En el asiento de su nombre, fue vasta propiedad de los De La Barra, que el capitán Bentura de Lerma y Castillo, encomendero, vecino de Concepción, legó a los jesuitas en el primer cuarto del s. XVIII, valuada entonces en ocho mil pesos. En el remate de las temporalidades de los jesuitas, el 15 de marzo de 1775 fue adquirida por Alejandro de Urrejola y Peñaloza, fundador de esta familia en Concepción.

Había casado con Isabel Leclerr de Bicourt. Tanto él como sus hijos fueron realistas, y la hacienda y sus casas fueron teatro de guerrillas y combates en la época de La Independencia.

Triunfante la revolución, la hacienda de Cucha Cucha fue confiscada por las armas de La República y entregada a Ramón Freire y Serrano, en compensación por los servicios militares que había prestado.

Reivindicada más tarde, hay constancia en documentos de la forma generosa y gentil en que el general Freire, entonces Presidente de la República se allanó a cumplir las resoluciones judiciales sobre esta materia.

La hacienda fue heredada por Francisco de Borja Urrejola y Bicourt, casado con María del Carmen Díaz Lavanderos. Dos Urrejola Lavanderos se asignan Cucha Cucha: Juana Paula, casada con Agustín Méndez y Gonzalo, Loreto Méndez Urrejola, casada con Guillermo Cox Bustillos, hereda la hijuela conocida después como la Hacienda Cucha Cox. Gonzalo Urrejola Lavanderos hereda una hijuela de la original que corresponde más o menos a la mitad de ella a mil doscientas treinta cuadras. Casó con Tránsito Unzueta Rioseco.

La hacienda Cucha Cucha Urrejola se divide en dos hijuelas, según su testamento otorgado en Concepción ante Peña, el 7 de enero de 1879. Su hijo Gonzalo Urrejola Unzueta hereda una hijuela que corresponde aproximadamente a unas tres cuartas partes del anterior, o sea 975 cuadras. Las restantes las hereda Domitila Urrejola Unzueta, primera esposa de Tomás Menchaca Sanders, dando origen al fundo conocido por fundo Cucha Menchaca; éste lo hereda Benjamín Mnechaca Urrejola casado con Inés Herrera Unzueta, siendo su actual propietaria (1896), Carmen Menchaca Herrera de Larraín.

Cucha Cucha Urrejola, que comprendía la mayor parte de la primitiva hacienda, la mantuvo con vida Gonzalo Urrejola Unzueta, senador, Ministro de Estado, etc., casado y sin hijos con su prima Clara Unzueta. Este extendió testamento cerrado con fecha 14 de enero de 1938, instituyendo herederas universales a sus sobrinas: Carmela Moreira Urrejola de Cariola; Sara Moreira Urrejola de Barros e Isabel Menchaca Urrejola de Campos. Falleció Gonzalo Urrejola Unzueta el 17 de marzo de 1940. Los herederos señalados se adjudicaron la Hacienda Cucha Cucha, la que permaneció en su poder y en el de sus sucesores hasta ser expropiados por la Corporación de la Reforma Agraria según acuerdo número 2055, de 13 de agosto de 1973. Posteriormente, en 1978, la Corporación indicada dejó sin efecto el acuerdo de expropiación y devolvió a los propietarios una exclusión de 500 ha que correspondían aproximadamente a un cuarto del total. Los herederos la vendieron, en diciembre del año 1978, a don Fernando Giner Izquierdo, casado con doña Laura Rivera Lorca, siendo éstos últimos sus actuales propietarios. El resto fue entregado a los inquilinos y trabajadores por la Corporación de la Reforma Agraria, previa renuncia sin indemnización de los propietarios. Del matrimonio Giner Rivera nacieron cuatro hijos: Claudia, Fernando, María José y Camila.

Fuente [1]

En el año 1692, el gobernador de Chile Tomás Marín de Poveda ordenó la construcción de un fuerte en este lugar, el que duró hasta 1700 y que nunca tuvo guarnición.

En 1616 residió aquí el Padre Luis de Valdivia, promotor de la guerra defensiva contra los araucanos, cuando la hacienda era propiedad de los jesuitas.

En el invierno de 1536 se libró en sus cercanías la Batalla de Reinogüelen, entre los españoles y araucanos, siendo éste su primer encuentro.

En 1813, se libró el combate de Cuchacucha, entre realistas y patriotas, durante el período de la Patria Vieja