- Haciendas de olivar de Dos Hermanas
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Haciendas de olivar de Dos Hermanas
En el término municipal de Dos Hermanas Sevilla existe aún un buen número de haciendas de olivar, si bien muchas de ellas han sido absorbidas por el desarrollo urbano e industrial del municipio. Se pueden destacar las siguientes:[1]
Principales edificios de haciendas restauradas y conservadas
- Hacienda de la Corchuela. Es un asentamiento muy antiguo que data de época romana como atestiguan los restos arqueológicos encontrados en la finca. Actualmente (2009) su caserío ha sido restaurado y acondicionado para uso privado de sus propietarios.
- Hacienda de Bujalmoro. Su capilla es de principios del siglo XVI y tiene un mirador del siglo XVIII. La portada tiene una imagen en relieve de la Piedad. En su época más activa tenía atarazana, bodega, molino de aceite, calderas de arrope, destilerías de aguardiente y almacén con 70 tinajas. A principios del siglo XX fue restaurada.
- Hacienda de Meñaca. Tiene un torreón con un escudo de la Orden de Calatrava. Se considera que Gonzalo de Meñaca fue uno de sus antiguos dueños y quizás su fundador.
- Hacienda Ibarburu. Es una hacienda típica de la arquitectura rural del siglo XVIII. Se ha tramitado su declaración como Monumento Histórico Artístico. En el Catastro de Ensenada consta que tenía dos molinos de aceite, bodega, viga y lagar, almazara con 150 toneles y caldera de arrope. Aún se conserva en buen estado una viga de molino de gran tamaño, en cuyo husillo aparece grabada la fecha: "Aº de 1884". La hacienda conserva una importante colección de carrozas.
- Hacienda de Maestre de los Molinos o de San Pedro. Es una de las haciendas más espectaculares de Dos Hermanas. Tiene dos portadas, una de ellas de rústico barroco coronada por tres tinajas. En esta portada aparece la fecha de 1689 que quizás sea la de su construcción. Tiene varias tinajas enterradas donde se almacenaba el aceite. Se ha realizado una importante obra de restauración del conjunto de la hacienda bajo la dirección de la arquitecta María Cruz Aguilar.
- Cortijo de la Serrezuela. En 1603 ya se alzaba en este lugar una antigua población. En 1405 pertenecía a Antón Rodríguez de Esquivel y en 1414 se funda un Mayorazgo con el nombre de su propietario. A finales del siglo XVII se crea el título de Marqués de la Serrezuela. En esta hacienda se desarrolla el pequeño relato de Fernán Caballero "Obrar bien...que Dios es Dios".
- Hacienda Torre de Doña María. La leyenda cuenta que la construyó el Rey Don Pedro para su favorita Doña María de Padilla. En su emplazamiento se han encontrado restos romanos. Fue alquería árabe, propiedad de la familia Ibn Jaldún (s. IX d.c.). A la entrada de la finca hay un zapote, árbol de origen americano que puede tener más o menos 400 años, y una palmera con cinco troncos. Forma parte de la finca un jardín ornamental. La finca fue remodelada a principios del siglo XX por el arquitecto José Gutiérrez Lescure, que le dio un estilo neomudéjar.
- Hacienda de Quinto. Es el conjunto arquitectónico más antiguo del término municipal de Dos Hermanas. Han aparecido en el recinto restos romanos, visigodos, y árabes. En su época más poblada contó con iglesia y pila bautismal. En el repartimiento de Sevilla se cita como alquería árabe, adjudicándose a Guillem Bec. La hacienda tiene una torre militar que, en su actual aspecto, data del siglo XIII y una viga de molino. Las tierras de la finca estuvieron divididas: una parte perteneció a las monjas de San Clemente; otra parte, llamada "Cortijo Grande", fue de los Medinaceli y, por fin el "Cortijo Nuevo", que fue de la Mitra (Iglesia). Actualmente el conjunto arquitectónico pertenece al Ayuntamiento de Dos Hermanas, procediéndose a su restauración y adecuación para fines culturales.
Veáse también
- Hacienda de olivar
Referencias
- ↑ Ayuntamiento de Dos Hermanas (ed.): «Haciendas de Dos Hermanas». Consultado el 8 de febrero de 2009.
Categorías: Dos Hermanas | Neomudéjar
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