- Banco Nacional de San Carlos
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Banco Nacional de San Carlos
En el año 1782, siglo XVIII, siglo de la Ilustración, el rey Carlos III creó en Madrid una entidad de carácter privado (es decir, no era estatal). Su capital era privado pero nació bajo la protección real. Se llamó Banco Nacional de San Carlos.
Al año siguiente de su institución empezó a emitir los primeros billetes llamados cédulas. Estas cédulas garantizaban un inmediato reembolso en metálico, reembolso que efectuaría el propio banco emisor; se canjeaban al portador sin producir ningún interés, lo cual les diferenciaba de los títulos de deuda. Este carácter de vale canjeable por moneda duró hasta la guerra civil española, por eso todos los billetes llevaban la leyenda, El Banco de España pagará al portador.... La frase sobrevivió hasta 1976, pero había perdido valor legal desde la Ley de noviembre de 1939.
Sin embargo, los billetes en cuestión, las cédulas, no tuvieron ningún éxito. Además, en el trascurso de los años hubo irregularidades y pérdidas, hasta tal punto que Cabarrús, director del Banco, tuvo que responder con la cárcel durante 6 años.
Entre los años 1793 y 1814, España se vio implicada en una serie de guerras que arrastraron al Banco y lo situaron en serias dificultades por las que llegó como pudo y cargado de deudas hasta el año 1829 en que hubo algunas modificaciones. Fue debido a un ministro de Hacienda del rey Fernando VII, llamado Luis López Ballesteros, quien además de tomar ciertas medidas financieras muy acertadas, concibió la idea de dotar al Banco de San Carlos con un fondo de 40 millones de reales.
Con esta ayuda los accionistas, decidieron fundar una nueva institución con el nombre de Banco de San Fernando (por ser rey Fernando VII). Este nuevo banco consiguió la facultad de emitir billetes en régimen de monopolio, y el mundo de las finanzas le sonrió hasta que, pasados 15 años, le llegó la competencia.
La competencia fue el Banco de Isabel II (en Madrid), y el Banco de Barcelona. Los tres bancos tenían poder para imprimir y poner en circulación el papel moneda. Precisamente en la circulación de billetes es donde se mostró más fuerte y competitivo el Banco de Isabel II. En otros aspectos de las finanzas, cada uno tenía su sector y no interferían uno sobre otro.
Pasados 3 años, en 1847, ambos bancos de Madrid se fusionaron, salvándose así de una crisis financiera bastante seria. La fusión tomó el nombre de Banco Español de San Fernando. Los cambios que se iban sucediendo llevaban una carrera imparable, haciendo frente a las demandas, a los nuevos tiempos y necesidades. Una de estas necesidades fue la de abrir sucursales de la entidad en las principales provincias de España, y poco después darles la facultad de emitir billetes, con independencia de la sede madrileña.
Categoría: Banco de España
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