- Eco Reserva Mbatoví
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La Eco-reserva Mbatoví es un área protegida privada, preservada por sus propietarios para la protección de la diversidad biológica y los procesos naturales. Constituye la Primera Servidumbre Ambiental del Paraguay, inscripta en la Dirección General de los Registros Públicos.
Está ubicada en el Departamento de Paraguarí, Paraguay, en plena Cordillera de los Altos, sobre la ruta asfaltada "Gral. Rogelio R. Benítez" que une las ciudades de Paraguarí y Piribebuy, y forma parte de la eco-región denominada Litoral Central.
Contenido
Su historia
En el año 1999, los esposos Jacinto Santa María y Marta González Ayala -ambos amantes de la naturaleza- emprendieron la búsqueda de un espacio natural en el que pudieran descansar los fines de semana. Fue así que llegaron hasta un rincón de la Cordillera de los Altos ubicado cerca de la ciudad de Paraguarí desde donde se podía disfrutar de una incomparable vista de la Serranía y del valle de Pirayú. Inmediatamente quedaron cautivados por la belleza del paisaje y la riqueza de las especies biológicas que allí encontraron. Jacinto define esa experiencia como “Amor a primera vista”.
Movidos por su grado de compromiso y respeto hacia la naturaleza, adquirieron el predio y decidieron que ese espacio debía ser conservado y compartido con la gente. Así comenzó el sueño que hoy, convertido en realidad, se llama Eco-reserva Mbatoví.
Iniciaron los estudios, trámites y trabajos para dotar al lugar de todas las medidas necesarias para poder instaurar la eco reserva.
Ya en el año 2003, lo referente a los trámites concluyó con la constitución del área protegida y la inscripción de Mbatoví en la Dirección General de Registros Públicos como la Primera Servidumbre Ambiental del Paraguay. Mientras tanto, los trabajos en la reserva continuaban alentados por la profunda pasión de sus promotores. En muchos casos fue la propia voz de la naturaleza la que los guio para zambullirse en la espesura del bosque y descubrir hermosas nacientes de agua cristalina y cascadas impresionantes por su belleza.
Jacinto y Marta recorrieron varios países latinoamericanos (Costa Rica, México, Colombia, Perú y Brasil), investigando alternativas de explotación turística que fueran compatibles con la conservación de la naturaleza.
El resultado de todo el trabajo y el tiempo invertido se puede disfrutar en la Eco reserva Mbatoví, que abrió sus puertas al público en enero del año 2006.
Su paisaje
El gran valor de la misma radica principalmente en su variedad, su extraordinaria belleza paisajística, su fácil acceso y las posibilidades que ofrece para la realización de actividades de apreciación de la naturaleza y de educación ambiental, ya que tiene la particularidad de presentar una gran diversidad de ecosistemas en poca extensión de tierra y una excelente vista panorámica, pudiendo apreciarse desde allí hacia el sur el Cerro Santo Tomás, el Cerro Hu y el Cerro Pero, y al oeste el Valle de Pirayú y el Cerro Mbatoví, este último con características escénicas únicas.
La cobertura vegetal incluye comunidades naturales representativas que abarcan, desde cimas rocosas con vegetación rastrera, hasta desfiladeros con cauces de agua y exuberante vegetación.
Sus especies nativas
Arroyos con aguas sin contaminación, que nacen en el área, forman numerosas cascadas de un encanto singular, en cuyas márgenes existen comunidades de Chachi (Cyathea atrovirens), especie en peligro de extinción, y laderas rocosas cubiertas de helechos, culantrillos y líquenes, con pequeñas cuevas naturales, configurando ambientes de una tranquilidad incomparable, que invitan al descanso y la meditación.
Las márgenes de estos arroyos están pobladas por un bosque alto con individuos maduros, bien estratificados y con mucha regeneración natural, incluyendo más de un centenar de especies nativas, tales como cedro, ybyraró, urundey, ybyrá pytá, tajy (lapacho), curupay, petereby, incienso, guayaibí, ambay, pacurí, mbaby, timbó, ybyrayú, jacarati-á, etc.
También fueron identificadas numerosas especies de aves, varias de ellas endémicas del bosque atlántico interior, y una variedad aún indeterminada de reptiles y mamíferos, entre los que se destacan el agouti paca, el acutí sayju, el aguara'í, el tapití y varias especies de armadillos, entre otros.
En la eco-reserva Mbatoví es posible encontrar desde cactus hasta orquídeas silvestres, además de una impresionante variedad de helechos; contemplar desde un balcón natural las copas de los árboles y el cautivante paisaje circundante; escuchar el diálogo entre el agua y las piedras; escalar laderas verticales en un entorno de musgos, helechos, y culantrillos; encontrarse con huellas frescas de animales silvestres y caminar por senderos que de tanto en tanto sorprenden al visitante llevándolo al encuentro con hermosos saltos de agua y encantadoras vistas.
Para permitir su explotación turística, Mbatoví fue dotada de una exclusiva infraestructura, concebida con un profundo respeto por la naturaleza, con especial preocupación por la seguridad de los visitantes, que la ha llevado a convertirse en un fascinante parque de eco-aventura declarado “De Interés Turístico Nacional” por la SENATUR (Secretaría Nacional de Turismo de Paraguay).
En la eco-reserva se puede disfrutar de una serie de actividades exclusivas que se realizan utilizando equipos de seguridad importados y certificados, y con el acompañamiento permanente de instructores altamente entrenados por expertos del exterior.
Mbatoví también ofrece actividades para grupos empresariales, diseñadas para influir poderosamente sobre las actitudes y valores de los participantes, mediante un enfoque vivencial. El objetivo de estas actividades es desarrollar competencias centradas en las personas, principalmente las relacionadas con Inteligencia Emocional, Capacidad de cambio, Trabajo en Equipo y Liderazgo.
El circuito de eco-aventura “Tapé Saingó”
Constituye la principal atracción que ofrece la Reserva. Consiste en una serie de actividades que se realizan a la altura de la copa de los árboles y en algunos casos por encima.
Luego de asistir a una charla explicativa y recibir las instrucciones de seguridad, la aventura comienza con una caminata por el sinuoso y atractivo Sendero Yvaropy, de 1.700 m de extensión, trazado en su mayor parte siguiendo caminos antiguos utilizados por los primeros habitantes del lugar, con algunas variantes que permiten conocer sitios de extraordinaria belleza que se preservaron a través del tiempo, mediante las leyendas que atribuían a tales lugares el carácter de morada de los duendes (Ybaropy). El sendero sorprenderá a los visitantes de tanto en tanto, llevándonos al encuentro con cristalinos arroyuelos, cautivantes cascadas y encantadoras vistas. Su recorrido exige una buena condición física.
Luego de 10 minutos de caminata, nos encontraremos con el primer desafío de actividades suspendidas en el aire junto al dosel del bosque de la Eco-reserva. Un puente móvil nos invitará a probar el equilibrio y conectar las emociones, para luego pasar a un puente de tres cabos que nos hará olvidar nuestras preocupaciones rutinarias demandando toda la atención. Finalizando esta primera etapa, transitando por un puente colgante tendido sobre un desfiladero de exuberante belleza, que predispone al visitante a calmar el espíritu, equilibrar las emociones y completar la aclimatación al ambiente vertical.
Continúa el trayecto con una caminata rica en atractivos naturales, apreciando nacientes y cascadas, disfrutando de la encantadora compañía de las aves y mariposas que pueblan el lugar. Luego de una breve parada en el Salto Piro’y el sendero lleva hasta el imponente balcón natural de Itá Chororí.
Las sorpresas del Tapé Saingó aún no acaban. Un puente móvil conduce hasta una plataforma de Canopy desde la que los visitantes pueden lanzarse y “volar” a 40 m de altura, encima de un bosque subyugante, rico en plantas y árboles exuberantes, suspendidos de cabos de acero de 105 m de extensión, disfrutando de una vista maravillosa y una sensación única.
Quienes quieran continuar la aventura, podrán disfrutar de un descenso en rapel por una pared rocosa totalmente vertical, de 25 m de altura. Para otros que ya estén satisfechos con la actividad vertical, la Reserva ofrece encantadores sitios ideales para relajarse y reflexionar.
Luego de un descanso en el área de Las Cuevas, se inicia el camino de regreso, ascendiendo por un sendero de 700 m de extensión. Antes de llegar al fin del trayecto, se realiza una parada en el mirador 2, donde se puede disfrutar de una extraordinaria vista del Cerro Mbatoví y del Valle de Pirayú.
Cómo llegar
El acceso a la Reserva se encuentra en el "km 72" de la ruta Paraguarí-Piribebuy, en la cima de la cordillera, a 10 km del centro de Paraguarí.
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