- Distrito de Tayabamba
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Distrito de Tayabamba
El distrito peruano de Tayabamba es uno de los 13 distritos de la Provincia de Pataz, ubicada en el Departamento de La Libertad, perteneciente a la Región La Libertad, Perú.
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Fundación de Tayabamba =
En el coloniaje, los españoles crearon tres corregimientos en el territorio de esa entonces dilatada región: el de Collay al Sur, el de Pataz al Centro y el de Cajamarquilla al Norte. Con la abolición de los corregimientos en 1782, estos tres se fusionaron en el partido de Pataz perteneciente a la intendencia de Trujillo.
En el Mercurio Peruano, año de 1791, encontramos un dato muy interesante referente a los mineros matriculados en cada provincia del extenso virreinato, entre los que figuran los de la intendencia de Trujillo y Chota con un total de 165 mineros matriculados y 82 haciendas de beneficio, la mayoría de las cuales fueron posiblemente de la provincia de Pataz.
Durante este período histórico, se realizaron hechos de mucha importancia, tales como la visita del Arzobispo de Lima, el que es hoy Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo. En 1605 llegó a Collay y prolongó su viaje hasta el Huallaga. En aquel entonces Tayabamba no era sino un pequeño poblado cuyos habitantes se dedicaban, al parecer, a la minería en el Pahuarchuco y la Caldera y también a la agricultura. Para esta última actividad, se supone fueron ellos los que construyeron una represa para el almacenamiento del agua, la que se encuentra ubicada en las alturas de Tayabamba entre los caseríos de Queros y Allauca la que hoy se conoce con el nombre de laguna de Gochapita, cuyos bordes se ve volar a la gaviota, la huachgua y otras aves de páramo. Esta represa sirve, hasta ahora, de gran estanque y sus aguas riegan las faldas del Pahuarchuco al servicio de la agricultura.
Nos dice la tradición que el Santo en su tránsito por aquel poblado, hizo obras de caridad a gente indigente y enferma en un alto que hay en la salida de Tayabamba hacia la selva. Más tarde en ese lugar y en su recuerdo se levantó una capilla a la que le llaman “La Capilla de la Caridad” o “El Alto de la Caridad”.
Se presume que hizo pascana en el pequeño poblado al que nos referimos y que al continuar su viaje a Collay fue acompañado por algunos vecinos del lugar hasta cierto paraje denominado Pegoy, acto que dio origen a la hermosa costumbre del “Paseo del Santo”, que todos los años cada 24 de abril, como tradición se realiza escenificando la visita de tan ilustre personaje.
No existen crónicas que relatan las incidencias del viaje que realizara el Santo Arzobispo por aquella región, solo por la tradición se sabe que lo verificó en su mayor parte a pie, por sendas enmarañadas y llenas de peligros. Igualmente no se tiene conocimiento del tiempo que empleo en su itinerario Tayabamba – Huallaga – Tayabamba, pero fue una parte de los 21 años que suman los tres viajes que realizara, visitando su dilatada arquidiócesis, llevando el mensaje de Jesús y desparramando el bien y la caridad.
Se han tejido hermosas leyendas relacionadas con la visita de tan grato y querido personaje a la provincia de Pataz. Una de ellas se refiere al mulo que conducía su equipaje, el que según dicen, fue devorado por un puma al internarse el viajero en la selva. Toribio lleno de tanta indignación, exigió la presencia del dañino el que compareció a sus pies manso como un cordero y arrepentido de su voracidad. El Santo, después de reprocharle el daño que había ocasionado, lo condenó a que cargara su equipaje, puesto que por el lugar no había bestias de carga. Mansamente cumplió su condena el carnicero hasta que el peregrino salió de la enmarañada selva.
Asimismo, a los pies de la imagen del Santo Patrón Se ve un toro de oro que representa la leyenda del obsequio que le hiciera el heredero del cacicazgo de Chiquiacocha y Huanapampa, cuando el Arzobispo llegó al Pegoy. Como el Santo no pudiera traerlo a Lima, lo dejó encargado al mismo cacique pero resulta que el animalito desapareció y el encargado de su cuidado, tras la larga búsqueda dio con él en una espaciosa cueva que había entre Huanapampa y Chiquiacocha, de la que no quiso salir. Así su custodia se vio obligado a llevarle, de vez en cuando, sal y cebada, regalos que el torito retribuía con oro que el cacique vendía a un comerciante de Tayabamba.
Intrigado el comerciante preguntó el cacique, de donde sacaba tanto oro y al no ser satisfecha su incógnita, decidió averiguar por cuenta propia el misterio. Espió por largo tiempo al cacique, hasta que un día logró descubrir el prodigio. Se propuso entonces apoderarse de tan milagroso animal e ingresando a su cueva logró lazo y comenzó a jalarlo para sacarlo de la gruta, más el becerro parapetándose en sus patas delanteras ofreció resistencia y finalmente dio un bramido tan fuerte con lo que el cerro se vino abajo, tapando la boca de la cueva y sepultando al avariento con el torito de la leyenda.
Dicen los campesinos de aquellas tierras que a veces en noches de plenilunio, se ve al torito de oro de la leyenda entre los trigales del Patrón y que el oro de Pahuarchuco refulge en su lomo. Santo Toribio es propietario de unos terrenos, en los cuales sus priostes y mayordomos siembran trigo con cuyo producto se celebra su fiesta. Los fervientes devotos del Santo cuentan, que cuando este se va de visita a Collay es recibido por la Virgen de la Candelaria, Patrona del lugar y que la noche que allí pernocta, el Santo burla la vigilancia de su anfitriona y la de sus fieles y se va a “echar de menos su ganado” prueba de ello son los shilcos o cadillos que en su manto aparecen misteriosamente la mañana siguiente de su visita a Collay.
Se asegura igualmente que la fundación española de Tayabamba, la verificó el Santo a la que colmó de bendiciones y que desde entonces data el progreso de esta ciudad, en memoria de ello fue elegido su Patrón.
En cuanto al origen de la ciudad de Tayabamba, por la tradición se sabe que en cierta oportunidad cuando los moradores de Collay, que por entonces era cabeza de Corregimiento, estaban celebrando una fiesta religiosa, cuya fecha se desconoce salieron los salvajes de los bosques próximos, hoy Uctubamba, sorprendieron a los ciudadanos en el templo celebrando una misa y mataron a flechazos a todos, inclusive al cura que la oficiaba. Terminada esta terrorífica tarea, se dedicaron al pillaje y a recorrer la población ultimando a todos los que encontraban a su paso.
Esta parte de la tradición está confirmada en el Mercurio Peruano de 1791 en artículos publicados por Aristio referente a las “Misiones de Cajamarquina” en la cual el autor relata: “La Provincia de Cajamarquina o Pataz perteneciente a la Intendencia de Trujillo. Corre N. S. Desde los 7 hasta los 8 grados y 30 minutos de latitud meridional. Confina por el Norte y Noroeste con la provincia de Chachapoyas. Por el N. O. Mediando el río Marañon. Por el Sur con la de Huamalíes.
Por el Este con la Montaña de los Andes, de quienes la divide un ramo separado de Cordillera de difícil ascenso. Las quebradas que esta forma, y las pampas inmediatas al Río Huallaga, se hallaban en el siglo pasado pobladas por varias Naciones de Indios Bárbaros, que no conocían otro superior que sus ancianos. Entregados a la piratería asaltaban y destruían los Pueblos comarcados, como, como lo ejecutaron con los de Condormarca y Collay”. Estas tribus a las que se refiere Aristio fueron las de los Cholones e Híbitos.
Retomando el hilo del relato de la destrucción de Collay, veremos que los pocos sobreviviente de aquella masacre, se salvaron gracias a la desesperada acción de una anciana, la que al ser atacada se defendió arrojándoles la chicha que estaba haciendo hervir, con lo que los obligó a huir despavoridos en la creencia de que era un acto de hechicería.
Los que quedaron con vida decidieron más tarde, trasladar sus viviendas a una pampa distante unos cuatro kilómetros al Oeste de Collay, donde ya existían algunas casas y moradores, y edificar allí la nueva población. Eligieron ese lugar por su situación geográfica desde donde se podía dominar el acceso a la selva y prevenir las incursiones de los salvajes. Con el correr del tiempo este poblado fue convirtiéndose en una prospera villa que tomó el nombre de Tayabamba, palabra que deriva del quechua Tayanca – Bamba la quiere decir pampa de tayancas.
Es de suponer que durante este período histórico, se produjo una inmensa inmigración de españoles atraídos por el oro de las muchísimas vetas que existen en casi toda la provincia. Fue tal la magnitud de esta migración que cruzaron la raza indígena. En la actualidad se ven blancos y mestizos que forman la mayoría de los habitantes de la región. Los indios propiamente dichos están en minoría. También ha desaparecido el idioma quechua, pues en los rincones más recónditos de la provincia se habla el español. Nótese que en la alimentación, vestidos bailes, música, etc. se han impuesto las costumbres traídas de la Madre Patria. Sobre todo en Parcoy, Buldibuyo y Tayabamba, existen aún familias en las que se deja ver la ascendencia europea.
Además, no sólo españoles emigraron a estas tierras. Levantada la restricción de ingreso al país, impuesta por el gobierno español en la Colonia, fueron también polacos, rusos, ingleses, suecos, italianos, franceses y de otras latitudes los que arribaron a aquellas tierras, atraídos por el oro de sus minas. Quedan algunos descendientes tales como Bogarín de origen ruso, Tónder del sueco. Wenssell del alemán, Jiove del italiano, Martell y Lafitte del francés, Cerqueira del portugués entre otros que escapan a la memoria.
La capital se nos fue ya no más tirará al blanco Aparicio J. Franco.
Esta copla que surgió del pueblo con motivo del traslado de la capital de Parcoy a Tayabamba, nos habla claramente de las costumbres y diversiones que nos trajeron desde España.
La provincia en las Guerras de la Independencia
El apoyo económico y contingente de sangre con que la provincia contribuyó a la guerra de la independencia parece haber sido modesta, sólo se registra la contribución de algunos hombres para el ejército de los libertadores y la ayuda pecuniaria de contados habitantes, sobresaliendo ejemplarmente el gesto patriótico de una señora apellidada Olano, natural de Tayabamba, quien mandó a dos de sus hijos con dinero y una carta al Libertador Bolívar que se encontraba de tránsito en Huamachuco, diciéndole: “Le mando todo lo que tengo para la lucha por la independencia de la Patria”. La tradición nos relata que una vez consolidada la independencia, la última autoridad Virreynal, el sub. Delegado del partido de Pataz, a quien por costumbre llamaban Corregidor Santistevan, quien era dueño de las minas de Parcoy y de la hacienda Alpamarca donde residía, no quiso someterse al nuevo régimen y en la imposibilidad de ganar la costa por el Oeste porque se encontraba en poder de los patriotas, decidió hacerlo por el Oriente, con la esperanza, sin duda, de llegar a un embarcadero del Huallaga y por vía fluvial salir al atlántico y enrumbar a Europa. Hizo cargar 40 mulas con el oro que había acumulado y se introdujo por el camino que bordea el río Apishongo, que en parte es ya carretera hoy en día, y no se volvió a saber más de él.
República
Asegurada la independencia, la nueva demarcación territorial que promulgó Bolívar crea la provincia de Pataz con la fusión de los tres corregimientos ya citados: Pataz, Collay y Cajamarquina (este último hoy Bolívar). Estando el pueblo de Pataz al centro fue designado capital de la provincia dándole a ella el nombre que hasta ahora conserva. Algunos años después, fue trasladada la capital a Parcoy por gestión de un señor Dolores Terrones, quien habiendo sido barretero en las minas de Santistevan llegó, más tarde, a ser el hombre de confianza y lugarteniente al que Santistevan confió sus minas en plena explotación cuando abandonara sorpresivamente la región.
Terrones con el correr del tiempo se convirtió en próspero minero, y para conseguir el traslado de la capital a Parcoy, su tierra natal, este hijo predilecto del pueblo, obsequió un quintal de oro al Congreso de la naciente República.
El pueblo de Parcoy conservó esta dignidad hasta el año 1895, en que por Ley del Congreso fue trasladada la capital a la ciudad de Tayabamba, por ser esta población la más grande, próspera y culta de todas de la provincia.
Origen Del nombre de la capital Patacina
Tayancapata – Tayancabamba – Tayabamba Por Adeodato Lecca Delgado Partidario ferviente de la cultura de mi pueblo, pongo en consideración, este pequeño trabajo, anhelo de cooperación a la inquietud pedagógica patacina. Si la tradición es vinculo histórico entre los hombres, por consiguiente es tan valiosa e importante como factor de sociológica convivencia.
En la época del coloniaje, el lugar sobre el que hoy se levanta la ciudad de Tayabamba, era una pradera de tayancas (arbustos) y montículos de hierba santas y zarzas, nombrado por esto “Tayancapata” (pata) por el sitio hoy Cruzpata. Un buen día allá por los años de 1550 a 1556, desapareció de la iglesia de Collay, la Virgen María de la Concepción. Unos pastores que se encontraban con sus ganados en Tayancapata, por comer moras (fruto de la zarza) penetraron en uno de los montículos y se dieron con la sorpresa que la referida Virgen se hallaba en ese lugar. Con la creencia que manos humanas lo habían traído a este sitio, dieron aviso a los naturales de Collay, quienes lo regresaron a su pueblo e iglesia. Pasaron los días y se volvió a repetir la desaparición, encontrándosela nuevamente a la referida Virgen en el ya citado montículo; regresándola por segunda vez a la mencionada iglesia, de donde otra vez desapareció, para encontrarla en el mismo sitio de los zarzales. Convencidos los fieles devotos pobladores de Collay, que la Virgen María de la Concepción, quería permanecer en el sitio de Tayancapata, siguiéronla y construyeron una capilla donde guardar y rendir culto a la imagen de su veneración, tomándola por patrona del lugar o pueblo a formarse por el calor de su fe.
Con el transcurso de los años y teniendo la provincia por capital al pueblo de Pataz, y siendo Tayancapata un lugar de importancia, lo cambiaron de nombre por el de Tayancabamba; y finalmente cerca para ser trasladada la capital de la provincia, de Parcoy a ésta, pusiéronle el de Tayabamba.
Cada pueblo forja a través de los siglos, por sabia ley providencial con esfuerzos su historia propia; e aquí que el anciano Hermenegildo Arteaga, que vivió 112 años, narrara tales sucesos a su hijo Victorio, quien en relatos verbales en el año de 1920, lo hiciera el autor de este recuento, hechos de nuestros antecesores de la misma lengua y de la misma religión, él que teniendo en cuenta que la historia nace de la vida, y que nosotros mismos ayer, hoy y en este instante, estamos construyendo con nuestras obras, que actualizaran quienes nos suceden cuando la requieran para sus realizaciones del futuro, es el lazo de oro de la tradición que nos une, para mirar el porvenir con rauda flecha del arco tendido que es la memoria del pasado. (Tayabamba, enero de 1951)
Grandes hombres Tayabambinos como Don Manuel Paredes Viera, fundaron el club Sport Tayabamba, club que le dio muchos triunfos a Tayabamba, de igual forma don Manuel fue Alcalde Provincial por 5 periodos dejando para posteridad obras como el reloj del campanario, que hasta el día de hoy nos da la hora, empedrado de la ciudad, obras de irrigación y embellecimiento de nuestra ciudad, de igual forma contribuyó para ornamentación de nuestra Iglesia matriz.
Los señores alcaldes que representaron a la provincia de Pataz
- El señor don Manuel C. Zegarra.
- El señor don Manuel Viera.
- El señor don Francisco Armas.
- El señor don Neptalí Zegarra.
- El señor don Gustavo Corvera.
- El señor don Obdulio Caballero.
- El señor don Julio Campana.
- El señor don Eduardo Flores.
- El señor Delfín Lecca.
- El señor don Santos Bustamante.
- El señor León Esdras Añorga.
- El señor don Carlos Noriega Garay.
- El señor don Manuel Asunción.
- El señor don Celso Vidal.
- El señor don Menano la Rosa.
- El señor don Manuel Paredes Viera.
- El señor don Manuel Caballero Hernández.
- El señor don Gumersindo Lozano.
- El señor don Erasmo Arellano.
- El señor don Lenin Paredes.
- El señor don Rivera.
- El señor don Guillermo Corvera.
- El señor don Marciano Medina.
- El señor don; Manuel T. Roldán.
- El señor don Humberto Carretero
- El señor don Julio Lecca Ortega.
- El señor don Víctor Terry
- El señor don Rafael Ortiz.
Categoría: Departamento de La Libertad
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