Operación Furtive Bear

Operación Furtive Bear
Operación Furtive Bear
Parte de la guerra contra las drogas
Fecha 1991 - 1992
Lugar Perú y espacio aéreo sobre aguas internacionales.
Resultado Incierto por su carácter secreto.
Beligerantes
Bandera de los Estados Unidos Estados Unidos
  • 310º Escuadrón de Transporte Aéreo de la USAF
  • CIA
Productores de droga y narcotraficantes Bandera del Perú Perú
  • Fuerza Aérea de Perú
Fuerzas en combate
1x C-130H Hercules
Otras aeronaves
2x Su-22 Fitter
Bajas
1 muerto.
4 heridos.

La Operación Furtive Bear (en español, Oso Furtivo) fue un operativo militar secreto desarrollado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) entre los años 1991 y 1992 para fotografiar bases, aeródromos e instalaciones clandestinas de producción de droga a lo largo valle alto del río Huallaga, Perú.[1]

Las aeronaves de la USAF que participaron en el operativo siguieron el rastro de 3.816 aviones que transitaban por la región, de los cuales 11 fueron obligados a aterrizar para su investigación.[2]

Incidente del 24 de abril

El 24 de abril de 1992 a las 4:58 p.m., un transporte C-130H Hercules de la USAF de regreso de su misión fue interceptado a 70 millas de la costa del Perú, sobre aguas internacionales, por dos cazas Su-22 Fitter de la Fuerza Aérea Peruana. A 18.500 pies de altitud, las aeronaves interceptoras requirieron al C-130 que les siguiera hasta territorio nacional, empleando para ello la radio y el procedimiento estándar de interceptación (alabeo visible de aeronave interceptora a interceptada). Los mandos estadounidenses ordenaron al C-130 que hiciera caso omiso de los requerimientos y que continuara rumbo norte hasta su base en Panamá.[2]

Ante la negativa, los Su-22 Fitter hicieron fuego con sus cañones de 30 mm contra el fuselaje del avión estadounidense, produciendo una descompresión en cabina. El primer ataque ocasionó la muerte del sargento mayor Joseph Beard Jr, el cual salió aspirado fuera del aparato sin paracaídas. El C-130 descendió y encaró la costa peruana en busca de un lugar en donde aterrizar. Los Su-22 volvieron a ametrallar la aeronave, causando graves heridas al sargento Ronald Hetzel y heridas diversas a otros tres. El C-130 finalmente aterrizó en una base aérea cerca de Talara, en el noroeste de Perú.[2]

Las razones por las cuales el C-130 fue interceptado y posteriormente atacado divergen. La diplomacia peruana adujo que el C-130 no pudo ser identificado como estadounidense; sus marcas identificativas no eran claramente visibles e hizo caso omiso de los requerimientos de los cazas interceptores, lo que llevó a interpretar que el avión estaba siendo utilizado por narcotraficantes. Según información exclusiva de la revista Newsweek publicada en mayo de 1993, el coronel Carlos Portillo Vasquez, comandante de la base de la Fuerza Aérea de Perú, no tenía dudas de que la nave interceptada y contra la cual dispararon los pilotos bajo su mando pertenecía a la USAF. Además, también según la misma publicación, varios oficiales estadounidenses opinaron que el C-130 pudo haber sido atacado por espiar comportamientos corruptos entre algunos militares peruanos y narcotraficantes.[2]

La aeronave estadounidense fue recuperada y las tripulaciones, tanto estadounidense del C-130H como peruana de los Su-22, fueron condecoradas.[2] El entonces considerado presidente de facto de Perú, Alberto Fujimori, pidió disculpas a George Bush por el incidente.[3]

Referencias

  1. «Fuertive Bear» (en inglés). GlobalSecurity.org (Abril de 2005). Consultado el 17-04-2011.
  2. a b c d e «A Spy Mission Gone Wrong» (en inglés). Newsweek (31 de mayo de 1993). Consultado el 17-04-2011.
  3. «Cazas peruanos atacan un avión norteamericano en misión antidroga». La Vanguardia (26 de abril de 1992). Consultado el 19-04-2011.

Wikimedia foundation. 2010.

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