- Colley
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Colley
El colley es una raza canina nacida en Escocia. No se sabe si corre sangre romana por sus venas, pero es útil recordar que los romanos conquistaron Escocia 500 años antes de la era cristiana. Su nombre procede de coll, que en inglés antiguo significaba negro, aunque se le ha llamado de varias maneras: coll, colly, collie, colley, pastor de Escocia... Era un gran pastor y podía conducir hasta 500 ovejas. A diferencia del colley actual, no tenía el pelo tan largo y bonito. El colley fue cruzado con el setter irlandés y con el Barzoi. Así fue obteniendo las características del colley de la actualidad. La primera ilustración de un colley data del año 1790. Además, el mismo Shakespeare escribió sobre este perro, llamándolo collied ski.
En el siglo XIX, el colley no era muy conocido aún, pero con las primeras exposiciones caninas, su popularidad empezó a crecer, y alcanzó varias veces el punto más alto de su popularidad. En la actualidad sigue siendo una de las razas más conocidas. En Sudáfrica se sigue utilizando como pastor, pero en este caso, de grandes rebaños de avestruces, ya que su sentido de la vigilancia está muy desarrollado.
Características
El colley tiene el cuerpo largo en relación a su altura. Su altura de cruz es de 56 a 61cm el macho y de 51 a 56 la hembra y pesa de 18 a 29kg. Tiene los ojos marrones, de forma almendrada y ligeramente oblicuos. Sus orejas son pequeñas y están echadas hacia atrás, o hacia adelante cuando el perro está alerta. El hocico es largo y liso, con la trufa negra. Su cola es larga y con abundante pelo, y el pelo el es denso, duro al tacto y suave y brillante si se cuida muy bien. Puede ser de color cibelina y blanco, tricolor o azul muy oscuro. La duración media de vida de este perro es de 12 años.
Carácter
Es un perro inteligente, prudente, perseverante y una estupenda niñera. Le encanta que se le encargue vigilar a los niños. Es dulce, un buen vigilante y atento: un perro adecuado para dejarle un niño a su cargo. Con los bebés se deja tratar como un peluche, y un bebé puede aprender a andar si se agarra a su pelo, y es increíble como este perro es tan cuidadoso para evitar que se caiga. Además, evitará que lo más se vayan con desconocidos. En la playa, si no hace mucho calor, se dedica a vigilar a los más pequeños, y si les pasa algo, lloran o se caen, no duda en actuar. No teme a nada. Hay personas que piensan que es miedoso o tímido, pero se equivocan completamente. En caso de peligro, defiende a la familia. Y es capaz de permanecer toda una noche en el pasillo, para abalanzarse al menor ruido. Cada vez que los miembros de la familia discuten, siempre se interpone. Muchas personas creen que es melancólico, pero se equivocan. Lo creen porque el colley nunca pide nada a cambio de lo que da. Y una simple caricia o una sonrisa de su dueño lo hace feliz. También es gruñón, pero en absoluto rencoroso. Ante una reprimenda a veces puede mostrarse susceptible, y apartarse en un rincón para refunfuñar. Y si el dueño se acerca a buscarlo no es nada rencoroso: saltará a sus brazos. Es activo y disciplinado. Debe ser educado con cariño y sin recurrir a la fuerza.
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