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Batalla de Tricamerón
Batalla de Tricamerón Fecha 15 de diciembre de 533 Lugar Cerca de Cartago Resultado Victoria bizantina Beligerantes Imperio Bizantino Reino Vándalo Comandantes Belisario Gelimer
Tzazon†Fuerzas en combate 10.000 infanteria
5.000 caballeria50.000 Bajas Desconocidas 3.000 La Batalla de Tricamerón ocurrió el 15 de diciembre de 533 en África en la localidad del mismo nombre ubicada 27 kilómetros al oeste de Cartago. En ella se enfrentaron las tropas del Imperio Romano de Oriente bajo el mando del general Belisario y las tropas del Reino Vándalo de África bajo el mando de su rey Gelimer.
La batalla terminó con el triunfo de las tropas del general Belisario inmensamente inferiores en número a la de los Vándalos, en donde tuvo particular importancia la labor desempeñada por los generales de ambos bandos, pues en este caso Gelimer mostró su cobardía al huir ante la presencia de las tropas enemigas, lo que lo llevó al desastre. Finalmente la derrota de Gelimer y sus tropas significaría el fin del Reino Vándalo y la anexión de todo el norte de África al Imperio Bizantino del emperador Justiniano.
Contenido
Antecedentes
Justiniano, llamado “el Grande” ascendió al trono del Imperio Bizantino el año 527 a la muerte de su tío Justino I quien le había nombrado su sucesor. Justiniano, de origen bárbaro y campesino se había casado en el año 523 con Teodora, hija de un cuidador de circo, cortesana y bailarina de Alejandría. Mujer de gran belleza, valiente y decidida tuvo gran influencia en Justiniano.
Justiniano se consideraba heredero de los Césares y cabeza de la iglesia. Durante su reinado tuvo dos ideas directrices: restaurar el Imperio de Occidente y suprimir la herejía arriana.
Para materializar la primera idea, restaurar el Imperio, se rodeó de dos hombres claves en su consecución, Belisario al que puso al mando del ejército del este y Narsés al que nombró Gran Chamberlán.
Entre ambos desbarataron una rebelión contra el emperador, la insurrección de Niká, en la que murieron 35.000 rebeldes. Belisario, antes de Niká había derrotado a los persas y después fue puesto al mando del ejército que concurriría a Cartago para reponer en el trono a Hilderico el Vándalo que había sido destronado por Gelimer, bisnieto de Genserico.
Los historiadores estiman que el ejército puesto a las órdenes de Belisario era insuficiente, consistía de 10.000 soldados de infantería y 5.000 jinetes, casi todos bárbaros y mercenarios. El ejército imperial había sufrido un descenso notable. Estaba compuesto por tres categorías de tropas: los soldados regulares, los mercenarios y los terceros eran soldados pertenecientes a los magnates bizantinos que debían facilitarlos al imperio.
Belisario decidió emplear Sicilia como base para la expedición. La fuerza zarpó el 22 de junio de 533 desde Constantinopla en una flota de 500 naves transporte escoltados por 92 dromones. En el Peloponeso tuvieron una larga demora en espera de buenas condiciones de mar para continuar la travesía hacia Catania en Sicilia.
En Sicilia, Belisario se enteró que el rey Vándalo aún no se había dado cuenta del avance de la expedición y que había enviado a sus mejores soldados, bajo el mando de su hermano Tzazon, a sofocar una rebelión producida en Cerdeña.
Belisario, al saber esto, embarcó su ejército y zarpó hacia la costa africana. Hizo escala en Malta y Gozo y al cabo de aproximadamente tres meses de su salida de Constantinopla arribó a Ras Kapudia, ubicado 130 millas al sur de Cartago.
En cuanto desembarcó, Belisarió difundió una proclama de que no venía a combatir al pueblo, sino que a los soldados de Gelimer. Inició su marcha hacia Cartago, precedido por una avanzada de 300 jinetes al mando de Juan el Armenio, 600 hunos cubrían su flanco izquierdo y la flota entera custodiaba su lado derecho.
Ad Decimum
El 13 de septiembre la avanzada llegó al desfiladero de Ad Decimum, décimo hito antes de la ciudad de Cartago. Por su parte, Gelimer, al enterarse de la llegada de los bizantinos había enviado a buscar a Tzazon con su fuerza y cuando supo lo poco numeroso que era el ejército enemigo instruyó a su hermano Amato, que estaba al mando de Cartago, que se preparara para atacar a Belisario.
Gelimer planificó atacar a Belisario en forma combinada desde tres sectores cuando este entrara al desfiladero de Ad Decimun. Esta operación fracasó porque requería una coordinación muy difícil de conseguir. Amato salió de Cartago el 13 de septiembre y atacó antes que las otras dos fuerzas, fue herido mortalmente, tras lo cual sus tropas huyeron. Gibamundo al mando de otra sección fue derrotado por los hunos del ala izquierda de Belisario y Gelimer derrotó al cuerpo principal de Belisario pero cuando llegó al campo donde había muerto su hermano Amato y ver el cadáver de su hermano, en lugar de perseguir a los derrotados, detuvo la persecución para honrar con una ceremonia fúnebre el cuerpo de su hermano. En el intertanto, cerca del anochecer, Belisario reunió a sus tropas y contraatacó a los vándolos, dispersándolos. El 15 de septiembre de 533, Belisario y su ejército entraron en Cartago que había sido abandonado por los defensores. Gelimer se había retirado a un lugar situado 150 kilómetros al oeste de Cartago, llamado Bulla Regia, donde reunió sus tropas.
La batalla
En Bulla Regia, Gelimer recibió el refuerzo de las tropas de su hermano Tzazón procedente de Cerdeña, con lo que formó un ejército unas diez veces mayor que el de Belisario, según el historiador Procopio. Trató de conseguir que los hunos se pasaran a sus filas, lo que no obtuvo y luego, con esta inmensa fuerza avanzó sobre Cartago. En su avance destruyó el acueducto que suministraba el agua a la ciudad. Se detuvo en la localidad de Tricamerón situada a 27 kilómetros de Cartago.
Belisario supo de las conversaciones de los hunos con el enemigo, pero logró neutralizarlos con ofrecimientos de distinta orden. Lo importante de este incidente fue demostrar los peligros a que se exponían los generales cuando incorporaban mercenarios en sus ejércitos. Esta situación unida a que no estaba seguro de la lealtad de los mercenarios lo decidió a atacar a los vándalos de inmediato, consciente de su inmensa inferioridad numérica.
Belisario envió de avanzada a Juan el Armenio con 500 jinetes y él con otros 500 jinetes y la infantería partió al día siguiente hacia Tricamerón.
Gelimer y Tzazón se encontraron con la caballería bizantina la que los atacó dos veces siendo las dos veces rechazada por estos, pero en una tercera carga, Juan empleó también a sus arqueros con lo que logró hacer huir a la caballería vándala Estos encuentros no duraron más de una hora. Al atardcer de ese día 15 de diciembre, la infantería de Belisario arribó al campo de batalla y la hizo avanzar sobre el campamento vándalo. Gelimer, al ver el ejército bizantino montó en su caballo y huyó del campamento, este acto de cobardía provocó el desconcierto y luego el pánico entre sus soldados, los que huyeron en todas direcciones. Así se definió esta batalla.
Cuando los soldados de Belisario entraron al campamento vándalo encontraron que este estaba plagado de riquezas; desobedeciendo a sus jefes, se dedicaron al saqueo sin respetar ni al mismo Belisario. Sólo al día siguiente, restablecido el orden, Juan el Armenio con su caballería pudo emprender la persecución de los enemigos.
Consecuencias
Gelimer comprendió que había perdido su reino. Intentó escapar a España, pero los bizantinos se enteraron de sus proyectos y lo interceptaron forzándolo a abandonar sus pertenencias y a refugiarse en las montañas de Tunicia, con los bereberes. Al año siguiente fue encontrado y rodeado por las fuerzas de Faras el Heruliano. Al principio rechazó rendirse, pero después de un invierno particularmente crudo, se rindió a Belisario. El Reino Vándalo de África se terminó y sus provincias en Cerdeña, Córcega y las Islas Baleares cayeron bajo el control de Justiniano.
La conquista de África proporcionó a Justiniano una excelente base de operaciones para actuar contra Italia y en el año 534, el asesinato de Amalasunta por Teodato, le dio el pretexto para iniciar una nueva guerra contra las provincias de Dalmacia y de Sicilia.
Bibliografía
- FULLER, J.E.C (1963). Batallas decisivas del mundo occidental y su influencia en la historia. Barcelona, Luis de Caralt.
- National Geographic Society (1969). «Europe» National Geographic Magazine. Vol. 1969.
- KINDER Y HILGEMANN (1972). Atlas histórico mundial. Madrid. Ediciones Istmo.
Véase también
- Batalla de Ad Decimum
- Imperio Bizantino
- Exarcado de África
- Vándalos
- Belisario
Categorías: Batallas del Imperio Bizantino | Batallas de los Vándalos | Batallas del siglo VI
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