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Historia del psicoanálisis
El psicoanálisis fue creado en Viena por Sigmund Freud, un médico neurólogo interesado en encontrar un método efectivo de tratamiento para pacientes que sufrían histeria y otros tipos de neurosis.
Antecedentes
El inconsciente era una palabra que existía en la época de Freud, la utilizaban distintos autores: Eduard von Hartmann, Schopenhauer y Nietzsche. Freud intentó precisar el concepto, proponiendo una división de la mente en tres capas o niveles, el ello, el yo y el superyó.
Uno de los sucesos que influyeron en el desarrollo del psicoanálisis fue lo que Freud aprendió de Josef Breuer, quien trato a una mujer conocida como Ana.O. Breuer inicio el tratamiento en 1880, la paciente mostraba síntomas de histeria como parálisis, pérdida de memoria, problemas con la vista y el habla. Breuer hipnotizo a la mujer y le pidió que recordara el origen de sus síntomas, descubrió que cada vez que nombraba el origen del síntoma este desaparecía, llamo a esta liberación emocional Catarsis.
Otro de los sucesos que influyo en el origen de la teoría fue la asistencia de Freud a las experiencias llevadas adelante por el neurólogo Jean Martin Charcot en el hospital Salpêntrière de París en 1885 a 1886. Charcot suponía que la histeria era una enfermedad que tenía causa psicológica. Estas experiencias sugerían que mediante la hipnosis se podían inducir (y suprimir) síntomas que se presentaban en los cuadros histéricos, como por ejemplo la parálisis. Las personas que eran sometidas a estas experiencias no conservaban en la conciencia lo sucedido, aunque estas seguían influyendo en el comportamiento de los sujetos. A partir de estos resultados, estudiando numerosos casos clínicos junto con Joseph Breuer, comenzaron a desarrollarse las primitivas teorías que evolucionaron hasta formar el cuerpo teórico del psicoanálisis.
Sin embargo Freud comenzó a tener problemas con el método de la hipnosis para tratar la histeria ya que no podía hipnotizar a todos los pacientes, muchas veces el síntoma desaparecía por un tiempo y luego regresaba, por lo que tuvo que buscar otras alternativas. Fue así como creo el método de la Asociación libre, el método básico del Psicoanálisis.
Tras hablar con estos pacientes, Freud planteó la teoría de que sus problemas tenían como causa los deseos y fantasías reprimidas e inconscientes de naturaleza sexual, socialmente inaceptables.
El movimiento psicoanálitico
Tras publicar algunos textos sobre sus investigaciones, Freud fue designado profesor en la Universidad de Viena en 1900. Comenzó a incorporar personas que se sumaron al movimiento psicoanalítico que empezaba a definirse. Freud tenía poca tolerancia hacia los colegas que disentían de sus doctrinas teóricas, y algunos se separaron eventualmente. Los ejemplos más conocidos son Carl Jung y Wilhelm Reich.
Desde que Freud dio a conocer el psicoanálisis en la década de 1890, ha ido evolucionando y ramificándose en varias escuelas y técnicas de intervención. Entre los sucesores y contemporáneos están Wilhelm Reich , Melanie Klein, Wilfred Bion, Jacques Lacan y muchos otros que han refinado las teorías freudianas e introducido las propias. Algunos de los contemporáneos de Freud, como Carl Gustav Jung y Alfred Adler, se distanciaron del psicoanálisis para desarrollar teorías alternativas.
Lacan
Tras el distanciamiento de las corrientes de psicología del freudianismo, Lacan reorienta el psicoanálisis hacia la obra original de Freud. Hizo para esto una relectura de su obra, ampliándola con conceptos de la lingüística, las matemáticas y el postestructuralismo. El psicoanálisis freudiano, bajo esta nueva visión, ganó nuevamente popularidad. Con una destacada influencia en Francia y Sudamérica.
A lo largo de toda su obra, Lacan define y sistematiza conceptos tales como "fantasía" (fantasme), "goce", y "deseo". Estos elementos serían cruciales en la constitución de la subjetividad, es decir que en esto Lacan sigue a Freud: la sexualidad estructura al sujeto. Sin embargo, al final de su obra, Lacan formula una y otra vez el aforismo: "No hay relación sexual". Esto debe entenderse, para empezar, en el sentido de que la sexualidad está en todas partes precisamente porque no hay nada que represente acabadamente la sexualidad para el sujeto humano. Lacan postula que el deseo es siempre insatisfecho y que en esa insatisfacción está su propio motor. Sin embargo, hay algo que resiste entrar en esta dialéctica del deseo (hegeliana, por cierto), y que Lacan descubre: se trata del objeto, y de la dimensión del goce que aparece entonces como más allá del deseo, más allá del principio del placer. De esta forma, Lacan habla de un real imposible de simbolizar -lo sexual-, y de lo cual existen no obstante muchas "versiones", o sea, "per-versiones", que sólo son posibles en el campo del lenguaje, es decir, en la especie humana.
Categoría: Psicoanálisis
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