- Batalla de Custoza (1866)
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Batalla de Custoza (1866)
La Batalla de Custoza fue un enfrentamiento bélico ocurrido el 24 de junio de 1866 entre tropas del Imperio Austriaco dirigidas por el Archiduque Alberto de Habsburgo y soldados del Reino de Italia al mando de los generales Alfonso La Marmora y Enrico Cialdini, la cual terminó con una derrota para las fuerzas italianas, a pesar de su superioridad numérica.
Contexto
En 1866 el Reino de Prusia declaró la guerra a Austria, en su pugna por dominar el proceso de la unificación alemana. Ante este panorama, el recién creado Reino de Italia (establecido apenas cinco años antes) decidió aliarse con Prusia para así dificultar la situación bélica de Austria y culminar la unificación italiana ocupando con sus tropas la región del Véneto, cuya capital era la ciudad de Venecia, zona de población mayoritariamente italiana pero que aún se hallaba bajo dominio austriaco.
Con el fin de completar rápidamente este proyecto, en pocos meses Italia organizó una numerosa fuerza militar de 120,000 hombres que, aunque insuficientemente entrenados y reclutados con demasiada urgencia, duplicaban en número a las tropas austriacas acantonadas en el Véneto (apenas 60,000 soldados). El ataque italiano empezó en junio de 1866.
La batalla
Los italianos habían dividido sus fuerzas en dos contingentes de idéntico tamaño, uno dirigido personalmente por el rey Víctor Manuel II, y el otro por los generales Alfonso La Marmora y Enrico Cialdini. Las fuerzas dirigidas por el rey se dirigieron hacia la región del Trentino, mientras el otro contingente, de 65,000 hombres, invadía la región del Véneto cruzando el río Mincio.
El Archiduque Alberto de Habsburgo, que dirigía a los soldados austríacos acantonadas en la región, había enviado partidas de exploración (pequeñas unidades de caballería) para vigilar cuidadosamente el avance italiano y conocía la inferioridad numérica de sus propias tropas, ante lo cual decidió atacar a los italianos lo antes posible en vez de esperar que sigan avanzando. Ante el doble ataque, las tropas austriacas se movilizaron al oeste de Verona con el proyecto de cortar la comunicación entre los dos contingentes italianos y aislarlos de su retaguardia, para luego desde allí atacar por sorpresa al contingente dirigido por La Marmora y Cialdini, antes que éste pudiera unirse al bloque de tropas dirigidas por Víctor Manuel II.
Por el contrario, el ejército dirigido por La Marmora y Cialdini no había enviado partidas de caballería para explorar el terreno donde se avanzaba, sino que el contingente italiano se movilizaba en su totalidad al mismo tiempo, ignorando por completo la posible ubicación de su enemigo en un riesgoso exceso de confianza.
La maniobra austriaca envolvente fracasó, y el 24 de junio ambos bandos se sorprendieron mutuamente en sus respectivas estrategias, entablando una feroz lucha en las cercanías del poblado de Custoza, situado al oeste de la ciudad de Verona, entre la localidad de Villafranca y el Lago Garda, punto que constituía el acceso clave para un ataque militar directo contra el Véneto. En este combate las fuerzas austriacas consiguieron una efectiva superioridad ante los italianos gracias al mejor funcionamiento de su armamento: mientras los soldados italianos utilizaban mayormente armas de ánima lisa, sus contrincantes empleaban rifles de ánima rayada, que daban mayor potencia y alcance al disparo, además de aumentar la estabilidad del proyectil disparado.
La gran mayoría de las fuerzas austriacas se habían situado estratégicamente en las colinas que dominan Custozza y sus prados al norte de la localidad, atacando desde allí a los italianos; fueron vanos los intentos de la infantería italiana de tomar esas posiciones, pese a sufrir graves bajas en una serie de ataques desorganizados. El general La Marmora consideraba que la mayor fuerza bélica austriaca estaba aún en los prados al sur de Custoza y no en las colinas al norte de esta población, por lo cual dejó grandes núcleos de tropas italianas sin intervenir en el combate hasta cuando fue demasiado tarde. Los soldados austriacos rechazaron exitosamente los ataques italianos, masivos pero desordenados, y pronto lograron dominar las colinas sobre el valle, logrando una posición excelente para destruir al resto de la fuerza italiana; inclusive los austriacos realizaron una pequeña carga de caballería que fue destruida por los infantes italianos pero debilitó grandemente las posiciones de éstos, forzando la retirada.
Las tropas austriacas estaban bastante agotadas tras sufrir importantes bajas (5650 bajas entre muertos y heridos, incluyendo cerca de 1000 soldados austriacos apresados por el enemigo) y solo este factor les impidió perseguir y capturar a las tropas italianas atrapadas en la orilla oriental del Mincio, quienes finalmente lograron atravesar el río en su retirada. Al final las tropas italianas sufieron 8147 bajas: 720 muertos y 3112 heridos, siendo capturados por el enemigo 4315 soldados italianos.
Consecuencias
La batalla de Cuztozza había sido un gran éxito para Austria, pues no sólo se había repelido la invasión contra Venecia sino que se había causado graves bajas a las tropas italianas, que se retiraron a sus antiguas posiciones. A pesar que semanas después la Batalla de Lissa concuyó con otro triunfo austriaco, esta vez en el mar, en agosto de 1866 el Imperio Austriaco debió capitular ante Prusia tras sufrir varias derrotas. Para evitar un nuevo ataque desde su frontera meridional, Austria se vio forzada a ceder Venecia al Reino de Italia.
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