El Águila Quiteña fue un conocido personaje en la capital ecuatoriana, en la época aquella en la que a Quito se lo llamaba San Franciscano y estaba aún reducido a la zona colonial del centro, por lo que era una ciudad pequeña en la que todo el mundo se conocía.

El Águila Quiteña, Luis Aníbal Paz, aproximadamente a partir de 1930, constituyó la misma expresión del mundillo del hampa, muy limitado pero muy conocido en ese Quito estrecho de ayer. No solo protagonizó robos interesantes sino que se le adjudicaron sinfin de hazañas y jugarretas que mostraban su gran ingenio. Todas estas historias se fundieron y terminaron por convertir a su nombre en algo parecido a una leyenda de las estrechas calles de la capital.

Lo que si es cierto es que el Águila Quiteña apareció con cierta frecuencia en la página roja de la prensa y entró y salió de las cárceles de la ciudad un sinnúmero de veces.

Su vida

Testimonios afirman que el padre del Águila Quiteña se llamó también Luis Aníbal Paz y era sastre conocido de la capital. Se dice que el Águila se dedicó al robo después que su padre lo echará a él y a su madre del hogar. Según esos datos el Aguila Quiteña debió haber nacido hacia 1908.

Fue dueño de dos cabarets en Quito. El Happy Land y el Araña Negra, ubicados en la zona de las Avenidas Colon y 10 de Agosto. Cuando estos fueron clausurados viajó a Perú. No se supo nada más de él.

Jorge Salvador Lara (abogado, profesor, diplomático, historiador y periodista nacido en Quito en 1926) afirma que le llegaron noticias del Águila y su suerte en el Perú. "Me hallaba de cónsul en Lima cuando un día recibí la visita de un hombre de rostro patibulario. Me dijo que era un preso de la fortaleza del Frontón y quería informarme que allí se hallaba un ecuatoriano de apellido Paz al que los guardianes trataban muy duramente. Me trasladé al Frontón y allí encontré, en efecto al Aguila Quiteña. Había sido acusado de tráfico de drogas. Me dijo que alguien le había encargado un paquete y resultó ser droga. Estaba muy triste. Hice lo posible para brindarle alguna ayuda. Meses o un par de años después se hizo pública la noticia de que había sido apuñalado por unos reclusos. Eso debió suceder entre 1956 y 1957, creo... Un final muy triste."

En la Ficción

En la novela "Polvo y Ceniza" del escritor Eliécer Cárdenas se cuenta que un día de esos en el Happy Land, los dos personajes: Naún Briones, el bandido Robin Hood Lojano y el Águila Quiteña, el ladrón capitalino...