- Ernesto Sánchez La Cruz
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Ernesto Sánchez La Cruz
Ernesto Sánchez La Cruz (nació en Jajó, estado Trujillo, Venezuela) en el año de 1883, hijo de Fernanda La Cruz González y el Capitán de Navío Pedro José Sánchez Wilson. “Ernesto Sánchez La Cruz”, fue el primer hombre blanco que caminando inmerso en la Selva Venezolana, descubrió el Churún-Merú. Siendo el único hijo varón que aún vive, de Ernesto Sánchez La Cruz con la Sra. Laura B. de Sánchez, de cuya unión nacieron dos hijos más, Hilda Elena S. B. y Hermes Atilio S.B. (quien falleció a los 2 años de edad), es mi intención, dar a conocer y compartir lo siguiente:
De la primera unión de mi padre con una nativa de la región de Guayana Estado Bolívar, nacieron cinco hermanos. Esos cinco hermanos fueron Mario, Cesar, Angel, Victor y Julio Sánchez (todos fallecidos), los mismos se establecieron en Maracay Estado Aragua y levantaron hermosas familias. De esta primera rama de los Sánchez, en Maracay Estado Aragua, habrán unos cincuenta sobrinos, la mayoría excelentes personas y profesionales, en La Guaira Estado Vargas, se criaron unos treinta primos más, hijos de mis tios Pedro, Luis y Nicolás Sánchez. De la Segunda unión (como ya mencioné en el segundo párrafo), con una Italo-Venezolana, nacimos tres hermanos: Hilda Elena, quien lleva el nombre de mi tía paterna, Hermes Atilio, quien lleva el nombre de uno de mis tíos, hermano de mi papá y el subscrito, quien lleva por nombre el de mi padre y bisabuelo paterno: José Ernesto Sánchez. Mi hermana procreó nueve hijos, quienes viven en Valencia, Venezuela y la mayoría de mis hijos viven en Estados Unidos.
Antes de hacer algunas aclaraciones y aportaciones sobre el polémico tema del Descubrimiento del Churun-Merú, deseo reconocer y agradecer a mi prima hermana Francis Alcalá Sánchez (fallecida) por su gran interés y arduo trabajo como Guía Turística en Venezuela y en el Exterior, quien se esforzó recopilando y difundiendo información para que se hiciese un reconocimiento y homenaje justo a Ernesto Sánchez La Cruz por su descubrimiento. Gracias a personas como Francis y sus hijos, a demás de historiadores, escritores, periodistas y poetas, así como a los manuscritos que me dejo mi padre, poseo una amplia y concreta referencia de su descubrimiento, a demás de un legado hermoso de toda su vida familiar, discidencias políticas, su vida en la Armada y prisión militar, exploraciones y aventuras en la Selva de Guayana Estado Bolívar, su libertad condicional y regreso a la selva, su enferdad y recuperación en los llanos Venezolanos y sus vivencias en la Capital hasta su muerte. Por circunstancias políticas y motivos de salud, debido a la caída del Gobierno de Juan Vicente Gómez, regresa a Caracas con mi madre y su familia para instalarse en casa de su hermana y su tía, con quienes se desarrolló nuestra niñez y adolescencia. Mi hermana y yo pudimos palpar y disfrutar su amor y su bondad, estos fueron el mayor tesoro que nos pudo dar y que aún añoramos, sin olvidar los valores que nos inculcó, así como los atributos y cualidades que lo personificaron.
Debido a la fatalidad, falta de recursos y el temor por la situación política que se vivía en aquellos tiempos, los conocedores de su verdad no pudieron ayudarle a dilucidar la controversia generada por su Descubrimiento. En las décadas subsiguientes, nuevos acontecimientos políticos han ensombrecido a quienes han tratado de resurgir esta verdad inobjetable. La historia a través de textos, revistas, diarios y artículos se ha encargado de mostrar al mundo la interesante verdad sobre el descubridor del Churun-Merú, “Ernesto Sánchez La Cruz”, hoy llamado Salto Angel, en honor a James Crawford Angel “Jimmy Angel”, su redescubridor. Paradójicamente, publicaciones hechas en el exterior, reconocen al ex-marino Venezolano como el primer hombre blanco en quien recayo el honor de ese magno Descubrimiento. Finalmente, todos los descendientes de Ernesto Sánchez La Cruz debemos sentirnos orgullosos y altivos de saber que fue un hombre honesto, inteligente, creativo, noble, bondadoso, valiente, romántico y espritual. Es por ello que para hacer un reconocimiento justo a “Ernesto Sánchez La Cruz” y a todos los que de alguna forma u otra tienen relación con él, he decidido publicar un libro con sus interesantes memorias.
Ernesto Sánchez La Cruz, no sólo descubrió el Kerepakupai-merú, la catarata más alta del mundo, sino que hizo otros descubrimientos. Se internó en la Selva para explotar caucho (balatá), sarrapia y oro, a demás de servir como guía explorador a diferentes expediciones. Para el momento en que divisa la ''Pluma de agua que caía desde el cielo, la cual sobrecojía el alma(como el la definió en sus relatos), realizo un Cróquis detallado del Salto, haciendo entrega de éste y notificando el hallazgo, al Gerente de la Casa Blohm de Ciudad Bolívar para finales del año 1910. Este Gerente a su vez, notifico a la autoridad respectiva (Director de Fronteras) de la época, quien se trasladó un año después a la Casa Blohm a ver el Cróquis y conocer el Salto. Por publicaciones escritas en diferentes medios, así como referencias de mis hermanos y algunos de sus nietos de Maracay (Victor Sánchez, Iraima Sánchez, Nelson Sánchez, Carlos Sánchez e Ismery Sánchez), incluyendo episodios que nos narró y describió mi padre, él logró llegar al pie del salto por tierra, luego de una larga travesía con los indígenas del lugar. Parte de esta historia, se encuentra en manuscritos, de los cuales extraje los aspectos más interesantes de sus exploraciones y descubrimientos.
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