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Calle Obispo
Calle Obispo es la calle más animada de La Habana Vieja es como un puente de unión largo y estrecho entre las dos almas arquitectónicas del centro histórico, el estilo colonial y el estilo art nouveau con elementos de otras épocas. En un extremo está la plaza de Armas, el corazón barroco de la ciudad vieja, y en el otro la avenida de Bélgica y el famoso restaurante El Floridita, donde comienza el barrio más moderno. La calle se llama así porque en otros tiempos el obispo de La Habana vivía en el edificio situado en la esquina con calle Oficios.
La calle Obispo ha logrado conservar la elegancia, la vitalidad y los colores de la época colonial gracias a las obras de restauración llevadas a cabo por la oficina del Historiador de la Ciudad, dirigida por Eusebio Leal Spengler, cuyo objetivo es recuperar los mejores edificios de la zona antigua. El nuevo alumbrado público hace muy agradables los paseos nocturnos.
En el lado izquierdo del palacio de los Capitanes Generales hay una placa con citas del gran patriota cubano José Martí en relación a la estancia de Garibaldi en La Habana. Enfrente se encuentra el escaparate de la Casa del Agua "La Tinaja", establecimiento que lleva siglos vendiendo agua de pozo destilada mediante unos prácticos alambiques de cerámica. Junto a ésta se encuentra el restaurante La Mina, que sirve comidas y cócteles al aire libre y alegra toda lamanzana con música tradicional en directo.
Entre las tiendas más interesantes de esta parte de la calle se encuentra la vieja farmacia Taquechel, que vende cosméticos y productos naturales y homeopáticos elaborados en Cuba. Sus estantes contienen bellos botes italianos y de cristal de los siglos XVII y XVIII. La casa de los números 117-119 es la más antigua de La Habana.
Uno de los principales lugares de interés de la calle es el Hotel Ambos Mundos. Este bonito hotel, mezcla de varios estilos, tiene muchas connotaciones literarias. Ernest Hemingway pasó largas temporadas en él entre 1932 y 1939 y fue en él, en la habitación 511, donde comenzó a escribir Por quién doblan las campanas.
Hacia el final de la calle, cerca de la pequeña plaza Obispo y Bernaza, hay comercios más modernos de todo tipo de artículos.
Después queda el restaurante El Floridita, la cuna del Daiquiri (cóctel)Fue aquí, hacia 1930, donde el camarero Constantino Ribalaigua, conocido como Constante, perfeccionó el famoso cóctel inventado por Pagluchi. Este nuevo daiquiri, un combinado de ron blanco con limón, azúcar, unas gotas de marrasquino y hielo, contó con el respaldo de Ernest Hemingway, un asiduo del local. En la actualidad, en el lujosos interior de El Floridita, además de los ya clásicos cócteles de Constante, es posible darse un festín de langosta y otros mariscos en compañía de un busto de Hemingway esculpido por Fernando Boada en vida del escritor.
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