Octavius (barco)

Ilustración del Octavius

El Octavius (Octavio) fue un barco fantasma, probablemente una leyenda y no real. La historia cuenta que el buque fue encontrado al oeste de Groenlandia por el ballenero Herald el 11 de octubre de 1775.

Dejado como derrelicto. El grupo que abordó, al mando del capitán del Herald encontró a la tripulación bajo cubierta acostados en sus literas bajo capas y capas de cobijas y ropa: muerta, congelada y perfectamente conservada debido al frío. El cuerpo del capitán del Octavius aún estaba en la mesa de su cabina con la pluma en la mano y con el Diario de abordo (bitácora) frente a él. En la cabina tras la del capitán habían tres cadáveres más; una mujer acostada en una camilla descansando su cabeza sobre el brazo, los ojos completamente abiertos viendo a un hombre con las piernas cruzadas sentado en una esquina en el otro lado del cuarto. En sus manos tenía un pedernal y una barra de metal. Frente a él, un puñado de aserrín cubierto de escarcha. La muerte lo alcanzó tratando de encender un fuego. Junto a él bajo la chaqueta del marino estaba el cuerpo de un niño abrazado a un muñeco de trapo. Los marinos del Herald estaban reacios a seguir en un barco fantasma y bajo amenaza de motín si no se retiraban de la embarcación, el capitán accedió a retirarse del buque, no sin antes tomar la bitácora.

Una vez en la cabina del Herald, el capitán pudo notar que a la bitácora de faltaban todas las páginas del libro menos la primera y última. El marinero encargado de llevarla había dejado caer el resto en el mar (otra versión señala que el resto le las páginas quedaron pegadas en la mesa dado que estaban congeladas).

En la primera el capitán del Octavius había escrito que habían partido de Inglaterra con rumbo a China el 10 de septiembre de 1761. En la última página tenía una sola anotación que estaba fechada el 11 de noviembre de 1762.

"Hasta ahora hemos estado atrapados en el hielo por 17 días. Nuestra posición aproximada es Longitud 160 O, Latitud 75 N. El fuego finalmente se extinguió ayer y el maestre ha estado tratando de encenderlo otra vez pero sin mucho éxito. Le ha dado la piedra a uno de los marinos. El hijo del maestre murió esta mañana y su esposa dice que ya no siente el frío. El resto de nosotros no siente lo mismo en esta agonía."

El capitán del Octavius se arriesgó a regresar a través del traicionero (y hasta entonces inconquistado) Paso del Noroeste, resultando este buque atrapado en el mar de hielo del norte de Alaska; por lo que el Octavius habría completado el paso del Noroeste de manera póstuma. Por cientos de años se había buscado una ruta más corta entre el Atlántico y el Pacífico para llevar a cabo el intercambio comercial entre Asia y Europa. El Paso del Noroeste era un sueño para las potencias europeas de eliminar el largo viaje alrededor de la punta de Suramérica.

Año tras año el Octavius había permanecido a flote, y sin nadie atendiendo el timón se había deslizado lentamente hacia el Este, aguantando la furia de los elementos hasta que finalmente llegó al Atlántico Norte.

El barco nunca más fue visto después de su encuentro con el Herald (siendo llevado por las corrientes y el viento en la noche después de su encuentro).

No fue sino hasta 1906 -ciento treinta y seis años más tarde- cuando otro barco, el Gjoa, comandado por el explorador noruego Roald Amundsen, logró cruzar el Paso del Noroeste.

Referencias

• Raybin Emert, Phyllis. Mysteries of Ships and Planes. New York: Tom Doherty Associates, Inc., 1990. ISBN 0-8125-9427-4
• Ramsay, Raymond H. No longer on the Map. New York: The Viking Press, 1972 (the book tells it the way Vincent Gaddis does in Invisible Horizons: True Mysteries of the Sea, Philadelphia 1965, pp. 105 - 108. R. H. Ramsay él mismo señala que no puede dar garantías de que la historia sea real, además de que no pudo rastrear su origen)