Ingredientes (para unas 30 croquetas)

200g de mijo - el triple en volumen de caldo vegetal - 1 cebolla grande - 100g de queso parmesano rallado - aceite de oliva virgen extra - pimienta - sal - pan rallado - huevo batido

Rehogar la cebolla picada muy fina en el aceite, hasta que esté dorada. Incorporar entonces el mijo y rehogar tres o cuatro minutos.

Añadir el caldo hirviendo, y cocer a fuego muy lento, tapado, durante 20 minutos. Retirar del fuego y añadir el queso poco a poco, mezclando bien con una cuchara para homogeneizar.

Enfriar y formar croquetas, que pasaremos por harina, huevo y pan rallado.

Freír en aceite caliente a 180ºC hasta que estén doradas.

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El mijo es un magnífico cereal para la elaboración de croquetas. Al cocerlo por absorción y enfriarlo, adquiere una textura ligeramente pastosa y relativamente compacta, que permite realizar croquetas prescindiendo de la clásica bechamel. Además, son mucho más ligeras y digestivas.

Lo que aquí presento es, prácticamente, una "croqueta base", ya que tan sólo le he añadido queso. Para hacer variantes, simplemente incorporad el ingrediente que más os guste. Es recomendable que la base incorpore abundante cebolla, para aportarle jugosidad a las croquetas, ya que de otra manera quedarían demasiado compactas.

He empleado mijo ecológico de la casa Luz de Vida. El mijo no cuece homogéneamente, por lo que siempre se encuentran algunos granos un poco más duros que le dan una muy agradable textura "crujiente" a los platos que preparamos con él.