- Batalla de Las Queseras del Medio
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Batalla de Las Queseras del Medio
Batalla de Las Queseras del Medio Parte de Guerra de independencia de Venezuela
Vuelvan caras - Óleo de Arturo Michelena.Fecha 2 de abril de 1819 Lugar Guasimal, actual Estado Apure Resultado Decisiva Victoria de los
Patriotas VenezolanosBeligerantes República de Venezuela Reino de España Comandantes José Antonio Páez Pablo Morillo Fuerzas en combate 153 jinetes[1] 1.200 jinetes Bajas 2 muertos y 6 heridos 400 muertos La Batalla de Las Queseras del Medio fue una importante acción militar llevada a cabo el 2 de abril[2] de 1819 en el actual estado Apure de Venezuela en la cual el prócer de la independencia, José Antonio Páez vence acompañado de 153 lanceros a más de 1.000 jinetes de caballería de las fuerzas españolas siendo la más famosa batalla comandada por Páez y en donde se dicta la famosa frase: ¡Vuelvan Caras! (más probablemente: ¡Vuelvan Carajo![3] ).
Contenido
Antecedentes
Para principios de 1819 los patriotas se habían adueñado de la mitad del territorio venezolano. Bolívar había designado como capital provisional de la República a la ciudad de Angostura (hoy Ciudad Bolívar) y allí fundó y funcionó un Consejo de Gobierno, un Consejo de Estado, diversos Tribunales con una Alta Corte de Justicia, un Tribunal de Comercio y el periódico "El Correo del Orinoco". Estableció relaciones con diversos países, convocó un Congreso para lo cual llamó al pueblo a elecciones, quedando establecido el 8 de febrero de 1819; con representaciones de las provincias liberadas en parte: Barinas, Barcelona, Caracas. Guayana y Margarita, así como las de Casanare y otras de Nueva Granada. El Congreso de Angostura aprobó una nueva Constitución en la que se establecía una República Central.
El Libertador fue elegido para la Presidencia, pero posteriormente dejó encargado de la misma al Vicepresidente, Francisco Antonio Zea, para ocuparse él de la campaña militar.
La Batalla
Movimientos previos
Mientras Bolívar se prepara para una nueva campaña, el oficial realista Pablo Morillo, se apresta a recuperar para el rey aquellos territorios liberados por los rebeldes. A tal efecto reúne un poderoso ejército compuesto por 8.500 soldados, perfectamente equipados y preparados, 6 piezas de artillería y todo el material de guerra necesario. A fines de enero de 1819, cruza el río Apure en busca de las fuerzas republicanas, integradas por 2.000 infantes, mal equipados, y un número semejante de caballería, a las que se habían integrado los jinetes llaneros del general José Antonio Páez.
Luego de muchas marchas y contramarchas, hostigado continuamente por la caballería de Páez, Morrillo estableció su cuartel general en Achaguas, y hasta allí fue a buscarlo el Libertador, al frente de sus legiones.
El ejército realista se adelanta a su encuentro y se sitúa en posiciones privilegiadas. Los patriotas retroceden en busca de campo adecuado a las maniobras de su caballería, que prevalece a la excelente infantería del ejército español. Atraviesan el río Arauca y acampan en su margen derecha. Morillo los sigue, y al despuntar la aurora del 3 de abril de 1819, aparece a la orilla izquierda del río, en el campo de "Las Queseras".
El cruce del río Arauca
Ambos ejércitos, frente a frente, únicamente separados por el Arauca, se aprestan para la batalla. Para iniciarla se hace necesario cruzar el río, pero la prudencia aconseja a los dos bandos no dar este primer paso. La espera impacienta a Bolívar, y dispone que Páez escoja 150 de sus mejores jinetes y haga un reconocimiento del enemigo.
Páez y sus llaneros atraviesan el río a dos millas de distancia y se arrojan resueltamente contra el centro de la línea española. Los realistas quedan sorprendidos ante la audacia de aquel puñado de patriotas, que van hacia una muerte segura. Disparan las baterías y los fusiles realistas, rechazando aquélla primera embestida. Morillo pensó que aquello era una treta de Bolívar. Para desbaratarla, y sin dejar de vigilar atentamente al ejército republicano, mueve su ejército: dos batallones ocupan la orilla del río para impedir que Páez vuelva a los suyos; la quinta división describe una curva rodeando a los llaneros por la izquierda. Páez y sus lanceros siguen atacando por el centro; luego a un flanco y a otro; provocan la caballería española, y tratan de escapar del círculo de fuego del que están rodeados.
"¡Vuelvan Caras!"
El jefe llanero, a la cabeza de 150 jinetes, rompe las filas realistas y por la brecha salen veloces los héroes, que se fingen derrotados. Morillo ordena a lanceros, húsares, dragones y carabineros, 1.200 jinetes (toda su caballería), que carguen contra los atacantes y los destruyan.
Las fuerzas de Páez, divididas en siete grupos que cabalgan en líneas paralelas, corren velozmente, primero, y luego a media brida. Vuelven a reunirse en un solo pelotón. Los soldados de Morillo, enardecidos, se apartan cada vez más del resto del ejército. La distancia que separa a los perseguidores de los perseguidos es ya de escasos metros. Han recorrido dos millas De pronto, Páez levanta la lanza y se oye su famoso grito: "¡VUELVAN CARAS!" (Quizás: "¡Vuélvanse carajos!" o "¡Vuelvan carajo!").
Los llaneros revuelven sus caballos, hacen frente a enemigo y se lanzan contra éstos a todo galope. Rueda por tierra la primera fila de la caballería española; la segunda vacila, pero es acuchillada también por los patriotas; la tercera corre el mismo destino, y el centro, imposibilitado de maniobrar por los caballos de las filas destrozadas, se repliega en desorden ante el empuje de los contraatacantes, y al revolverse con precipitación, atropellan a los que vienen detrás, contra los cuales pelean, creando una confusión tal, que impide maniobrar con acierto a tan formidable caballería que, sin tino, huye a la desbandada en un galopar sin freno, en busca del amparo de su infantería.
Morillo comprende que aquella estampida de jinetes realistas que retrocede, arrollará y destrozará su propio ejército, y ordena que se dispare contra ella, colaborando así a la destrucción que vienen realizando los llaneros. Ante la imposibilidad de contener aquella oleada, el ejército español se mueve precipitadamente hacia un bosque cercano, donde su espesura y la caída de la noche favorecen la vergonzosa retirada. Allí se guareció también la caballería perseguida, no sin que antes los llaneros dieran buena cuenta de ellos hasta llegar al pie de bosque.
Reconocimiento
Bolívar felicitó a Páez y a sus hombres: "Acabáis de ejecutar la proeza más extraordinaria que pueda celebrar la historia militar de las naciones. Lo que habéis hecho no es más que un preludio. Contad con la victoria que lleváis en las puntas de vuestras lanzas y de vuestras bayonetas".
Consecuencias
El triunfo militar de José Antonio Páez en la batalla de las Queseras del Medio, contribuyó a acrecentar su fama como la "Primera Lanza de los Llanos". En tal sentido, Bolívar al condecorar a Páez y sus valientes llaneros con la Cruz de los Libertadores, culminó su discurso con las siguientes palabras: "... Lo que se ha hecho no es más que un preludio de lo podéis hacer..."
Notas
- ↑ La cifra se refiere a los jinetes de Páez que entraron en combate, el cuerpo principal del ejercito patriota no entro en combate pero su número era similar al de los españoles.
- ↑ La exactitud de la fecha es discutida puesto que aunque todos los informes señalan que la fecha de la acción militar fue el 2 de abril, el propio Páez cita en su autobiografía que la misma ocurrió el 3 de abril.
- ↑ Jorge Gómez Jiménez - Aspectos formales de la narrativa
Referencias
- Lecuna, Vicente. 1960. Crónica razonada de las Guerras de Bolívar. The Colonial Books, New York, N.Y. - Estados Unidos. 3 volúmnes.
Enlaces externos
- Las Queseras del Medio
- Batalla de Las Queseras del Medio (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial y la última versión)
- Batalla de Las Queseras del Medio
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