- Factor de crecimiento epidérmico
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El «Factor de crecimiento epidérmico» o "Nepidermina" , tanto EGF como TGF-alfa, es una sustancia de naturaleza proteica que junto con las hormonas y los neurotransmisores desempeñan una importante función en la comunicación intercelular. Pertenece a la familia de los factores de crecimiento epidérmico y utilizan el mismo receptor (EGFR).[1]
EGF tiene capacidad mitogénica sobre una amplia variedad de células epiteliales, hepatocitos y fibroblastos. Esta actividad es importante en la cicatrización de heridas, situación en la que los macrófagos, los queratinocitos y otras células inflamatorias que migran a la zona dañada segregan EGF, que se distribuye ampliamente en secreciones tisulares y fluidos.
TGF-α se identificó originalmente en células transformadas por virus de sarcoma, y está implicado en la proliferación de tejidos epiteliales embrionarios y adultos, así como en procesos de transformación tumoral. TGF-α presenta homología con EGF, utiliza el mismo receptor y realiza funciones similares.
El receptor para EGF (EGFR) es en realidad una familia de 4 moléculas con actividad tirosina kinasa intrínseca. La molécula receptora mejor caracterizada se denomina EGFR1, ERB B1 o simplemente EGFR. Se han detectado mutaciones y amplificaciones de EGFR en cáncer de pulmón, de cabeza y cuello, de mama, glioblastomas y otros tipos de cáncer.
Homólogo sintético
En la década de los 90 en el Centro de ingeniería genética y biotecnología de La Habana, Cuba lograron sintetizar una versión recombinante del factor que está en periodo experimental y que ha recibido el nombre de Heberprot-p, y que la empresa Praxis Pharmaceutical de Eapaña está realizando ensayos clínicos (fases II en adelante) con el nombre de "PX070101" para su posterior comercialización en Europa.[2]
Referencias
Categorías:- Reproducción celular
- Biología del desarrollo
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