- Leyenda del Cristo de la Vega
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El Cristo de la Vega es una leyenda toledana distribuida por la pluma de José Zorrilla referente a una figura de la antigua basílica de Santa Leocadia.
Trama
Había en Toledo dos amantes: Diego Martínez e Inés de Vargas.Pero pocos días despues, Diego se va a la guerra, pero Inés pide a Diego que se case con ella cuando vuelva.[1] Ante el Cristo de la Vega, Diego jura casarse con ella al cabo de un mes a su regreso de Flandes. Diego juró ante el Cristo de la Vega que se casaría con ella. Pasó el tiempo y Diego no regresaba pero Inés lo esperaba impaciente. Tres años más tarde, Inés reconoció a Diego al frente de un grupo de caballeros que entraban a Toledo. Salió corriendo en su busca, pero Diego, que contaba con una nueva posición social y había olvidado sus promesas, giró el caballo y renegó de su juramento.
Desesperada pidió al gobernador de Toledo, don Pedro Ruiz de Alarcón, que intercediera. Al solicitar testigos, Inés se atrevió a presentar uno: el Cristo de la Vega.[2] El tribunal en pleno y muchos curiosos acudieron a la catedral y se arrodillaron ante el cristo. Tras preguntarle si había sido testigo del juramento, se oyo un "sí, lo fui" y los testigos pudieron ver que el Cristo tenía los labios entreabiertos como si hubiera hablado y la mano desclavada y estirada como para posarla en los autos.
Los dos amantes, inspirados, se retiraron a sendos conventos.
Referencias
Enlaces externos
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