José Moreno Jaime

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José Moreno Jaime nació en Fuengirola el 16 de noviembre de 1886, a las seis de la mañana, en el domicilio familiar de c/ España, en el seno de una familia profundamente religiosa, formada por Francisco Moreno Madueño y Ana Jaime Gómez, siendo el menor de ocho hermanos. Pronto manifestaría su deseo de ingresar en el seminario menor de la diócesis de Málaga, pero inicialmente se desaconseja su incorporación, este contratiempo no enfriaría su vocación.

Pasados los años, por consejo del Padre Arnaiz, y a través de él, comenzaría los estudios eclesiásticos siendo ordenado sacerdote diocesano en adviento de 1922 por el actual Beato Obispo D. Manuel González y celebrando su primera misa el 6 de enero de 1923, en su querido pueblo. Fue cura en Maro, Almachar, San Pedro de Alcántara y en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario en Fuengirola, de la que toma posesión en 1930, atendiendo también la capilla auxiliar, perteneciente a esta parroquia, situada en el barrio de los Boliches.

Fue un hombre de fe profunda, de nobleza, bondad y espíritu de servicio, no tenia nada suyo y dedicaba esfuerzos y tiempo a niños y jóvenes, enfermos y pobres. Al menos, así se desprende de los testimonios de quienes lo conocieron, los cuales indican también su profundo amor a la Virgen del Rosario, patrona del pueblo.

El reverendo D. José Moreno Jaime fue vílmente asesinado el 26 de julio de 1936, a la edad de 50 años. Días antes de su martirio, fue detenido y conducido a la cárcel, por aquel entonces en las dependencias del antiguo ayuntamiento, se lo detuvo junto al sacristán de la parroquia cuando evitaron la profanación del sagrario y de los archivos de la parroquia, aunque no pudieron evitar la destrucción total del templo y de sus imágenes y enseres, durante ese período de captura pasó tiempo orando y confesando a los que morían junto a él. Allí fue torturado hasta el agotamiento, produciéndose una crisis cardiaca y negándosele la asistencia de un medico solicitado por una sobrina y su marido, pero la respuesta de los captores fue: “Pronto será fusilado, para que gastar esfuerzos y tiempo con un medico…”. Efectivamente, al día siguiente, a las cuatro de la tarde y sin que hubiera ningún tipo de juicio, en una camioneta y ante la presencia de muchos que se encontraban en la plaza del ayuntamiento, era conducido en dirección a Marbella y a los pocos minutos se escuchó un estruendo de tiros, viéndose después una columna de humo…todo estaba consumado. D. José fue asesinado junto a nueve seglares, en el lugar llamado Pozo de la Zorra. Después del fusilamiento, sus cuerpos fueron rociados con líquido inflamable y quemados. Pero antes de ello, como Cristo en la cruz, perdonó a sus verdugos y es más, como buen pastor, en la cárcel, paso tiempo orando y confesando a los que morían junto a él. (Curiosamente el testimonio lo realizaron aquellos que lo asesinaron, transcurridos unos años.)

Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Fuengirola, hasta el día 26 de julio de 1993 cuando fueron trasladados, en parte a la parroquia del Rosario, y allí se colocó una placa recordándonos el lugar donde se encuentran sus restos mortales. Hasta un año después, el 26 de julio de 1937, no se pudo celebrar públicamente el funeral, en ese mismo año, su sucesor, Don Ginés Arnau, lo calificó de sacerdote virtuoso.