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Formación reactiva
La formación reactiva es un mecanismo de defensa consistente en la expresión opuesta a la del deseo que el sujeto tiene pero evita, por motivos de censura. El motivo es que el sujeto anticipa censura moral a causa de la expresión de su deseo.
Ejemplos de formación reactiva son la expresión de amor cuando se tiene odio hacia el otro, o bien la homofobia para ocultar la inclinación sexual homoerótica (en una sociedad que censura fuertemente las expresiones de amor y de sexualidad inconsistentes con intereses hegemónicos).
De este modo, y de acuerdo con lo expresado, la formación reactiva es una actitud o hábito psicológico que marcha en sentido opuesto a un deseo proveniente del mundo de lo reprimido. Tal actitud o hábito se han constituido como reacción contra el deseo: así, podemos encontrar un excesivo pudor o autonegación, en personas con tendencias pulsionales exhibicionistas de raigambre inconsciente.
En términos de la terminología técnica psicoanalítica, en la economía psíquica libidinosa, la formación reactiva es una "contracatexis" fenoménicamente consciente, de igual fuerza, pero de dirección opuesta, a la "catexis" inconsciente
En una somera clasificación de las formaciones reactivas, puede decirse ue se pueden agrupar en dos grandes categorías. Las muy localizadas que se tornan palmarias en un comportamiento muy particular. O las generalizadas que saliendo de su núcleo de origen se explayan hasta constituir generalizados rasgos de carácter, mediana o grandemente integrados, la la estructura íntegra de la personalidad.
Desde un punto de vista clínico o de psicodiagnóstico, las formaciones reactivas pueden llegar a conformarse como definidos síntomas, por lo que en ellas puede detectarse de naturaleza rígida, compulsiva, forzada...
Para esto se tiene en cuenta que a veces puede darse un fracaso accidental de su accionar y, además, que en ocasiones conducen de modo directo a un resultado que es definidamente opuesto al que de una manera consciente, se busca.
Contenido
Freud y la formación reactiva
Ya en sus primeras descripciones de las neurosis obsesivas, Freud se ocupó de poner en descubierto un mecanismo psicológico específico mediante el cual el sujeto lucha contra la representación penosa. Freud expresaba que la sustituía por un "síntoma primario de defensa", también denominado, "contrasíntoma".
Así se constituyen rasgos marcados e idiosincrásicos de personalidad, tales como la pulcritud, la escrupulosidad, el pudor, que se hallan en evidente contradicción con la vida sexual infantil a la que tempranamente estuvo entregado el sujeto en un período que el freudismo ha caracterizado como "de inmoralidad infantil".
Se trataría, así, de una "defensa exitosa", en la justa medida en que los componentes que intervienen en el conflicto, ya sea la representación sexual como el censurado "reproche" que la representación suscita, han sido globalmente segregados de la conciencia en beneficio de virtudes morales conducidas al extremo.
Análisis
Es a partir de entonces que la doctrina psicoanalítica continuará reafirmando la trascendencia, dentro del marco típico de la neurosis obsesivo compulsiva, de las mencionadas defensas. El calificativo de "reactivas" trata de subrayar su contraposición directa con la efectivización del deseo, su cumplimiento.
Ya se anticipó en la introducción que las formaciones reactivas, en las neurosis obsesivas, tienden a conformarse como rasgos caracterológicos. De suerte que este mecanismo de defensa se constituye en una contracatexis permanente. Así, estos mecanismos de defensa han dejado de ser meros levantamientos de muros ocasionales, transformándose en andamiajes de verdaderas "neurosis de carácter". Dentro de la tipología o caracterología de Freud, las formaciones reactivas ponen su sello típico en el denominado "carácter anal".
No debemos pensar, por lo antedicho, que las formaciones reactivas estén solamente adscriptas a la neurosis obsesiva. Se encuentran también en la histeria. En estos casos, no tienden a constituirse en armazones de carácter. Actúan de modo ocasional o circunstancial. Puede darse en la madre histérica que trata a sus hijos con desaforada ternura,ocultando la pulsión agresiva o de odio que hacia ellos la anima.
Bibliografía
- Diccionario de psicoanálisis. Jean Laplanche & Jean-Bertrand Portalis. Bajo la dirección de Daniel Lagache. Barcelona: Paidós, 1996.
Véase también
Categorías: Psicoanálisis | Psicología
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