- Concierto para piano (Grieg)
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El Concierto para piano y orquesta en la menor de Edvard Grieg es una de las pocas concertantes de su autor. En 1859, Grieg, con 16 años y estudiante en el Consevatorio de Leipzig, asistía a la interpretación en la Gewandhaus del Concierto para piano y orquesta en la menor de Robert Schumann, que ofrecía Clara Schumann, su esposa. Su profesor de piano, E. F. Wenzel, le había inculcado el amor por la obra de Schumann, amor que el joven músico conservaría toda la vida. Así, finalizados sus estudios en 1862, Grieg hizo su presentación como pianista y compositor en su ciudad natal noruega, Bergen, interpretando las Cuatro piezas op. 1 y el Cuarteto con piano de Schumann. Esta afinidad se refleja en el Concierto para piano y orquesta en la menor (en la misma tonalidad que el de Schumann), aunque la personalidad del joven Grieg domina la partitura. Pese a la buena acogida que tuvo la obra (pues hasta Liszt llegó a tocarla, dejando admirado al compositor), Grieg la revisó en 1906-1907, y ésta es la versión que se escucha hoy.
Movimientos
El Concierto para piano en la menor de Edvard Grieg consta de los tres movimientos tradicionales de los que un concierto pianístico se constituye:
- Allegro molto moderato. El concierto comienza con un impetuoso redoble de timbal y una serie de acordes de gran esfuerzo. Este primer movimiento está escrito en forma sonata. El primer tema es presentado por el clarinete, y recogido luego por el solista con numerosos embellecimientos; el segudno tema, encomendado a los violonchelos, es de inequívoco sabor noruego. Durante el amplio desarrollo, el piano tiene muchos momentos para lucir sus cualidades líricas y virtuosísticas, con una soberbia cadencia y bellísimos pasajes en los que comparte protagonismo con la flauta y la trompa.
- Adagio. Hermoso, de carácter intimista y soñador. Prescinde de los metales, a excepción de las dos trompas. El delicado tema principal es expuesto por la cuerda en sordina y tomado después por el piano, que con sus trinos parece reflejar un estado de beatitud primaveral. Un pasaje de transición da paso al movimiento final.
- Allegro moderato molto e marcato - Quasi presto - Andante maestoso. Está construido sobre un tema de danza popular, alegre y rítmica, que contrasta con un segundo tema de gran lirismo presentado por la flauta. El concierto retoma el brío inicial y, tras la cadencia, finaliza de manera majestuosa y brillante.
Referencias
- Tranchefort, F. R. (2002): Guía de la música sinfónica, Madrid. ISBN: 84-206-8582-8
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