Exopotamia es un lugar imaginario descrito por el escritor Boris Vian en su libro El otoño en Pekín.

Exopotamia es un lugar desértico, al cual se llega de dos distintas manera. Si vas a París, puedes coger un tren en dirección a la costa, y desde allí un barco, y luego debes coger otro tren. Y finalmente, debes alquilar un auto, o tomar un taxi. La segunda forma es cogiendo el autobús 975 en la terminal de transporte. Debes esperar que el conductor se vuelva loco, para que se desvíe de su ruta y tome la superautopista que conduce directamente a Exopotamia.

De acuerdo a Alberto Manguel, el clima de Exopotamia es cálido, nunca sopla el viento y el aire es muy saludable debido a la falta de atmósfera. No obstante, el que desee viajar a Exopotamia corre el riesgo de que sus pies echen raíces cuando se detenga a descansar en el desierto.

Se dice que la vegetación es bastante pobre, y que la especie más típica es el spinifex, mata espinosa que se adhiere a los tobillos, lo que puede ser una experiencia dolorosa para el viajero. En las dunas hay unas matas que hacen cosquillas en las plantas de los pies.

Una de las atracciones de Exopotamia es el sol, que difunde una luz desigual, según de donde se mire. Si se mira desde las dunas se ven rayas claras y oscuras. Si el viajero extiende la mano hacia la zona oscura, verá como la raya oscura desaparece de su mano.

El hotel propiedad de Joseph Barrizone actualmente ya no existe, pero sí el ferrocarril que pasa por el sitio donde dejó un enorme hueco en la estructura.

Bibliografía

• Alberto Manguel y Guadalupi Guianni, Guía de lugares imaginarios. Madrid: Alianza Editorial, 1982, p. 148-149.

Enlaces externos

• Borges, eco de un siglo
• El ferrocarril que atravesaba Exopotamia
• Boris Vian, El otoño en Pekín