sonriente)lanza el libro de 120 páginas (formato 21 x 28 cms) "Leyendas Costarricenses en Novela Gráfica" que incluyen 9 de las mas conocidas leyendas tradicionales de Costa Rica, con historietas realizadas por Oscar Sierra Quintero y Ronald Díaz Cabrera "Rodicab", gracias a un premio conferido por la Fundación Ford Motors Company en la categoría de la Educación para la Herencia Cultural.
Ese mismo años un grupo de estudiantes de la Universidad de Costa Rica lanza la revista fanzine "Zarpe Cómics".
Referencias
- Periódico La Nación, Aventuras de la historieta en Costa Rica [1]
- Ana C. Sanchez, Caritatura y prensa nacional [2]
- Cultura Comic, Caricaturistas Costarricense el IX aniversario del MUCAHI [3]
- Museo Nacional de Costa Rica, El universo de Hugo Díaz [4]
- Carlos E. Arroyo González, La asociación de humoristas plásticos de Costa Rica “La Zarigüeya” [5]
- Oscar Sierra Quintero, La tardía evolución de la historieta en Costa Rica [6]
- Carlos Molina, Cómic Tico, estado actual [7]
- Neozaga, ¿Existe el cómic tico? [8]
- Animación Infantil, Mangatico y estilos de manga [9]
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