Estudio HBSC

Estudio HBSC

Estudio HBSC

El Health Behaviour in School-aged Children (HBSC) [1] o Estudio sobre las conductas saludables de los jóvenes escolarizados es un proyecto auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el que participan más de 40 países occidentales.

En el marco de este proyecto, cada cuatro años se realiza una recogida de datos con el objetivo principal de obtener una visión global de los estilos de vida de los adolescentes y disponer así de herramientas útiles para el debate sobre la promoción de la salud en esta población. En este estudio, siguiendo las directrices de la OMS, se entiende por salud el estado completo de bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad. Por este motivo el cuestionario recoge datos relativos a diferentes ámbitos: relaciones familiares, relaciones con los iguales, el contexto escolar, ajuste psicológico, alimentación y dieta, consumo de sustancias y actividad sedentarias.

España ha participado en el estudio desde el año 1985 en todas las ediciones (seis con la actual) excepto en la de 1997-1998. El primer Equipo HBSC Español estaba dirigido por el Doctor Ramón Mendoza, quien ejerció como Investigador Principal desde la edición de 1985/86 hasta la de 1997/98. Desde la edición de 2001/02 hasta la actualidad el Equipo HBSC Español está dirigido por la Doctora Carmen Moreno, miembro del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla. Desde la edición del 2001/2002 el estudio se lleva a cabo gracias a un convenio de colaboración entre el Ministerio de Sanidad y Consumo (Dirección General de Salud Pública) y la Universidad de Sevilla.


Contenido

Historia

El estudio Health Behaviour in School-aged Children(H.B.S.C.) se inicia como estudio internacional en 1982 con la iniciativa de investigadores de tres países (Finlandia, Inglaterra y Noruega) que acordaron diseñar un instrumento común que permitiera conocer los hábitos de vida relacionados con la salud de los preadolescentes y adolescentes escolarizados. Muy poco tiempo después el estudio es acogido como Estudio Colaborador por la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (WHO Collaborative Study) y en 1983-84 se inicia la primera recogida de datos en estos tres países, más Austria que se acababa de incorporar al proyecto.

A partir de 1985, el HBSC ha consistido básicamente en planificar cada cuatro años una nueva recogida de datos que ha permitido conocer las tendencias evolutivas en cada uno de esos países respecto a determinados aspectos de los estilos de vida de los adolescentes, así como las comparaciones entre ellos. Con el paso del tiempo, el estudio ha ido incluyendo a más países europeos, así como países y territorios extraeuropeos (Canadá, Groenlandia, USA) hasta un total de 41 paises participantes en la edición 2005/06. De igual manera, España ha participado en todas las ediciones del estudio, excepto en la inicial y la de 1997-98.


El Estudio HBSC en España

El Estudio HBSC en España en su edición de 2006 está apoyado y financiado por el Ministerio de Sanidad y Consumo. En su edición de 2006 ha recogido datos de 21.811 chicos y chicas con edades comprendidas entre los 11 y los 18 años, en un total de 1.119 aulas.

El método de muestreo (aleatrorio polietápico estratificado por conglomerados) permite generalizar los resultados obtenidos a la población de cada Comunidad o Ciudad Autónoma de manera independiente. Asimismo es representativo en cuanto a niveles de edad, titularidad de los centros educativos (pública o privada-concertada) y hábitat (rural y urbano) de estas regiones. La muestra aleatoria de aulas procede de un censo aportado por el Ministerio de Educación y Ciencia donde están recogidos todos los centros educativos españoles.

Básicamente, se emplearon dos cuestionarios: uno para los chicos y chicas de 11 años (5º y 6º de primaria) y otro para el resto de adolescentes (1º a 4º de ESO, Grado Medio y 1º y 2º de Bachillerato. Los cuestionarios incluyen preguntas comunes a los países que realizan la investigación conjuntamente, además de preguntas específicas decididas por el Equipo HBSC Español y el Ministerio de Sanidad y Consumo.

Con las preguntas comunes a toda la red internacional HBSC se sigue un proceso de traducción-contratraducción para asegurar su paridad entre las lenguas. En el caso del cuestionario español y en aquellos lugares donde se hablan dos lenguas oficiales (Islas Baleares, Comunidad Valenciana, Cataluña, Navarra, País Vasco y Galicia) los cuestionarios se presentaban a los adolescentes impresos en su totalidad en las dos lenguas, de modo que ellos podían elegir en cuál preferían responder (si lo abrían por la portada, lo hacían en una lengua, y si le daban la vuelta, la contraportada se iniciaba con la versión en la otra lengua).


Objetivos del Estudio HBSC

1. Iniciar y apoyar las investigaciones nacionales e internacionales dedicadas al estudio del comportamiento saludable, la salud y el bienestar de los chicos y las chicas en edad escolar, así como los contextos sociales en los que se desarrollan.

2. Contribuir al desarrollo teórico, conceptual y metodológico en las áreas de investigación que acaban de mencionarse.

3. Monitorizar y comparar los indicadores de salud, los comportamientos saludables, el bienestar físico y psicológico, así como las características de los contextos sociales en los que se desarrollan los chicos y las chicas en edad escolar

4. Difundir las conclusiones del estudio a las audiencias relevantes; es decir, a investigadores, a responsables en el diseño de políticas de prevención e intervención, a profesionales en promoción de la salud, al profesorado y a otros profesionales vinculados a los centros educativos, a los padres y madres y a los propios jóvenes.

5. Desarrollar la colaboración con organismos y asociaciones externas con el fin de activar iniciativas encaminadas a impulsar la promoción de la salud en la población escolarizada.

6. Promover y apoyar la creación de una red de expertos en conductas relacionadas con la salud y en contextos sociales saludables durante la adolescencia.

7. Establecer y fortalecer una red internacional multidisciplinar de investigación en este campo.

8. Promover una red internacional que vele por la salud pública y la educación para la salud y que aporte experiencia e información sobre salud adolescente


Principales resultados del Estudio HBSC en España en relación a los estilos de vida

Alimentación y dieta

En cuanto a hábitos alimentarios saludables, debe destacarse que un 62,2% de los adolescentes desayuna todos los días algo más que un vaso de leche o un zumo y en torno a un 40% consume dulces y refrescos una vez a la semana como máximo.

También desde una perspectiva positiva hay que resaltar que se observa una ligera mejoría en algunos de los hábitos de los adolescentes cuando se comparan los datos 2002 con los del 2006 (así, por ejemplo, aumenta el número de días que se hace el desayuno completo, disminuye el consumo nulo de fruta y el consumo de dulces y refrescos).

Sin embargo, uno de los aspectos más preocupantes en torno a los hábitos alimentarios es la presencia de peores hábitos en los grupos de adolescentes de mayor edad: aumenta el porcentaje de adolescentes que no desayuna de forma completa ningún día (de 0,9% a los 11-12 años a 4,3 a los 17-18 años), aumenta a casi el doble (de en torno a 27 a casi el 50%) el porcentaje de adolescentes que se queda algún día sin desayunar, disminuye el consumo óptimo de fruta y aumenta el consumo nulo y, finalmente, aumenta también el consumo de dulces y el de bebidas azucaradas.

En cuanto a las diferencias entre chicos y chicas, se observa, en general, hábitos menos saludables en un porcentaje algo mayor de chicas, sobre todo en las de mayor edad (se saltan con mayor frecuencia el desayuno todos los días, el porcentaje de consumo óptimo de fruta es menor y consumen más dulces).

Otro dato preocupante es el relacionado con el índice de sobrepeso, que, entre los varones es de algo más del 20% y casi el doble al encontrado entre las chicas. Se mantiene la tendencia observada en 2002 a que entre las chicas sea menor el índice de sobrepeso y, sin embargo, sean también las que con mayor frecuencia hacen dieta para perder peso.

Existe una tendencia algo mayor entre los adolescentes de familias de capacidad adquisitiva alta a desarrollar hábitos más saludables, percibiéndose de forma más clara algunos de las mejoras de los últimos cuatro años en este tipo de adolescentes.


Higiene bucal

El 56,8% de los adolescentes se cepilla los dientes más de una vez al día, cumpliendo así con las directrices de higiene bucodental.

El porcentaje de adolescentes que no llega a realizar un cepillado diario es de 12,5%

Las diferencias de género son importantes. El 65,5% de las chicas se cepilla los dientes más de una vez al día, frente al 46,9% de los chicos. Además, en ellas la frecuencia de cepillado óptimo aparece ligado a la edad de forma positiva, mientras que en ellos la tendencia es contraria.

Cuando se comparan la edición 2002 y 2006 se encuentra, tanto para chicos como para chicas, una mejora en el hábito, sobre todo en las edades intermedias (a los 13-14 años aumenta 7 puntos y a los 15-16, 10 puntos).


Actividad física y sedentarismo

El número medio de días a la semana que los adolescentes hacen al menos 60 minutos de actividad física moderada-vigorosa es de 3,81. En cuanto a conductas sedentarias, la media de horas diarias dedicadas a ver la televisión es de 2,34.

Las chicas realizan actividad física moderada-vigorosa menos días a la semana que los chicos (3,46 frente a 4,21). No se encuentran diferencias de sexo asociadas a la conducta sedentaria de ver la televisión, salvo a los 11 años, donde la media de horas que los chicos dedican a esta actividad es algo mayor.

El número de días con actividad física moderada-vigorosa disminuye con la edad hasta casi un día de diferencia (4,22 en los más pequeños frente a 3,41 en los mayores). Esta tendencia es más clara en el caso de las chicas (pasan de 4 días a 3). La conducta sendentaria, por su parte, aumenta de forma importante desde los 11 hasta los 13 años (de 2 horas pasan a 4).

La actividad física es algo mayor en los adolescentes de familias de mayor poder adquisitivo y la conducta sedentaria, algo menor.

Desde 2002 se observa una tendencia al aumento de la actividad física en los chicos y chicas de 11-12 años. Este aumento aparece también más ligado al entorno rural y a los centros educativos públicos. En cuanto a la conducta sedentaria, se observa un descenso en el 2006 distribuido homogéneamente en función de las distintas variables sociodemográficas consideradas.


Consumo de sustancias

El consumo de tabaco, alcohol, cannabis y otras drogas ilegales aumenta con la edad. A los 13-14 años en torno a un 4% fuma todos los días y bebe alcohol al menos una vez a la semana. A los 17-18 años un 18,9 % de los chicos y chicas fuma a diario, un 42,4% bebe alcohol al menos una vez a la semana y un 65% se ha embriagado alguna vez. Entre los 15 y los 18 años, el 38,7% ha consumido cannabis alguna vez y el 9,1 % ha probado alguna otra droga ilegal.

Las chicas fuman más que los chicos, mientras que ellos beben más alcohol y consumen más drogas ilegales que ellas. El consumo de cannabis es similar en ambos sexos, así como la edad de inicio del primer episodio de embriaguez.

El consumo de alcohol aparece algo más asociado al hábitat rural, a la titularidad pública del centro educativo y al bajo poder adquisitivo de las familias. No obstante, estas diferencias no son muy importantes, y no aparecen en relación con el consumo de drogas ilegales.

El consumo de todas las sustancias ha descendido entre la edición de 2002 y la de 2006, exceptuando un ligero incremento de consumo de alcohol en las chicas.


Conducta sexual

Aproximadamente uno de cada cuatro adolescentes de entre 15 y 16 años ha tenido alguna vez relaciones sexuales coitales. A los 17-18 años el porcentaje aumenta a 44,9%. El 89% de ellos afirma haber hecho uso del preservativo en su última relación sexual. Un 8,1% hace referencia al uso de la píldora y un 11,9% hace referencia al uso de la “marcha atrás”.

Se ha producido un incremento del porcentaje de adolescentes que dicen haber tenido relaciones sexuales respecto a la edición de 2002 (en las edades de 15 a 18 años se ha pasado del 26,2% al 34,8%). Este aumento está especialmente ligado al hábitat rural, a la titularidad privada del centro y al bajo poder adquisitivo familiar.


Accidentes y lesiones

Aproximadamente la mitad de los adolescentes ha tenido necesidad de asistencia médica por, al menos, una lesión durante el último año. La accidentabilidad desciende conforme aumenta la edad y es más frecuente en los chicos que en las chicas.

En relación a los datos de 2002, en 2006 apenas se producen cambios en el porcentaje de chicos y chicas que han tenido al menos una lesión que ha necesitado asistencia médica, ni en función del hábitat de residencia, ni de la titularidad del centro educativo o la capacidad adquisitiva familiar; tan sólo se observa en el caso de las chicas un aumento a los 11-12 años y un descenso a los 17-18 años, así como un descenso ligeramente mayor entre los chicos y las chicas de centros privados.


Principales resultados del Estudio HBSC en España en relación a los contextos de desarrollo

Contexto familiar

A pesar de que en los cuatro años considerados (2002 a 2006) se detecta un ligero descenso de los hogares en los que conviven el padre y la madre con los hijos e hijas, España sigue estando entre los países en los que la estructura familiar biparental es más alta.

La facilidad para comunicarse con el padre es mayor en chicos, mientras que la facilidad para comunicarse con la madre es muy similar en chicos y en chicas de todas las edades, siendo los valores referidos a la madre considerablemente más altos que los del padre. Conforme aumenta la edad, disminuye la facilidad en la comunicación con los progenitores (y el descenso es mayor con el padre). Además, esta comunicación es mejor, sobre todo para los padres, en las familias de capacidad adquisitiva alta. En comparación con el 2002, en 2006 apenas se producen cambios en relación a la facilidad en la comunicación con la madre; sin embargo, con el padre son más los adolescentes, sobre todo las chicas, que perciben facilidad en la comunicación con él. Finalmente, para algo más de la mitad de los adolescentes (58%) la comunicación es fácil con los dos progenitores, mientras que para un 13% la comunicación es difícil con los dos.

La supervisión paterna es ligeramente más alta en los chicos y la supervisión materna en las chicas; además, la supervisión paterna y materna es mayor para los más pequeños, disminuyendo hasta los 15-16 para aumentar a los 17-18 años de forma más destacada en el caso de la madre y con las chicas. Al igual que sucedía con la comunicación, los valores de la supervisión materna son más altos que los de la paterna. Los datos de 2006 mantienen básicamente los valores y tendencias hallados en 2002.

La satisfacción familiar es ligeramente superior en chicos que en chicas, disminuyendo tanto en unos como en otras conforme aumenta la edad. Es muy similar en función del hábitat de residencia y la titularidad del centro educativo; sólo en relación con la capacidad adquisitiva familiar se encuentra una tendencia a que, a medida que aumenta, se incremente también la satisfacción familiar de los adolescentes.


Contexto de iguales y tiempo libre

El grupo de amigos, y más aún el amigo o amiga íntimo o especial (alguien en quien se confía, que ayuda y que hace sentirse mejor), se convierte en uno de los principales recursos emocionales y sociales durante la adolescencia. Afortunadamente, más del 90% de los adolescentes tiene un amigo especial y, de igual manera, considera que hay otros en su grupo de amigos/as para ayudarle cuando se siente bajo de ánimo. Esta percepción es algo más clara entre las chicas y no se encuentran diferencias relacionadas con la edad.

Sin embargo, la satisfacción de los adolescentes con su grupo de amigos/as no muestra diferencias entre chicos y chicas, pero desciende de manera clara a medida que los adolescentes se van haciendo mayores.

En relación con la hora a la que regresan a casa el día que más tarde lo hacen, no existen diferencias entre los chicos y las chicas, pero tanto unos como otras vuelven cada vez más tarde a medida que van teniendo más edad. Por otra parte, en los cuatro años que distan de una recogida de datos a la otra (de 2002 a 2006) se ha producido un retraso en la hora de regreso a casa, sobre todo en los chicos y chicas a partir de 15-16 años, en los adolescentes de hábitat rural y en los que pertenecen a familias con baja capacidad adquisitiva.

Por último, y en lo que atañe al bullying o maltrato entre iguales, se analizó, por un lado, la frecuencia con la que los adolescentes españoles consideran que han sido víctimas de maltrato y, por otro, la frecuencia con la que han participado como agresores en algún episodio de maltrato. En relación con lo primero, se observa una mayor proporción de chicos que considera haber sido víctimas de maltrato que de chicas, disminuyendo estos porcentajes conforme avanza la edad en ambos sexos. En cualquier caso, y en comparación con 2002, en 2006 se encuentra que la proporción de adolescentes que ha sido víctima de maltrato es significativamente menor.

De igual manera, existe una mayor proporción de chicos que de chicas que informa haber participado en algún episodio de maltrato como maltratador/a. En cuanto a la edad, tanto en chicos como en chicas se advierte un incremento claro de maltratadores/as desde los 11 hasta los 16 años, momento a partir del cual se inicia un descenso que hace que al final de la adolescencia la situación sea muy similar a la que se detectaba al inicio, a los 11 años. El descenso hallado en 2006 respecto a 2002 en la participación activa en episodios de maltrato es generalizado, pero más acentuado en los y las adolescentes de centros educativos privados y en los de familias con capacidad adquisitiva alta.


Contexto escolar

La percepción del ambiente psicosocial de la escuela o instituto empeora conforme los adolescentes tienen más edad. No obstante, respecto a 2002, en 2006 esta percepción mejora tanto en chicos como en chicas de todas las edades.

Hasta los 16 años, sentir mucho agobio por el trabajo escolar es más común entre los chicos que entre las chicas, a partir de esa edad es mayor entre ellas. En el caso de las chicas, el agobio por el trabajo escolar aumenta conforme lo hace la edad; mientras que en el de los chicos aumenta a los 13-14 años (inicio de la enseñanza secundaria) para luego mantenerse estable. Además, los adolescentes de capacidad adquisitiva familiar baja sienten más agobio por el trabajo escolar que los de alta o media. En comparación al 2002, en 2006 el estrés escolar disminuye (salvo a los 13-14 años) y más entre las chicas de 15-16 años.

El tiempo que las chicas dedican a las tareas escolares fuera del horario escolar es mayor que el que emplean los chicos, sobre todo a partir de los 13 años. De igual manera, los datos revelan que conforme aumenta la edad, aumentan también las diferencias entre chicos y chicas, desde el momento en que ellas cada vez invierten más tiempo en estudiar, mientras que a lo largo de estos años de educación secundaria el tiempo que ellos dedican al trabajo personal básicamente se mantiene estable. Se encuentra también que estudian algo más los chicos y las chicas de familias de capacidad adquisitiva alta. Por último, en 2006, respecto a 2002, la media de horas diarias dedicadas a realizar las tareas escolares disminuye en las edades previas a los 16 años (es decir, los chicos y chicas de ESO estudian algo menos en 2006 que en 2002), pero aumenta en los de 17-18 años (los estudiantes de Bachillerato estudian algo más que los adolescentes de su misma edad cuatro años atrás).

El gusto por la escuela es mayor en las chicas y en los adolescentes más pequeños. En comparación con 2002, en 2006 el gusto por la escuela disminuye algo en los varones de 11-12 años y aumenta ligeramente en las chicas a partir de los 13-14.

Las respuestas de los adolescentes revelan que el profesorado percibe un mejor rendimiento académico entre las chicas que entre los chicos (salvo a los 17-18 años edad en la que ambos son muy similares) y en los más pequeños (la percepción de rendimiento muy bueno desciende conforme aumenta la edad). Además, en comparación a 2002, en 2006 desciende la percepción de tener un rendimiento escolar muy bueno entre los menores de 15 años, Finalmente, los adolescentes de capacidad adquisitiva familiar alta perciben tener un rendimiento escolar muy bueno en mayor grado que los de media y baja.


Principales resultados del Estudio HBSC en España en relación a la salud y al ajuste psicológico

La percepción que tienen los adolescentes de su salud es en la mayor parte de los casos buena o excelente (90,9%), siendo los adolescentes varones, sobre todo los más pequeños, los que informan con más frecuencia poseer una salud excelente. El aumento en 2006 de la percepción de tener una salud excelente se da, sobre todo, entre los varones. También se encuentran diferencias en relación con la capacidad adquisitiva familiar, de modo que son los adolescentes con capacidad adquisitiva más alta los que perciben su salud como excelente con más probabilidad y los que aumentan con más intensidad dicha percepción en 2006 con respecto a 2002.

El malestar psicosomático está más presente en las chicas, de hecho es en ellas donde disminuye con menos intensidad la frecuencia de este malestar en 2006 con respecto a 2002. En relación a la evolución de estos síntomas psicosomáticos con la edad, se encuentra un aumento claro tanto en chicos como en chicas, produciéndose este aumento de forma más temprana en el caso de las chicas.

La autoestima media de las chicas es inferior a la de los chicos, incluso el aumento de autoestima global registrado en 2006 en comparación con 2002 es menos marcado en el caso de las chicas adolescentes. De nuevo se muestran desigualdades en función de la capacidad adquisitiva, ya que son los adolescentes de familias con capacidad adquisitiva más alta los que tienen más autoestima y los que mejoran más en 2006.

En general, los adolescentes están satisfechos con sus vidas (calificación media de 7,87 sobre 10), siendo los pequeños los que están más satisfechos, sin existir diferencias apreciables relacionadas con el género. Sin embargo, son las chicas la que muestran mejoras en su satisfacción vital más claras en 2006 con respecto a 2002. Se encuentra una tendencia parecida en la capacidad adquisitiva familiar, de modo que son los adolescentes con capacidad adquisitiva alta los que se sienten más satisfechos con sus vidas, sin embargo, son los adolescentes pertenecientes a familias con capacidad adquisitiva baja los que más incrementan su satisfacción en comparación con las puntuaciones de 2002.


Informes del Estudio HBSC de las ediciones 2002 y 2006

Los resultados del estudio HBSC-2002 en España se encuentran publicados en:

Moreno, C., Muñoz, M.V., Pérez, P. y Sánchez, I. (2005a), Los adolescentes españoles y su salud. Resumen del estudio “Health Behaviour in School Aged Children (HBSC-2002)”. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo (Colección “Salud Pública: Promoción de la Salud y Epidemiología”). Edición electrónica [2]

Moreno, C., Muñoz, M.V., Pérez, P. y Sánchez, I. (2005b), Los adolescentes españoles y su salud. Un análisis en chicos y chicas de 11 a 17 años. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo (Edición en CD-Rom dentro de la Colección “Salud Pública: Promoción de la Salud y Epidemiología”). Edición electrónica [3]


En el caso de los resultados españoles del estudio HBSC-2006, pueden encontrarse en:

Moreno, C., Muñoz-Tinoco, V., Pérez, P., Sánchez-Queija, I, Granado M.C., Ramos, P. y Rivera, F. (2008). Desarrollo adolescente y salud. Resultados del Estudio HBSC-2006 con chicos y chicas españoles de 11 a 17 años. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo. Edición electrónica: [4]


En cuanto a las comparaciones 2002-2006 con los datos nacionales del estudio HBSC están en:

Moreno, C., Rivera, F., Ramos, P., Jiménez-Iglesias, A., Muñoz-Tinoco, V., Sánchez-Queija, I. y Granado, M.C. (2008). Estudio Health Behaviour in School-aged Children (HBSC): análisis comparativo de los resultados obtenidos en 2002 y 2006 en España. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo (edición electrónica, en proceso). Edición electrónica [5]


Además, en el caso de la edición española del HBSC-2006, el Ministerio de Sanidad y Consumo también ha publicado un informe para cada una de las Comunidades Autónomas, disponibles en edición electrónica[6]


Finalmente, los resultados internacionales de las dos últimas ediciones del estudio HBSC (2002 y 2006) se encuentran en:

Currie, C., Roberts, CH., Morgan, A., Smith, R., Settertobulte, W., Samdal, O. & Rasmussen, V.B. (Eds.) (2004). Young People’s Health In Context. Health Behaviour in School-aged Children: a WHO cross-national collaborative study (HBSC International Report from the 2001/02 survey). Copenhagen: World Health Organization[7]. (Edición electrónica de la traducción al castellano[8])

Currie, C. et al. (Eds.) (2008). Inequalities in young people's health: HBSC international report from the 2005/2006 Survey. Copenhagen, WHO Regional Office for Europe (Health Policy for Children and Adolescents, No. 5). Edición electrónica[9]

Obtenido de "Estudio HBSC"

Wikimedia foundation. 2010.

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